Una enfermera me saco de la habitación porque tenía que regresar a clases, en las clases tenia a Jean conmigo y este solo me mirada de reojo en cada una, lo tenía justo a mi lado y no me hablaba, quería hablarme, lo sabía. Iba a dar el primer, pero no.
Tenía que hacerlo solo porque fue él el que esta vez la rego.
—¿Cuándo vamos por ese helado que me debes? —me pregunto. Yo alce mis cejas al escucharlo—Se que la regué perdón, tus pagas mi helado y yo el tuyo y así es una manera para pedirnos perdón ambos ¿Trato?
—Ese helado tardara en llegar Jean —Le respondí un poco inexpresiva mientras miraba el pizarrón.
—¿Por qué? Podemos ir hoy saliendo
— No voy a poder, me voy con Alejandro y no cr... —No me dejo terminar.
— ¿Hay algo que hagas sin mencionarlo? —me contesto enojado.
—Adam —dije un poco molesta— Bájale a tus celos.
—No estoy celoso —contrataco.
—Entonces bájale a tu temperamento, todo lo que tiene que ver con Ale te molesta, te alteras y ni cuenta te das de cuando me lastimas por las cosas que dices. —dije y respiré profundo para calmarme.
—Es que todo lo que haces y dices tiene que ver con él, ni que fueran novios —respondió enojado y girando sus ojos.
— ¿Y si fuera así que? ¿No puedo ser feliz? ¿No me puede gustar porque no te agrada?
—Dijiste que no te gustaba —Me respondió enfadado, su voz era gruesa y firme.
— ¿Y qué si ahora me gusta? —le respondí con el mismo tono de voz solo que yo tenía una mirada firme y penetrante. Estaba enojada.
El siempre habla de Tiana pero evito ponerle atención para no lastimarme, en esta semana al verlos me sentía feliz y cómoda con verlos, eso reforzó mucho la pregunta de Alejandro.
¿Tú realmente quieres enamorar a tu mejor amigo?
Jean me gusta pero tiene novia y respeto eso, ahora algo que me está comiendo viva es Alejandro, su cambio de actitud conmigo.
No me puede dejar de gustar alguien tan fácil y menos por otra persona.
Si es así entonces jamás me gusto de verdad.
Esto es muy difícil.
Jean bajo su mirada.
— Solo quiero protegerte, no todos son lo que aparentan Lind. —me dijo triste— Si te gusta me alegro por ti, pero puedo decirte que Alejandro no es lo que aparenta.
Fruncí el ceño
¿De qué habla?
Estaba por preguntarle pero sonó la campana de la escuela, indicando que terminaban las clases.
Jean levanto sus cosas y espero a que hiciera lo mismo para ir juntos por Ismerai.
—Lo siento —Me dijo mientras guardaba todo— Tal vez si estoy celoso —Admitió mientras se sonrojaba y desviaba su mirada.
Verlo así hizo que me sonrojara.
—Olvidemos esto, vamos —Lo tome de la mano y lo jale a la enfermería para estar con nuestra amiga un momento antes de que sus padres se la llevaran.
—¿Cuándo vamos por unos helados? Solo tu y yo. Mejores amigos juntos.
—¿Qué te parece el 11 de noviembre?
— ¿Por qué hasta el 11? —cuestionó.
—Porque me iré de vacaciones con mis padres —reí— regresamos el 10.
— Mmmm —giro sus ojos disgustado, creo que ya sabía más de lo que había dicho —Esta bien, esperare a que vuelvas, ¿Se irán mañana?
—Eso parece.
Llegamos a la enfermería y ahí estaba Tania, esperando afuera, ella nos vio y su centro su mirada en como Jean y yo teníamos las manos agarradas, me sonroje y de inmediato lo solté e hice señas llena de nervios pero sin decir mucho entre a ver a Ismerai.
Isme estaba de pie con su mama aun lado ayudándola a levantarse, salude a la señora con alegría y las ayude con los regalos de Isme. No viven muy lejos, realmente vive frente a la escuela.
—No es necesario que hagas esto hija, ya es tarde deberías ir a casa —me dijo su madre con amabilidad y una serenidad tan tranquila.
—No se preocupe me voy con un amigo, pero aún no ha pasado por mi —le explique a la señora y ella asintió con una sonrisa.
— Entonces... ¿Ya es tu amigo? —Me pregunto Isme con curiosidad mientras su mama la ayudaba a caminar.
— Lo empiezo a ver como un hermano, el hecho de tenerlo en casa y conocer mejor como es me recuerda a July —me reí alegremente.
— Chicas —Nos hablaron.
Las dos volteamos al mismo tiempo, era Jean.
Jean miro a la madre de Isme y la saludo con alegría.
— ¿Qué pasa? —Le respondió mi amiga.
— Iré a dejar a Tiana a su casa, venía a despedirme y a saber cómo sigues —Señalo a Isme y se acercó a nosotras para darnos un beso en la mejilla de despedida, pero cuando le dio el beso a Mery le susurro algo y ella solo asintió.
Por mi parte me sonroje, no puede evitarlo, me sonrojo si me habla bonito o si le tomo de la mano, me lleno de nervios. Es claro que me gusta, pero...
¿Es real?
Gire mi cabeza para sacar esos pensamientos, la madre de Isme ya había sacado a mi amiga de la habitación y Jean ya se había ido con su novia, Agarre bien todos los regalos de Isme y mi mochila en ese momento Ale se apareció
—¿Necesitas ayuda? —Me pregunto, yo jalé mi mochila y asentí.
—Siempre apareces cuando te necesito —dije burlona mientras le daba el trofeo y un ramo de flores. — ¡Vamos! ya se fue Isme y su madre.
—Si si, las acabo de ver, vamos —Dijo y salimos juntos detrás de ellos.
Al llegar a su casa su madre nos invitó a pasar, pero nos negamos porque ya era tarde y debíamos llegar a nuestra casa, Isme se despidió con su mano desde su habitación, su cama estaba pegada a la ventana, solo le habían levantado la cortina.
Que suerte tiene porque a partir de mañana no hay clases y tendrá tiempo para recuperarse.
Ale y yo nos despedimos de Isme y seguimos nuestro camino a casa.
— ¿Quieres una malteada? —Me pregunto después de un rato.
Era curioso porque Alejandro camina super rápido, pero en este momento iba a mi paso.
¿Ya he mencionado que es alto?
Bueno, con lo largo de sus piernas da dos pasos equivalentes a uno mío, o sea
¡Camina muy rápido!
Literalmente tengo que correr para estar a su paso, pero como el buen chico que es, camina más lento por mí.