1. Oscuros: el libro prohibido

Capítulo 47

 

Reina, Tamara

 

 

 

Me encontraba sentada en el cómodo trono. El color rojo estaba presente en muchos vestidos y en muchas decoraciones, debo admitir que ese era mi color favorito y todos lo sabían y lo tenían bastante claro. Lamentablemente el sonido de aquellos gritos inadecuados resonaban por todo el palacio provocando jaqueca a todos los integrantes que lo componían, detestaba sentir dolor y lo peor era que mi hermano Jeremy no llegaba y las noticias acerca del maldito libro prohibido se veían acabadas.

Debía hacer lo mejor para el reino y aquella bruja me debía demasiado, las cuentas muy pronto le llegarán y por ese motivo caerá bajo y le dolerá mucho más de lo que ella podría pensar.

Los súbditos estaban corriendo despavoridos por doquier como si el fin del mundo estaría llegando, supongo que tener a tantos demonios y demás cautivos es mucho para ellos. Claramente había que hacerlo sin importar nada de lo que sucediera.

En un abrir y cerrar de ojos puedo observar que llega mi hermano lo cual me alegra demasiado, levanto con cuidado mi vestido para caminar hacia él sin ser pisado por mi o por mis súbditos alocados.

Al llegar a él tomé su rostro entre mis manos y dejé un beso sobre sus labios, un beso pequeño y casto que fue respondido inmediatamente por él. Solté su rostro y mi ceño continua fruncido.

 

— ¿Qué sucedió? —Fue lo que pregunté al notar su rostro adolorido y esa manera tan peculiar de sostener su cabello.

 

—Ella es mucho más fuerte de lo que era cuando estaba en éste mundo, al vivir allí ya no es lo que era… ella alzo su voz hacia mí —Jeremy me comentó todo lo sucedido con ella y todo lo que habíamos planeado con el reino se quedaría sin dar frutos.

 

— ¿Por qué tiene todo ese poder? —Pregunté sin comprender nada de lo que estaba sucediendo. Todo aquello que había planeado, todo lo que llevo años quedaría en el olvido.

 

—Porque ella tiene la colección de todos los libros… en la biblioteca sagrada —Murmuró Jeremy.

 

Simplemente negué al oír lo que salió de sus labios.

 

—No es posible, la biblioteca sagrada es de nuestra propiedad. Los libros y la colección son de éste mundo, de éste reino y si ella los posee tendrá un castigo justo y apropiado por su mal comportamiento —Dije casi en un susurro. Quería que sólo él oyera aquello y no todos.

 

— ¿Olvidaste lo que sucedió en aquella época? —Me pregunté Jeremy.

 

Mis ojos se cristalizan inmediatamente al recordar todo aquello que una vez sucedió y negué mirando sus hermosos ojos que heredo de nuestra madre. Ese bello y majestuoso color azul, ese azulado que parecía el mar mismo.

 

—Jamás…

 




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