Dicen que los diamantes son pulidos a fuego y golpes; dicen que para ser diamantes deben pasar grandes procesos de intenso dolor; dicen que los diamantes son valiosos cuanto más puro y transparente sea.
Muchas veces nos preguntamos el "¿por qué a mí?" cuando pasamos por situaciones difíciles o dolorosas, cuando no hallamos la verdad en nuestra alma y cuando creemos en las crueles palabras de quienes nos rodean, culpándonos del mal que vivimos, sin distinguir si es una consecuencia de nuestros actos o es un proceso más de nuestra vida.
El diamante simboliza nuestra alma, nuestra personalidad y nuestra esencia; ser transparentes, puros y fieles a quienes somos. Evitar y destruir las impurezas que nos quitan el brillo.
En lo personal, mi esencia es la libertad, el arte y el entusiasmo; ver todo con amor y belleza; disfrutar y arriesgar; sembrar y cosechar. Así como arrancar y destruir aquello que me limita o ensucia; alzar la voz por los mudos, escribir por aquellos que callan, brincar por aquellos que el miedo los paraliza y pelear por los más débiles.
Considero que mi alma es bella, porque veo a los demás con belleza, sin juicios ni máscaras.