Capítulo 14 – Sombras en el Horizonte

El sonido metálico de las botas de Damian resonaba con cada paso que daba por el pasillo del tribunal militar. Vestía su antiguo uniforme de gala: impecable, pesado con historia, con las insignias intactas. Su nombre, bordado con precisión, parecía más una herida reciente que un recuerdo honorable. Las paredes grises, el ambiente estéril, todo le resultaba familiar y ajeno a la vez. El juicio sobre la operación donde perdió a Marcus comenzaba en minutos.

La noche anterior, Ren lo había abrazado mientras él temblaba en silencio. Por fin se había atrevido a contarle la historia completa.

—Fue mi culpa —susurró Damian, con la mirada clavada en la oscuridad del techo—. No seguí el protocolo. Pensé que podía salvar a todos. Y Marcus… él confió en mí. Se quedó cubriéndome.

Ren lo había tomado del rostro, obligándolo a mirarlo.

—No fue tu culpa. Hiciste lo mejor que pudiste. El cielo es tu hogar, Damian. No dejes que el dolor te arranque de él.

Ahora, en el tribunal, esas palabras retumbaban en su mente como un faro. El juicio avanzó con lentitud: informes, testimonios, grabaciones. Todo estaba siendo revisado con lupa. Y al final, cuando le dieron la palabra, Damian se levantó con la espalda recta.

—Cometí errores. Pero también luché por mis hombres. Lo que ocurrió me quebró. Pero quiero volver a volar. No por redención. Sino porque es lo único que me mantiene entero. Y porque Marcus querría verme seguir.

Cuando salió de la sala, no sabía si había sido suficiente. Pero al menos, habló con verdad.

Mientras tanto, Ren filmaba una escena nocturna en los hangares simulados. A pesar del maquillaje, la falta de sueño se colaba por debajo de sus ojos. Pero su actuación era impecable. Sabía que Damian estaba enfrentando algo mucho más pesado que cualquier cámara.

—Corten. Buen trabajo, Ren —dijo el director. Todos aplaudieron suavemente.

El omega fue a su camerino, y encontró sobre la mesa una nota. Su caligrafía no era reconocible:

"Me gusta cómo luces con el uniforme. Es como si fuera solo para mí. Te estoy observando."

Ren tragó saliva. No era la primera. Ya había recibido mensajes parecidos las últimas semanas, pero había decidido ignorarlos. Atribuyó los primeros al entusiasmo de un fan demasiado emocionado. Pero esto ya no era admiración. Era otra cosa. Y aunque su instinto gritaba que debía contarle a Damian, el recuerdo de su rostro cansado esa mañana lo detuvo.

Damian tenía suficiente con sus propios fantasmas. Ren podría manejar esto. Al menos por ahora.

Horas más tarde, el alfa volvió a casa. El juicio no había terminado, pero los superiores lo miraban con respeto. Incluso se habló de reactivarlo, de asignarlo a misiones de supervisión, y eventualmente, volver a volar. De nuevo, el cielo se abría como posibilidad.

Ren lo recibió con una sonrisa y un abrazo largo. No mencionó la nota. Solo lo apretó con fuerza.

—Me siento orgulloso de ti —le dijo al oído.

Damian cerró los ojos.

—Y yo me siento vivo contigo, Ren.

Pero fuera de la ventana, entre los edificios, alguien observaba. El stalker de Ren apuntaba con su teléfono, grabando. Su sonrisa torcida no prometía nada bueno.

El horizonte se oscurecía.

Y no solo por el clima.

Holi holi, hoy adelantaré el capítulo, lo siento si fue muy corto :)

Pd. Espero que les esté gustando la historia.