Máxima, con una despedida llena de cortesía y amabilidad, se preparó para continuar su búsqueda. "Bien, te dejo para que atiendas a Marco. Voy a ver si puedo salir de aquí nuevamente, te buscaré cualquier cosa. Hablamos más tarde".
Con esa promesa de volver a conectarse, Máxima se despidió, dejando un atisbo de misterio en el aire. Antes de que ella se desconectara, Ibrahim se apresuró a saludar a Marco: "¡Hola! Si, Marco, ¿aún estás vivo? ¿Estás bien?" Sus palabras estaban llenas de preocupación y alivio por volver a tener contacto con su amigo. La conversación había dado un giro inesperado, y ahora la atención se centraba en la situación de Marco.
Chat Grupal:
09:01 Martín: ¡Hola a todos! En este momento sigo atrapado en una de las oficinas, y sé que otros de ustedes están en la misma situación. He pasado una noche aquí y no tengo ni idea de qué hacer. Por favor, si alguien tiene alguna sugerencia, hágamelo saber. ¡Agradecería cualquier ayuda!
09:05 Máxima: ¡¡Hola soy Max!! Aún no. ¿Pero tienen comida? Yo al menos sí. Martin estoy en el piso 19. ¿No puedes llamar a la central?
09:07 Martin. Hola Máxima. Por lo que me he dado cuenta, este lugar parece haber tenido algún tipo de corte de energía en el sistema de telecomunicaciones, no puedo llamar a nadie. Me alegra saber que estás bien, he estado un poco preocupado por los demás. Al menos sabemos que algunos de nosotros están vivos. ¿Estás sola?
09:09 Máxima: ¿Están vivos?? ¡¡Qué dices!! Estoy sola, ah sí recordé que hay alguien que no está en el chat, dijo que no podía sacarme pero que cualquier cosa estará vigilando o algo así, por la cámara de seguridad, no se quién es, pero parece alguien en la misma situación con acceso a las cámaras.
09:13 Martin: Espera, ¿un tipo que dijo que vigilaría por las cámaras? Eso es algo extraño y un poco escalofriante. ¿A lo mejor es un amigo que te está observando?
09:15 Máxima: ¿Amigo? ...que miedo 😰 no lo había pensado. Aun así, su número aparece privado. Le haré un cartel para ver si me envía mensajes o si está bien.
09:17 Martin: Claro, eso parece una buena idea. ¿Alguna noticia de los demás? ¿Alguien sabe algo de ellos?
El sonido de la radio del oficial interrumpe la conversación como una interferencia inesperada. La voz tensa y urgente del oficial llena la escena: "Central, central, ¿me copian? Oficial Morales Martin reportando desde la ubicación en la calle Florida al 1500. Estoy en una situación complicada y hay civiles involucrados. Necesitamos asistencia inmediata. ¿Alguien me escucha?". La tensión se incrementa, y la situación se vuelve aún más complicada con la llamada de auxilio.
Chat grupal:
09:20 Máxima: ¡Solo sé que Alejandro e Ibrahim están bien, el resto no han contestado hoy el chat!
09:22 Martin: Gracias Máxima. Me alegra saber que al menos Alejandro e Ibrahim están en buena condición. Por lo menos ¿Estás bien?
09:23 Máxima: Si, Ibrahim y yo hablamos por videollamada recién, para calmarnos por la situación. Estoy más tranquila. ¿Recién he comido unos sándwiches y tú has comido?
09:25 Martin: Todavía no he comido nada, pero encontré un par de barras de cereal y un poco de avena que voy a comer más tarde. Si quieres, podemos juntarnos en algunas horas para charlar un rato y ver que planeamos para salir de este edificio.
09:30 Máxima: ¡¡Que bien!! Perfecto, Martin nos hablamos más tarde, por cierto, parece que hay mala conexión por eso el resto no puede contestar a tiempo o esa es mi teoría, ya que a veces se me va a mí la señal.
09:32 Martin: Dale, hablamos más tarde, Máxima.
Máxima buscaba hojas de resma y un marcador en los cajones de los escritorios mientras la luz entraba por la ventana, haciendo que las partículas de polvo parecieran flotar en el aire. Acomodándose el cabello rubio, ella empezaba a acostumbrarse a la situación. Finalmente, decidió tomar una hoja en blanco y un marcador y escribió en letras gigantes "Hola, ¿estás ahí?", dirigiéndose directamente a la cámara. Después de cansarse de sostener el papel, lo pegó en la pared, esperando que el desconocido se pusiera en contacto con ella.
Santiago estableció una videollamada grupal, y en un instante, su figura se materializó en la pantalla. Su cabello, en un desordenado alboroto, competía con su traje de trabajo, que estaba ligeramente desabrochado. Su rostro, en ese instante, reflejaba la fatiga de alguien que había enfrentado innumerables desafíos. Sus ojos marrones, penetrantes y cansados, se fijaron en la cámara, como si llevaran el peso de un mundo de secretos y preocupaciones. Un ceño apenas perceptible surcaba su frente, un signo claro de las cargas que soportaba, una puerta entreabierta a los misterios que albergaba en su mente.
Sin embargo, Santiago tomó la palabra. "Hola a todos... Creo que todos deben estar cansados y somnolientos en este momento," dijo con voz firme, aclarando su garganta antes de enderezarse aún más. "Pero, por favor, escúchenme, tenemos que luchar contra esto y sobrevivir. No podemos ceder a nuestros miedos y preocupaciones. Debemos seguir adelante y haremos todo lo posible para escapar de este edificio."
En medio de la videollamada, la única figura que se conectó con éxito fue Máxima, cuya buena conexión contrastaba con la incertidumbre que envolvía a todos. Con voz serena, pero ligeramente aprensiva, Máxima rompió el silencio. "Hola... Santiago, ¿verdad? Supongo que no hay forma fácil de comenzar esto," dijo, sus palabras cargadas de la misma tensión que se siente al adentrarse en lo desconocido. "Pero necesitamos trabajar juntos para salir de aquí."