Semana 29. Lunes.
Otro mes más en el que no ocurrió nada, provocando que algunos volviesen a la normalidad y haciendo que otros se volvieran algo histéricos. De hecho, el ministerio reforzó la seguridad en todos sus sitios porque creían que La Hermandad se estaba infiltrando en sus sistemas. Lo que imposibilitó a David el crear portales a sus anchas hacia allí.
A pesar de toda esta situación, la escuela seguía su ritmo y hoy lunes se iba a realizar la prueba de la evaluación. Prueba que no sabían de qué iba pero si sabían que requería de mucha potencia, así que esos últimos días los alumnos se fueron preparando para eso.
– ¿No has vuelto a hablar con Robinson, no? – Le preguntó Nicole mientras David y ella caminaban al aula en dónde se supone que debían de explicarle la prueba.
– No… Y no sé si preocuparme, la verdad – contestó él con la mirada seria.
– ¿Y por qué no vas y hablas con él? – La propuso ella.
– Ahora hay que pedir una audiencia para verle… Y eso requiere de muchos papeles, así que no creo que…
– ¡David! – Kate apareció por detrás de ellos y dio un pequeño sprint hasta cogerlos –. ¿Cuándo continuaremos con el entrenamiento?
– Este fin de semana seguro que le damos a tope – contestó él siguiendo los pasillos –. Y entre semana… Va a estar complicado, haber como acabamos hoy…
– ¿De qué crees qué será la prueba? – Formuló Kate.
– Yo creo que van a ponernos al límite de nuestras fuerzas – respondió Carlos apareciendo por otro pasillo.
– Sí, ¿pero cómo? – Quiso saber Nicole –. Hay gente que no aguanta tanto…
– Lo vas a hacer bien, Nicole – animó David a su amiga.
– Yo creo que será más fácil de lo que realmente pensamos – agregó Simón por sorpresa y justo detrás de ellos.
– Veremos…
Minutos más tarde…
Todos los alumnos estaban sentados en las mesas individuales y esperando pacientemente a que apareciera los profesores. Pero viendo los que eran, la prueba se iba a realizar por clases. Y eso a David le tranquilizaba y a la vez le asustaba, ya que tendría que liderarlos. Y cada vez que lo hacía, no sabía si lo estaba haciendo bien o no. Así que mientras estaba perdido en sus pensamientos, los profesores hicieron acto de presencia, encontrándose entre ellos a Narba, Aris y Delamarte.
– Buenos días a todos – comentó Narba poniéndose delante de ellos.
– ¿Estáis listos para la prueba? – Agregó Aris.
Todos los alumnos asintieron e inmediatamente los profesores miraron a David por el motivo que él había pensado.
– Sí – David tragó saliva.
– Muy bien, porque hay un cambio de planes – soltó por sorpresa Narba.
– ¿Cómo? – Quiso saber Alessia.
– ¿Qué? – Lucas Masculló.
– Otra vez no… – Susurró Nicole.
– Vuestra prueba va a ser de resistencia en vez de fuerza – comunicó su tutora.
– ¡Eso es injusto! – Soltó Marlon.
– ¿Por qué habéis hecho algo así? – Preguntó Kate.
– Sois la mejor clase de todas y vosotros estáis a otro nivel. Y una de las cosas que debéis de practicar es la adaptación a situaciones imprevistas como esta…
– ¿Nos hemos estado preparando para nada? – Refunfuñó Lucas –. David, ¿no vas a decir nada? – Todos le miraron.
– A mi me ha pillado también por sorpresa, chicos… – Contestó él inmediatamente –. Pero imagino que en una batalla hay que adaptarse al momento, así que…
– Si pasáis la prueba, tendréis una serie de recompensas – comentó Aris –. Carlos, ¿no te gustaría visitar la universidad mágica? – Pausó –. Nicole, ¿no te gustaría ir a los Alpes mágicos de vacaciones? Marlon, Lucas… ¿No os gustaría ver un partido del mundial de Futgía? – Paró de nuevo –. David, ¿no querrías ver a Emily?
A David le pilló por sorpresa aquello, ya que era más bien un chantaje que una prueba…
– Tendréis más recompensas, claro – añadió Aris.
– Eso es trampa – masculló Alessia –. Nos estas incentivarnos con cosas que no sabemos si son de verdad…
– Son de verdad – contestó Delamarte –. Pero recordad que dependéis de vuestro líder y él depende de vosotros – comentó –. Así que no la lieis.
– La evaluación será individual – comunicó Narba –. Así que os estaremos vigilando…
– ¿De qué se trata la prueba? – Preguntó David.
– Os enfrentareis a varias olas de enemigos – respondió la tutora.
– ¿Qué clase de enemigos? – Preguntó Alessia.
Y de repente, David notó aquella sensación de oscuridad y miedo en el cuerpo que tan solo ocurría cuando…
– ¡No! – Soltó David levantándose de su silla.
– ¿Se puede saber qué… – Narba se quedó a medias al ver que se había hecho de noche por unos instantes.
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Editado: 30.03.2022