Tip 5. Pasar tiempo juntos.
Ya estaba junto a mi pequeño hermano y Alejandro.
Ellos se encontraban en la mesa donde estaba la obra de Guillermo, como tal ese era el lugar donde le tocaría presentar su trabajo, Alejandro estaba tratando de poner la sombrilla para que no le diera el sol a mi hermano.
— ¿Quieren ayuda? —les pregunte dando una sonrisa genuina, me sentía muy feliz, tanto que no me percate de lo amable que había sonado.
—Si, Solo para sostener la sombrilla mientras la amarro —me contestó Alejandro, el espero a que la agarrara para soltarla completamente y empezar a amarrarla.
—Bien, quedo muy bien —dije al terminar y ver como había quedado.
No dejaba de sonreír, Alejandro me miraba con sorpresa o eso era lo que podía ver en su rostro, se bien que no soy muy amable con él pero realmente estoy feliz.
Después de todo ayudarlo no me matara.
Luego de poner todo en la mesa, Guillermo empezó a hablarnos sobre su exposición, estaba practicando con nosotros...
El pelinegro se burlaba al escuchar a mi hermano y verlo tartamudear por los nervios que sentía y ante tal acto solo tenía una opinión; su risa.
Era linda y tierna.
— ¡Deja de reírte! — Exclamo Guille, colorado.
Se notaba que le daba vergüenza, pero eso solo provocó más al chico a mi lado, mi hermano solo dio una patada al suelo y se fue de ahí dejándonos solos.
Mire con las cejas fruncidas a Alejandro.
— Oye —dijo.
Se llevó una mano a su cabeza para acomodar su cabello, eran evidente que aún se reía, lo mire por educación y le di una sonrisa ladeada esperando a que continuara—Lamento mucho lo que le hice a tu cabello y también por mi comportamiento en este tiempo que he estado en tu casa, sé que empecé con el pie izquierdo y quise arreglarlo... Pero lo empeore más... No suelo tener amigas mucho menos amigos por lo cual es extraño tratar con las personas sin aparentar ser alguien que sabe lo que hace... lo que trato de decir es... que lo siento Lindsey.
Escuchar su disculpa hizo que mi corazón latiera más fuerte, había observado sus gestos mientras hablaba, juro que sentí sinceridad y arrepentimiento en sus palabras, su mirada había cambiado completamente, estaba muy apenado. Lo puedo asegurar.
No sé qué decir ...
—No pasa nada...—Fue lo único que mis labios pudieron formular luego de eso le sonreí— Pero eso no se significa que me agradas —Hable de nuevo para dejar claro que no con una disculpa me iba a caer bien.
— ¿Qué? ¿Por qué? —dijo alargando un poco las últimas letras, tal cual niño chiquito.
Giré los ojos.
—Porque fuiste grosero —dije volteando mi mirada al frente.
— Me acabo de disculpar por eso —habló con seriedad.
Juro que hasta sentí el frío del polo norte por un segundo, Junto a escalofríos porque el chico parecía molesto.
Quería escapar porque estar con él es como hablar con una pared y si habla debes prepararte para ver tu corazón en el suelo.
—Y acabas de volverlo a hacer, no me agradas —Dije sin despegar mi mirada de enfrente ya que evitaba sentir escalofríos por hacer enojar a don Hielo y veía a Jean leyendo con Isme.
¿Realmente solo vino al parque porque sabía que estaría aquí?
Es tan lindo.
— Entonces... —dijo mientras colocaba una de sus manos en su barbilla tocando sus labios—. Si estás celosa — comento cambiando el tono de su voz y con su otra mano chasqueo los dedos como si hubiera captado algo.
Fruncí la cara, no le estaba poniendo mucha atención, pero logré escuchar lo último y eso no es verdad.
— ¡Claro que no! —negué e inmediatamente inflé mis mejillas un poco molesta.
Me choca que todos piensen eso.
—Eres tan infantil —resopló y miró hacia dónde estaba mi madre, haciendo lo mismo que hacía yo hace unos segundos, ignorándolo.
—Ese es tu problema, tu eres... —dije con burla recargando mi cintura en la mesa mientras me cruzaba de brazos, pero de inmediato volví a mi postura y me quede callada.
Él inmediatamente volteó a verme con la nariz fruncida. No le gusto mi comentario.
¿Acaso así es su personalidad? Cambia muy rápido de humor.
Puedo jurar que en lo que he estado con el ha cambiado de humor como 4 veces.
— ¿Tú qué sabes de mí para decir cuál es mi problema? —me respondió con fastidio.
Fruncí mis labios al escuchar lo que había dicho sentía que había despertado una Bestia, ahora ya no era cruel y frio, sino que solo estaba molesto porque hablé de su personalidad...
¿Metí la pata?
A ver Lind... Piensa.
Cambia rápido el tema...
Mis ojos miraban todo a mi alrededor y luego se detuvieron en él y en su ropa...Parece un vagabundo...
—Tienes mal gusto para la moda...—alce mi ceja mi mirándolo un poco, al escuchar lo que dije mire a mis lados metiendo los labios.
Estoy rogando para que funcione.
Si su mirada era penetrante, en este momento sin duda quería matarme y definitivamente estaba molestó.
En que momento hable de más.
—A ver —hizo una mueca—Dime que sabes de mí.
No respondas nada...
¡Cierra la boca Lind!
¡No digas nada!
Escuchaba esa parte dentro de mí que me pedía a gritos que me callara y me fuera de ahí, pero también estaba la otra parte que quería aprovechar para hablar y decirle todo lo que no me agrada de él y su personalidad.
Me quedé mirando a Alejandro, disimuladamente volteé a mi derecha para ver si había cualquier oportunidad para escapar.
Pero no había oportunidad.
—. BIEN —hablé fuerte un poco irritada conmigo misma y giré mis ojos rendida, ya hablé demás ¿Qué me cuesta terminar? — En primera no sabes cómo tratar a las personas, te disculpaste y eso esta bien pero no con eso ya me vas a agradar mágicamente, me tratas como intrusa y él que se metió a mi casa y vida de la nada eres tú, no eres para nada amable y si lo eres es solo cuando se te antoja y quieres algo ¿Te recuerdo cómo fuiste los primeros días en mi casa? Si me hablas solo para que mi mama vea que no eres tan malo, mejor aléjate y decide de una vez si me vas a odiar o vas a ser amistoso. Porque yo no pienso darte mi amistad así de fácil, así que ódiame si quieres, yo ya te odio por muchas razones, y por último no estoy celosa ¿Ok?