Capitulo 8

Semana 8. Miércoles.

Un día más, David se despertó diez minutos antes de que sonase el despertador. Pero a diferencia de otras veces, se desperezó bastante rápido. Así que se levantó de la cama sin hacer ni un solo ruido para poder ir al baño antes de que lo hiciesen todos a la vez. Pero antes de que diese su primer paso, vio que había una carta encima de la mesa. Por lo que se acercó hacia allí y la leyó en su cabeza.

"Queridos alumnos.

Hoy se realizará la esperada primera entrega de notas de este actual curso. Lo que significa que durante el día de hoy no habrá clases.

El orden de entrega será:

– a las 8:30 para los alumnos de tercero.

– a las 10:30 para los alumnos de segundo.

– a las 12:30 para los alumnos de primero.

Se recomienda que para las horas marcadas anteriormente, los alumnos deberán de estar en el comedor para el llamamiento.

Suerte.

Vuestro director."

Tras leer la carta, David estaba excitado por saber sus notas, aunque ya sabía perfectamente cuales iban a ser. Así que dejó la carta en la mesa y decidió meterse en la cama un rato más. Eso sí, apagó el despertador mágico para que Nicole siguiese durmiendo sin interrupciones.

Un rato más tarde...

Al final, David no pudo dormirse, así que cogió su diario mensajero y estuvo hablando con su padre hasta aproximadamente las diez de la mañana. Momento en el que se levantó de la cama para ir al baño. Aunque nada más abandonar la habitación, se vio interrumpido por alguien.

– ¡David! – Le gritaron.

David se giró y pudo observar que se trataba de Robin.

– ¿No estás nervioso por las notas? – Le preguntó su compañero.

– Un poco – se sinceró él –. Aunque ya se cuales van a ser. Así que no me preocupa mucho.

– ¡Qué morro! ¡Eso es trampa! – Le recriminó él.

– ¿Eso son celos? – Le preguntó David.

– ¿Qué qué? – Se sorprendió Robin –. No. Por supuesto que no – pausó –. Bueno, voy a ver si corro un poco, ¡adiós! – Se marchó corriendo de allí, dejando solo a David en el pasillo.

Escasos minutos más tarde...

David abrió la puerta de su habitación y se llevó una sorpresa al ver que la persiana estaba abierta y que Nicole se encontraba de pie y leyendo la carta.

– ¡Hoy nos entregan las notas! – Se exaltó Nicole –. ¡Bien, bien, bien! – Nicole se dio cuenta de que David había entrado en la habitación –. ¡Ah! ¡Hola, David! Tienes eso para ti – señaló hacia su cama.

David dirigió su mirada hacia allí y vio que había un gran paquete justo encima del colchón. Así que se acercó con curiosidad y en cuanto vio quien se lo enviaba, supo lo que era.

– El traje... – Susurró David empezando a romper el paquete.

– ¿No estás entusiasmado? – Le preguntó Nicole –. ¡Serán nuestras primeras notas!

– Bueno, yo sé que tengo todo aprobado, así que me da un poco igual – respondió él mientras abría finalmente el paquete y confirmaba lo que era.

– ¡Sin vergüenza! – Le recriminó ella de manera sarcástica.

– ¡Si tu también has aprobado todo! ¡Has tenido a un profesor fantástico! – Le comentó David mientras sacaba su traje del paquete y lo ponía encima de la cama.

– Bueno... Podía haber sido un poco mejor... – Bromeó ella –. ¿Ese es tu traje? – Nicole se dio cuenta –. ¡Qué mono qué vas a estar! – Añadió.

– No seas tan cursi, Nicole. Por favor... – Se quejó él.

– Que ganas tengo de que llegue el baile, ¿tú no? – Pausó Nicole –. Oye, ¿por qué no bajamos a desayunar y así hablamos con el resto?

Más tarde, en el comedor...

David dejó su bandeja en la mesa y seguidamente se sentó junto a Dewa, Erik y Nicole. Dándose cuenta de que ya eran las diez y media, por lo que Ángela ya sabía sus notas.

– ¿Ya tienes pareja para el baile? – Preguntó Dewa a Nicole nada más que David se sentara.

– Si – asintió ella.

– ¿Qué qué? – Se sorprendió David antes de poder dar un sorbo a su café –. No me lo has contado.

– Y tú no me lo has preguntado – le recriminó su compañera de forma amistosa.

– ¿Y quién es? – Curioseó Dewa.

– Marlon – respondió Nicole.

– ¿Marlon? ¿El capitán de futgía? – Se sorprendió Dewa –. ¡Tú si qué sabes escoger, chica!

– Bueno... – Nicole de sonrojó –. ¿Y tú, Dewa? ¿Con quién vas a ir?

– Se lo pedí a Erik – señaló a su compañero –. Pero cómo no va a estar... Se lo acabé pidiendo a Raf.