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Blood
Seguía corriendo por el bosque, todos nosotros esquivando ramas, piedras y más. No sabíamos de dónde venía tanto viento que era cada vez más fuerte y con ella una fuerte tormenta se avecinaba.
-¡Ya la tenemos!- grito, Samantha, quien corre incluso más rápido que yo.
El frío del bosque me está torturando y siento que empeora cuando por fin logró divisar la figura de Alex. Y es como verla pasar en cámara lenta. Sigue exactamente igual que la última vez que la vi, su cabello color caramelo largo, su piel pálida, y su chaqueta café. Una copia femenina de mi hermano y gran parecido a mi madre.
El recuerdo de mi hermano desapareció cuando la presencia de Florence se hizo presente. Y es ahí donde me doy cuenta del enorme parecido entre ellas dos y mi hermano. Mi ritmo cardíaco aumenta cuando noto una camioneta en la carretera con más hombres esperando a que ellas lleguen y poder huir.
-¡Russell!- grita Oddyseus, al ver lo mismo que yo.- ¡Haz algo, maldita sea!
Russell, más pálido de lo normal, duda pero, toma a Eris que viene corriendo detrás de Russell con una velocidad muy poco normal en una gata. Y lo siguiente que hace con ella me hiela la sangre igual que al resto.
Tres Días Atrás
Florence
Llevo solo unas horas en este pueblito y siento que nací con la familia incorrecta. Estoy considerando que soy adoptada. Alex, quién sin dudar me ofreció un lugar donde dormir y quedarme el tiempo que quiera, no ha sido más que amable. Nos tomamos algunos tragos y me contó su historia al igual que los demás, y por demás me refiero a Tony, Lennox, Max y Félix, cada uno con una historia que contar y con finales similares y ese final fue encontrar una nueva familia en este pueblito.
-Entonces, ¿Me estás diciendo que un grupo de rechazados, te rechazaron por lastimar a uno de ellos?- termina de decir, Alex y asiento- pues menuda mierda, juraría que las personas esas conocen a las que me hicieron lo mismo.
-¿Y ahora qué piensas hacer?- pregunta, Tony. Todos se quedan en silencio, esperando mi respuesta.
-Supongo que me quedaré aquí unos días y luego seguiré viajando, quiero llegar a centroamérica, hay unos lugares hermosos por allá.- Alex y los demás se sorprenden pero no dicen nada.
-Pero, por Dios mujer, tu si que piensas en grande ¿eh?- dice, Max y nos saca unas risas.
-Es lo que he soñado desde… muy pequeña- digo con melancolía.
-Te comprendo pero, mi pregunta es, ¿De quién huyes? ¿O estás huyendo de esos chicos?- pregunta, Alex.
-La verdad…- suspiro- estoy huyendo de todos realmente, estoy agotada de ser rechazada y siempre huir de las personas que no me rechazan sino que solo me usan.
El silencio gobierna el bar pues somos los únicos a las 12 a.m. tomando cerveza.
-Tengo que retirarme, no tengo mucha ropa y necesito otras cosas, así que debo aprovechar el día, aquí te dejo lo de las cervezas- dejó el dinero en la barra.
-Hey, no, como crees, usa el dinero para lo que necesites, esta vez invita la casa- dice, Tony, con una tierna sonrisa.
-Gracias- me acerco y me despido con un beso de mejilla.- los veo luego.- digo y salgo del bar con mi mochila.
Me pega la luz del sol y me aturde por unos segundos. Comienzo mi caminata hacia las tiendas que veo cerca. Hay algunos turistas, y en su mayoría, personas que viven a los alrededores.
-¡Florence!- me gritan, giro y veo a Alex corriendo hacia mi puesto.- mierda…- susurra cuando el sol le pega igual que a mi- …te quería proponer algo- dice y me sigue el paso hacia las tiendas.
-¿Me conviene?
-O creeme que si, es más, te ayudaría mucho para que tengas dinero suficiente para tu viaje.- freno en seco y la veo con sorpresa.
-¿Sabes la poca probabilidad que hay de que alguien ofrezca eso y más a alguien como yo?
-Lo sé, es algo en lo que no cualquiera confiaría…
-Con gran lógica y cerebro
-... pero es algo que te ayudaría mucho, además, te daría cierta seguridad.
-Muy bien, tienes mi atención, dime.
-Conozco a alguien con mucha influencia y dinero…
-no me voy a ofrecer como-
-¡No! no me refiero a eso… Él solo necesita a una persona experimentada con la tecnología y cuando mencionaste eso que hiciste con tu ex, pues vi una buena oportunidad.- Mi cerebro comienza a pensar en millones de escenarios donde aceptó la propuesta y otras donde la rechazó. Apenas conozco a Alex pero, cierta conexión que tuvimos me hace confiar en ella ciegamente.
-Háblame más, lo pensaré y mañana tendrás mi respuesta.- asiente.
-Entonces, mientras vemos ropa te contaré.- hace una pequeña pausa mientras une nuestros brazos como si fuéramos las mejores amigas del mundo. Entramos a una de las tiendas- El hombre del que te hablo lo conocen como El negociante, lo sé es poco original, pero es un hombre con ciertos negocios que requieren mucha seguridad y no con tecnología basura como dice él.
-¿Puedo hacer una pregunta?- asiente- ¿Qué tanto confías en él?- se toma su tiempo, la observó mientras pasó distraídamente las prendas de vestir. Toco la tela- Dios mío qué calidad tan baja- susurro.
-Lo conozco hace muchos años, creo que tenía unos 16 años cuando lo conocí y no hizo más que apoyarme en todo, así que, sí, le entrego mi total confianza.- asiento.
-una pregunta más, ¿Cuántos años tienes?, porque se ve que eres jovén, pero has contado tantas cosas que estoy comenzando a pensar en que eres un vampiro- ella sonríe y niega.
-Tengo 24 y no, no soy vampiro- al decir eso, veo lo ridículo que fue y las carcajadas no se hacen esperar.
-Te creo- sonrió.
El resto del día nos pasamos comprando ropa y unas cosas para mi computadora. No me había sentido bienvenida en un lugar hasta que llegué a este pequeño pueblo. La culpa invade un poco mi mente al recordar lo que pasó con los chicos y al mismo tiempo me autoconsuelo sobre que no hice nada malo en contra de ellos durante todo ese tiempo.