21 gramos.

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La historia se distorsiona un poco, cada día que pasa es contacto que tengo menos contigo, dejándome con la duda en boca y el corazón miedoso en manos.

¿Qué pasó? nunca supe hasta que insistí por una respuesta, hasta que lloré frente a tus ojos y no acudiste a mí en apoyo; no supe nada hasta que te dediqué mi último poema.

Te alejabas de mí con miedo a crear algo que no pudiéramos llevar adelante.

Porque era cierto, los dos hemos sido almas rotas  deambulantes en busca de un nuevos hogar donde ser sanados y amados sin miedo a prejuicios o críticas.

Te alejaste de mí hasta que tuve que apagar todo sentimiento más allá de una amistad entre ambos  y te dije que ya no sentía nada por ti… fue una mentira que hasta hoy no ha terminado.

No puedo apagar un sentimiento que en realidad no tiene etiquetas, porque no hay ninguna que te pueda poner: no somos amigos con derecho, ni hermanos, solo amigos, novios o compañeros de clases.

No somos nada de eso porque ambos sabemos que es cierto y reconocemos que no hay otro lugar donde podamos ser nosotros mismos.

Y yo encontré un hogar en ti, un vínculo de amor y seguridad que perdí entre tantas despedidas sin razón. Ese hogar que tuve miedo alguna vez de perderlo por un descuido mío.

Pero ya no tengo miedo, porque ese hogar ya tiene el nombre de ambos, y nadie lo puede derrumbar.

 



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En el texto hay: amor, amistad, romamce

Editado: 22.04.2019

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