Manos donde reposan los sueños más ansiados
Cubren la miel de mi voz,
¡Sí, mi voz!, la cual ausente y temblorosa
Se desliza por un riachuelo de lava
Cuyo desenlace es el refugio de tus brazos.
¡Lanza los sueños de tus manos!
¡Lánzalos al cielo más lejano!
Para que yo vaya donde tú vayas,
Para que yo oiga lo que tú oigas,
Pues conoces los secretos más guardados,
Los secretos de los sueños jamás contados.
¡Y que mis manos se extiendan como las tuyas!
¡Y que mi voz temerosa no te ahuyente!
Mágico magma ardiente, vuelve a mi solo volcán,
Llénalo de fuego, tu fuego vehemente.
Corre por el bosque ondulante y lleva tu lampara ardiente
Y no olvides el mapa ni mi voz ausente.