Desde muy pequeña aprendí a ser comerciante, recuerdo que mi padre me enseñó a vender, comprábamos un kilo de chocolate y bolsas desechables, tres chocolates por un peso mexicano, vendía casa por casa.
Edtando en la primaria comencé a vender útiles escolares, pegamento, tijeras, calcomanías, colores y hasta biografías. Una pequeña papelería en mi mochila.
Durante la secundaria y preparatoria me lo prohibieron, sin embargo, vendía por catálogo, maquillaje.
En el último año de la preparatoria mi mejor amiga y yo abrimos un pequeño negocio de polvorones.
Normalmente se entiende que un emprendedor se enfoca en los negocios, sin embargo, también es aquel que sale de la zona de Confort.
Al ser mayor de edad, comencé a trabajar en diferentes sitios, logrando así, tener dinero para viajar, viajaba sólo con el dinero de la cartera, pocas veces llevaba una mochila con ropa, Generalmente no compraba nada, sino experiencias al conocer personas nuevas con grandiosas historias.
Incluso llegué a vivir en la casa de un matrimonio joven.
Considero que soy una persona emprendedora en diferentes ámbitos, tanto en lo económico como en las experiencias.