[zodiaco]

Capítulo 11

Florence

No sé cuánto llevábamos corriendo, solo sé que entre más avanzamos, el clima se ponía más y más denso. Podía escuchar como los chicos nos venían persiguiendo y un poco más alejado, camionetas que aceleraban cada vez más. Estaba quedando sin fuerzas, las piernas me ardían, algunas ramas ya me habían rozado los brazos y pequeñas heridas se estaban formando. 

Solo llevábamos un par de minutos corriendo, cuando noté de reojo a Blood. Era como lo pudiera ver desde un punto de vista diferente y noté la clase de mirada que le dio a Alex, una mirada de cariño, pero un cariño familiar, una clase vinculó como el que tenía con Samantha. 

Seguiamos corriendo, pero mi mente seguía analizando lo que vi y muchas cosas más que los chicos decían cuando llegué y me uní a ellos, grave error. Mi mente regresó a donde estaba al escuchar el grito de Odysseus, no escuche que dijo con certeza pero sabía perfectamente que Odysseus tenía un don increíble y junto a Blood, ambos se hacían más fuertes. 

No fue entonces que todo se detuvo… El clima estaba aún más frío, fuertes truenos nos daban a entender que se avecinaba una tormenta así como algunos animales huyendo para resguardarse de la misma. Alex, El Negociante, sus hombres y yo nos detuvimos al oír un rugido que me estremeció. 

Todos giramos hacia el sonido solo para ver la cosa más traumática de mi vida. 

Russel se encontraba parado en medio de los demás con Eris en su hombro, pero la pequeña gata no era el único animal, alrededor de Russel se hallan varios animales, me atrevería a decir, que incluso animales que no pertenecían al Estado. Pero ese no fue mi terror, mi terror llegó cuando Russell comenzó a gritar de dolor. Se retorcia por completo, marcas de color amarillo comenzaron a cubrirle la piel, sus huesos crujían, gritaba en el suelo, mi miedo incremento, el resto de animales comenzaron a atacar cuando menos me lo espere y yo solo me congele. 

Podía ver como todos los hombre de El Negociante corrían, cubriendo a este al igual que a Alex, los animales detrás de ellos, el Zodiaco separándose para pelear contra las camionetas y otros persiguiendo a Alex. No reaccione hasta que noté como los gritos y crujidos de huesos acabaron y el que estaba cara a cara conmigo ya no era Russell, era una especie de bestia con afiladas garras, orejas puntiagudas, de gran altura y color de gris y ojos verdosos que conocía perfectamente. Tardé unos segundos en darme cuenta, que no solo se trataba de Russell, sino que también era Eris. 

Su trompa se hallaba a escasos centímetros de mi rostro, fácilmente podría devorarme pero, no entendía el propósito de pedirle a Russell hacer esto, supongo que cada vez que hace esa transformación no es muy grata. Ahí comprendí que no se trataba de mí, ellos solo querían llegar a la persona que realmente apreciaban y esa era Alex. 

Mantuve la mirada conectada con la de Russell. Saber que simplemente vienen por Alex, solo trae a flote esos sentimientos que siempre he guardado, mi soledad, mi tristeza y mi enojo. Al unir todo me doy cuenta que yo solo les recordaba a Alex y que nunca dejarán el pasado vivido con ella. No me causa celos o envidia hacia Alex, solo me pone a pensar en que mejor debí dejar que la policía me arrestará y en descuido huir, lejos… lejos de Steve, mis padres, el Zodiaco, solo irme del país y viajar hacia los lugares que más anhele desde pequeña cuando mi padre aún tenía cierto aprecio hacía mi y me contaba leyendas de otros países.

Regrese a la realidad al oír los disparos que se avecinaba, comenzaba a caer lluvia, los truenos seguían y yo seguía viendo a los ojos a aquella bestia que en algún momento le tomé un cariño tan repentino. Podía ver en sus ojos que aún tenía dolor por la transformación y se perfectamente que podía ver como me sentía en ese momento. 

Mi tristeza pudo más y me derrumbe, deje de verlo a los ojos para caer de rodillas al que ahora era lodo gracias a la lluvia, observe sus enormes patas, creo que eran del tamaño de mi cara, ya no tenía miedo, no tenía enojo, ni dolor, solo sentía tristeza, una enorme que no tardó en salir. 

Me sentía como un ser que no tenía propósito, sola. 

Russell se agacho, tal cual lo haría Eris, dejando su cabeza a unos centímetros de mis piernas y por reflejo acaricie su cabeza, cerró sus enormes ojos color esmeralda y solo se me ocurrió una cosa en ese momento… gritar, gritar y gritar hasta que mis pulmones no dieran. No sabía si seguía derramando lágrimas, pero no importó, solo quería llorar. 

Kat 

La tristeza que irradiaba Florence era enorme y ella no se daba cuenta de lo que estaba causando. Estaba rota y nadie, ni siquiera yo, lo había notado, todos pasamos de estar luchando y persiguiendo a los hombres de Steve y Alex a huir de los rayos que llegaban cada vez que Alex gritaba. El aire estaba demasiado fuerte, tanto que fue capaz de tirarme hacia Blood, quién por suerte, logró agarrarse de un árbol a tiempo y evitar una caída dolorosa para ambos. 

-¡¿Kat, qué carajos sucede?!- gritaba a todo pulmón Blood, pues pasó de ser solo una llovizna a ser la fuerte tormenta que ya nos había avisado minutos antes que se avecinaba, con suerte podías estar parado 2 segundos sin que te cayera un rayo o una rama quisiera atravesarte.

-¡Es Florence!- respondí igual de fuerte. Blood abrió mucho los ojos, jamás lo había visto hacer eso, realmente estaba asustado. 

-¡Me puedes explicar!¡¿Cómo demonios hace esto?!- Simplemente, negué. Ni siquiera lo sabía. Rodeada de árboles y teniendo a varios metros de distancia a Florence intente aclarar mi cabeza. 

Los sentimientos son algo que ahora no se toman en cuenta y las personas creen que guardando lo que sienten arreglará todo y no lo volverán a sentir, sin embargo no saben que guardarse esa clase de sentimientos desencadena muchas cosas, claro no son así de fuertes como Florence, pero cuando se es un simple mortal lo único a lo que eso llega es a lastimar con palabras o en un punto de poco control a lastimar físicamente a tus preciados. En el caso de Florence, ni siquiera supe percibir sus sentimientos y usualmente al conocer a las personas percibo de inmediato lo que sientes y lo que guardan, paso con los chicos pero, con ella nunca y fue algo que me causó una clase de ansiedad sobre saber el porqué. 




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