Z.Y.X.S

Mi territorio.

El suelo estaba resbaloso, varios charcos de agua tenían una profundidad peligrosa que pudiera hacerles tropezar, afortunadamente eran cuidadosos y gracias a sus Vairant poseían una reacción sobrehumana. Estaban prácticamente solos en eso, corriendo bajo la lluvia y en media oscuridad, esta no era mucho problema, contaban con otra habilidad muy útil en momentos así, podían ver en la oscuridad con mucha claridad, todo gracias a la visión de sus Vairant, esos colores pocos comunes, rojo, celeste y azul, era parte de aquellos seres y presentaban una gran ventaja para los chicos.

Corrieron hasta alcanzar aquel portón de seguridad, lo saltaron sin problema y continuaron su carrera para ascender por la calle, no tardaron mucho, lo que antes eran varios minutos, se vio reducido a unos 30 segundos corriendo en aquella calle inclinada. Alcanzaron la sima, llegando a la planicie de tierra roja, justo en ese momento no era mas que un enorme charco con agua y lodo. 

Keirot — ¡Bien! ¡Ahora debemos llamar la atención!
Jasuke — ¿Y cómo haremos eso? 
Keirot — ¡Cómo en Dragon Ball! ¡Aumentemos nuestro poder hasta que nos pueda encontrar!
Anyel — ¡Esto no es una caricatura, Keirot!
Keirot — ¡Me da igual! ¡Solo hablo del concepto! ¡Si llamamos la atención esa vez aquí, podemos hacerlo de nuevo! 
Jasuke — ¿Y cómo lo hacemos?
Keirot — ¡Así! 

Keirot corrió hasta las patas de la torre, escogiendo cualquiera de estas, respiró profundo, juntó las manos y se concentró en estas. Jasuke y Anyel miraban algo curiosos lo que él hacía. Pequeñas chispas comenzaron a formarse entre las palmas de sus manos, después, pequeños rayos se generaban ahí mismo. Tras un corto grito, Keirot coloca las palmas sobre la pata de la torre y toda la estructura metálica fue envuelta en aquella electricidad generada de las manos del muchacho. 

Gracias a la lluvia, esta se mostró mucho mas intensa, iluminando incluso y desprendiendo rayos que demostraban lo peligroso que sería para un humano cualquiera tocar cualquier parte de aquel metal. Jasuke y Anyel se cubrieron la vista con el brazo, el destello provocó una pequeña ceguera en aquel par. Mientras, Keirot fue empujado por una fuerte descarga eléctrica que explotó en las manos del muchacho, no provocó daños en él, pero si que lo lanzó contra sus amigos. 

El cuerpo de Keirot derribó a los otros dos, cayendo estos sentados en el suelo con Keirot casi cargado. La torre se quedó desprendiendo chispas y rayos durante un tiempo, ahora los tres miraban la estructura alta que estaba frente a ellos.

Jasuke — ¿Ese era tu grandioso plan?
Keirot — Claro, no es un Kame Hame Ha pero si que llamará la atención.
Anyel — La sutileza no existe en tu diccionario, ¿Cierto?
Keirot — ¿Qué es un diccionario? —Dijo con claro sarcasmo y mostrando una amplia sonrisa.

Anyel solo torció un poco los labios y Jasuke no pudo evitar reír un poco por las palabras del moreno, se levantaron con normalidad y solo admiraron la torre en completo silencio, ni siquiera sabían que esperaban o que debían ver, incluso cruzó por su mente que en realidad los Vairant pudieran confundirse o simplemente suponer.

Keirot — Comienzo a pensar que contraeremos una fuerte gripe por nada.
Jasuke — Yo estaría dormido justo ahora, pero no, decido hacerle caso al gran Koresu y me ando mojando por puro gusto.
Anyel — Y yo dejé a Masthian solo en casa, en media oscuridad, genial Keirot.
Keirot — ¡Ay ya! Vamos a casa, esto fue un fracaso, estúpido Zet, estúpida lluvia, estúpido todo. 
Jasuke — Vamos ya, tampoco tenía muchas ganas de pelear contra un bicho extraño.

Estaban empapados, llenos de lodo y con frío, bastante decepcionados se disponían a girarse para marcharse de ahí, su caminata ni siquiera dio inicio, los tres se quedaron quietos, mirando hacia aquella zona que sería la única salida de aquella colina sobre la que estaban. Una silueta de aproximadamente dos metros de altura, brazos largos con manos grandes, sus extremidades inferiores eran similares a las de un can, incluso se podría decir que parecía andar en puntillas. 

Parecía tener una larga cabellera despeinada y algo alborotada, la misma se movía al son del fuerte viento que corría por ahí, su rostro era imposible de ver, cubierto por la misma oscuridad y largos cabellos, lo que si se podía notar era un brillo magenta que claramente eran los ojos de aquella criatura. Un inusual vapor emanaba de lo que parecía ser su boca, se veía con claridad pese a la fuerte lluvia que inundaba el lugar. 

Los tres chicos se quedaron paralizados del miedo, aunque ya sepan de ese mundo, de los Vairant y cosas similares, no dejaban de ser solo unos adolescentes de apenas trece años, ver algo así tan cercano les causó pavor. Ninguno tenía el valor de hablar, solo miraban como aquello lentamente avanzaba hacia ellos.

??? — Así que eran ustedes... ¿Cómo se atreven a invadir mi territorio?

Y los chicos seguían en silencio, impresionados por su apariencia y por aquella voz tan profunda y tétrica que poseía aquel ser. Este dio un paso mas, los separaba apenas diez metros de distancia, algunas veces daban un pequeño paso en retroceso, ninguno sabía que hacer.

??? — Entran con su asqueroso poder a mis tierras... ¿Y ahora no dicen nada? ¿Qué son ustedes? ¿Por qué se ocultan como simples mocosos? 

Keirot frunció el entrecejo al escucharlo hablar, dejó de retroceder y decide dar un paso al frente.

Keirot — ¿Ocultar? ¡Nosotros no nos ocultamos de nadie!
??? — Hasta que se decide a hablar uno de ustedes. ¿Ya dejarán de fingir y me dirán que son? Su especie no me parece conocida.
Keirot — ¡No sé de que estás hablando! ¡Solo somos humanos un poco desafortunados!
??? — ¿Humanos desafortunados? ¿Me quieres ver la cara? Muy bien, si planean fingir todo el tiempo, no les daré la oportunidad de quitarme mis tierras, ¡Acabaré con ustedes inmediatamente!
Keirot — ¿Qué?




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