—¡Lind! —exclamó Ismerai desde el otro lado de la puerta, seguido de eso se escuchó el sonido del timbre dentro de la casa.
Di un brinco al entrar en razón y recordar porque estaba afuera.
¡No me he cambiado de Ropa! ¡Estoy toda sucia!
¡Jean no puede verme así!
Salí corriendo a mi habitación, le hice señas a Ale para que abriera la puerta por mí.
El chico de cejas anchas de color negras y alborotadas sonrió amistosamente, luego procedió a caminar hacia la puerta para abrirla mientras yo subía las escaleras y entraba en mi habitación para ponerme un short y una blusa de tirantes lo más rápido posible.
—Alejandro—Distinguí la voz de Isme, abrí mis oídos para escuchar mejor, no se escuchaba mucho, pero se podía entender lo que decía— No creí que estuvieras aquí.
No percibí ninguna respuesta por parte del apolíneo, lo cual me hizo reír en bajo.
Ay Alejandro, eres la persona más apática que he llegado a conocer.
A tu lado el polo norte y sur se quedan cortos, no veía su rostro, pero podía imaginar su expresión amargada e inexpresiva.
— ¿Esta Lindsey? —Esta vez oí la voz de Jean.
Mi corazón comenzó a latir con prisa, Sentí como mi cuerpo se tensaba, mis mejillas empezaban a tornarse de color carmesí y una gran sonrisa aparecía en mi rostro involuntariamente.
con agilidad comencé a colocarme los tenis que me iba a poner.
—En su habitación —Refunfuño Ale. Hubo unos segundos de silencio— Puedes esperar a que baje, ella está en su habitación —Espeto Ale.
Eso se escuchó feo.
— ¿Y tú quién eres para poder prohibirme el paso? —Discrepo Jean con un tono de voz más fuerte.
¿Qué está pasando abajo?
¿Están peleando?
Me apure a amarrarme los tenis y me levante de donde estaba sentada, agarre una diadema que tenía en mi escritorio y baje las escaleras deprisa.
— Porque yo vivo aquí —Escuche a Alejandro, estaba sonriendo.
Era extraño que sonriera de esa manera, parecía orgulloso.
Jean dirigió su mirada hacia las escaleras viéndome arquear la cabeza con una sonrisa forzada, el frunció los labios y bufo amargamente.
Me quede mirando a los tres, Isme contrajo sus labios y los apretó incomoda, evitaba mantener su mirada fija, el ambiente estaba demasiado extraño.
— ¿Qué pasa? —les cuestione— Se escucha su pelea hasta arriba, parecen perro y gato. Y ni siquiera se han tratado—les reproche, evite mostrar mis emociones para que me tomaran enserio y me cruce de brazos para hacerlo más creíble.
— ¿El Presidente del Club vive contigo? —Pregunto Jean como si fuera un reclamó.
Voltee a mirar a Alejandro con mis ojos levemente desorbitados, parpadee varias veces analizando lo que decía Jean, eso para mí ya era normal.
Además, todos ya sabían eso, hubo rumores de que el equipo que nos tocó en el club fue planeado. Todo paso hace poco.
Me quedé callada porque no sabía que decir.
¿Qué no lo sabía?
— Eso tu ya lo sabias —Dijo Ale sonriendo burlón— ¿Estas Celoso? —Le pregunto ladeando la cabeza.
En ese momento sentí mi corazón detenerse por un momento.
¿Jean celoso?
—No, YO tengo Novia —Respondió de una manera grotesca y tajante mientras giraba su cabeza para mirar a otro lado, Un dolor invadió mi cuerpo, era obvio, él no estaría celoso...— Me... Me preocupo por mi mejor amiga...—a completo después de unos segundos.
Agache mi cabeza por un momento, solo quisiera que fuera por amor...
Pude ver de reojo como Alejandro se movió un paso hacia al frente y La volví a alzar, yo sé bien que Jean tiene novia y aun así me gusta, mis posibilidades son nulas, pero no puedo evitarlo.
Alejandro me miro y me sonrió completamente, dejándome ver su perfecta y brillante dentadura.
¿Hay algo que este chico no tenga perfecto?
Sentí su apoyo, era reconfortante, a pesar de cómo nos llevamos y lo que hemos pasado siento que hemos creado una buena amistad y eso hacía que no me sintiera mal ni incomoda era como si el supiera lo que estaba sintiendo en ese momento y me dijera "tú puedes".
—Como sea —contestó Ale pasando a su lado. Ahí note que Alejandro era más alto que Jean por media cabeza, Luego paso a mi lado para poner su mano en mi cabeza y alborotar mi exprés peinado.
—¡Ale! —le grité y él subió las escaleras riendo.
Su gesto me dejo una sonrisa cálida de oreja a oreja.
— Pensé que íbamos a Morir —Hablo Isme soltando un poco de aire—Vaya, sí que tú y Ale no se llevan—le dijo mientras le daba dos palmadas en su hombro.
— No me Agrada, Nada. —le respondió con disgusto.
Preferí ignorar todo lo sucedido y me senté en el sofá de un brinco.
— No te preocupes, al inicio tampoco me agradaba —Me empecé a reír— Pero mira, ya ha pasado un mes y ahora me agrada y me llevo mejor con él, es buena persona, solo que no lo aparenta.
Isme asintió con su cabeza para tomar asiento junto a mí y jean solo se sentó de golpe, comenzamos a platicar entre nosotros por un rato, olvidando lo sucedido y divirtiéndonos como en los viejos tiempos.
(...)
— ¿Quée? —dijo Isme alargando la última letra— ¿Cuándo? ¿Dóndeee? ¿Por qué nadie me dice estas cosas tan importantes? —preguntó con desesperación.
— Hoy, lo vi cuando fui a dejar a mi Hermanito —Le sonreí.
— ¡No puedo creer que mi crush de toda la vida a regresado! —Exclamó con emoción.
Ya habían pasado un buen de tiempo desde que mis amigos llegaron.
Jean estaba simpático, pero después de un rato no soltó su teléfono ya que estaba platicando con su novia, luego Isme solo empezó a hablar sobre lo sucedido últimamente, buscando el punto en donde mi vida se puso de cabeza.
El cual ninguna de las dos encontraba.
Ella seguía hablando y por un momento me quede mirando a Jean...
¿Cómo es que las personas cambian de la nada?