Libros de sexo sucio. Los mejores de este género.

—¡Eres mi jefe! ¡Eres mi tutor! ¡Eres mi doctor! ¡Por eso...esto no se puede! —¿”Tu” doctor? —¡Digo...eres doctor y punto! Entonces el señor Jefferson rompió la distancia entre ambos, empujándome contra la camilla de la sala de emergencias y envolvió mis piernas a su alrededor...