Hace 200 años, en Alemania el joven Roberth Schumann, estudiante de la escuela de derecho de las universidades de Leipzig y Heidelberg decidió renunciar a renombrada carrera para convertirse en pianista, su gran sueño anhelado.
Sin embargo, es muy curioso lo que tiene el destino para uno. Roberth, quien amaba tocar el piano no podía continuar con su sueño de ser pianista por una grave lesión en sus muñecas.
Todo se derrumbó para él. Sumido en la tristeza y en la decepción encontró algo de consuelo en la composición y se dedicó a componer hermosas obras para piano y otros instrumentos.
Muchos años transcurrieron y la vida de Roberth Schumann no fue sencilla. ¿Cómo podría ser fácil la vida de un artista?
El dolor, la pena, angustia y melancolía son el aire que respiran. Y el dolor que deja de ser un síntoma se convierte en una forma de vida.
Y fue esa pasión desbordante, llena de emociones e imaginación la que un día vio nacer a Märchenbilder.
Märchenbilder no es más que una pieza musical, bella, mágica y profunda. y es probable que se belleza sea imperceptible para algunos.
Pero para quienes son atentos y han tenido una pena, sabrán que Retratos de cuentos de hadas tiene la capacidad de transportarnos a un mundo distinto, alejado de la realidad, un mundo donde se puede tener paz y separare de las turbulencias de la vida. Es poder viajar a un verdadero cuento de hadas.
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