☄☄☄
Blood hace 8 años
Las calles de New York siguen llenas a pesar de que es la 1 de la mañana, las grandes pantallas en los edificios iluminan todo, la nieve cae por mis hombros y el frio no es nada comparado a lo que eh pasado en otros lugares. No tengo un lugar donde quedarme y por ello paso por los callejones abandonados y cuando llego a uno en especifico encuentro a un tipo de al menos 1.80 de alto, moreno y vestido completamente de negro.
Un casino clandestino.
No me sorprende, no es el primero que veo así como nunca eh entrado y mi ganas de querer ganarle a un tarado aumenta. Regreso la mirada hacia a la calle y observo las luces navideñas y noto a uno que otro hombre vestido de santa para conseguir dinero.
Qué buena manera de ilusionar a un niño.
Decido que tardare unas horas hasta juntarme con Samantha para ir a la cabaña con el resto, un nuevo miembro se unirá al zodiaco y aun no sabemos qué signo será ya que solo somos Amapola, Russell y su muy rara gata, Kat, Shadow, Samantha y yo. Marina y Space, según ellas, están haciendo un trabajo de suma importancia en Italia, así que no estarán presentes.
Mientras tanto Space se pasea entre turistas coqueteando y aprovechando su distracción para hacer lo que mejor sabe hacer, robar, Y Marina, bueno… ella está disfrutando del mejor Gelato de Italia y riendo de cómo los turistas caen ante Space.
Tomo una decisión y me dirijo hacia al casino clandestino.
-palabra clave…- me detiene el moreno, pongo los ojos en blanco y le saco un fajo de billetes, asiente y me deja entrar.
El olor a alcohol me recibe así como a tabaco y dos mujeres en vestidos que dejan muy poco a la imaginación. Recibo el trago que me dan y me paseo por las mesas, luego de cinco minutos nada llama mi atención hasta que…
-¡Eres un cabrón!- grita un señor de al menos 50 años, seguramente borracho, se lanza hacia un tipo mucho más alto que él, en menos de nada lo tiene con un brazo doblado y la cara estampada en la mesa.
-¡ey!- gritan detrás de mí, un chico con pelo negro un poco largo, lleva una camisa blanca y unos pantalones azules, a diferencia del otro que es rubio y va muy formal. El chico pasa a lado mío…- cálmate Ody- es el peor nombre que eh escuchado en mi vida.
-que no me llames así carajo.
-bien, bien pero deja al viejo en paz.- este hace caso y suelta al señor que además de chaparro sobrepasa el nivel de grasa corporal.
-pero no vuelva a lanzarse encima de mí, porque no lo pensare dos veces para darle una paliza.- se lo creo mide como 1.89 tal vez y con la rapidez con la que lo detuvo, probablemente lo molería a golpes.
El rubio se arregla el traje y nota mi no tan discreta mirada, sinceramente me importa un comino, me regresa la mirada y examina cuidadosamente lo que llevo puesto. Tomo de un trago la bebida que me dieron y el ron inunda mi boca, avanzo hacia su mesa ignorando su mirada y como si nada tomo asiento donde antes estaba el viejo, repite la acción susurrándole algo a su amigo. Alistan todo en la mesa, saco otro fajo de billetes y…
-¿Quién eres?- pregunta sin preámbulos.
-que directo.
-tienes algo que me hace no confiar en ti, ¿Qué quieres que haga?
-alguien que sabe sacar información no se arriesga así de simple…yo que tu tendría cuidado sobre con quien intento hacerlo.
-uy, ¿es una amenaza?
-no, es una advertencia.
-¿de dónde eres?- pregunta.
-bien, esta es mi apuesta.- lo ignoro.
-me agrada.-susurra su amigo.
-bien, creo que tendré que ganarte para llamar tu atención.- solté un bufido.
-Eso solo sí lo logras- y desde ahí se nos fue el tiempo entre indirectas, burlas el uno al otro, tragos y una que otra mujer intentando manosearme al igual que al rubio y su amigo.
-bien, ¿Qué tienen?- pregunta el amigo del rubio. Todos muestran sus cartas y…
-¡carajo!- susurro, el rubio gano.
-tranquilo amigo, fue un buen juego aunque esperaba más de alguien que es ágil y puede saber el siguiente movimiento de las personas ¿no?- entrecierro mis ojos, nadie podría saber eso, puedo saber lo que las personas piensan en hacer y luego estoy yo para detenerlas para evitar el movimiento, algo así como saber el futuro pero sin verlo más allá de diez minutos.
-no sé dé que hablas- niego, porque no dejare que intente manipular la situación, es algo que ya puedo ver.
-aja… y lo niegas porque sabes que intentare manipular la situación, ¿verdad?- trago seco, eso es…- ¿imposible?- parpadeo unas cuantas veces ¿será el ron?- no amigo, no es el ron- mierda…
-por cierto, yo soy…
-Hiena, si, lo vi antes- este asiente con cierta diversión en los ojos- y tu Odysseus, por un momento pensé que Ody lo era, ya decía que era muy ridículo para alguien tan…
-formal… comprendo- lo ultimo lo dijo entre dientes, matando con la mirada a su amigo.
-yo soy…
-Blood, algo muy extravagante ¿no crees?
-no tuve tanta elección.
-¿Por qué tanto misterio? ¿Ya nos dirás de dónde eres?- pregunta Hiena.
-ni yo recuerdo pero creo que de ahora en adelante nos veremos más seguido.
-¿ah sí?- insinúa Hiena- ¿Por qué?
-y primero que todo, ¿Qué demonios es el Zodiaco?- pregunta Odysseus y una sonrisa aparece en mi rostro.
-pues…
-10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1… ¡Feliz navidad!- gritan todos al unisonó, ya me estoy preparando mentalmente para los gritos de Samantha.
-creo que cuando todo esté tranquilo hablaremos- asiento hacia Odysseus- y ya quiero saber quién es Samantha- dice y me tensiono al instante.
-¡ya no leas mi mente carajo! ¡Y tu controla a esa cosa al lado tuyo!- digo, porque un chico con un aspecto raro se aparece entre nosotros. Hiena suspira.
-te presento Mich- dice y mi noche no puede ser más rara.