3. Cazadores Legendarios. Las Reliquias del Rey Mistico

18. El mensaje

Katherine y Eric se reunieron con sus compañeros en la calle. Incluso la directora estaba con ellos, aunque lo más probable, es que solo haya accedido a comer para enterarse de lo que le había ocurrido a Eric en estos días.

Una vez que el equipo estaba al completo, empezaron a andar en dirección al restaurante. Se separaron en varios grupos, delante, Sarah junto con Samanta y la directora, en medio, Derex y Stephen y detrás, Katherine. Eric no sabía con quién ir, si con Katherine, que estaba sola y que iba perdida en sus pensamientos, o con Sarah, que al fin de cuentas era su novia. Al final, ni la una ni la otra, se quedó en medio con Derex y Stephen.

Al cabo de unos veinte minutos largos andando, por fin llegaron al restaurante. Que para sorpresa de Eric, no era al que iban siempre. Era mucho más elegante y el interior estaba más cuidado. Se notaba que lo había elegido la directora.

Una vez que Sarah había hablado con el responsable para avisarle de que tenían una reserva, un camarero les guio a través del restaurante hasta que llegaron a la mesa. Se sentaron de la siguiente forma, a lo largo de la mesa, Sarah, Eric y Samanta. Justo en frente, Stephen, la directora y Derex. Y en lo ancho de la mesa, Katherine, que estaba lo más lejos posible de Sarah porque ésta última lo quería.

Al principio conversaron alegremente, después pidieron la comida y continuaron hablando. Pero llegó un momento en el que la pregunta por fin salió a la luz.

– Bueno Eric – dijo la directora dejando el tenedor en el plato –. Vamos a hablar para lo que realmente hemos venido – el resto del equipo se quedó en silencio.

– Vale, vale – Eric bebió un poco de agua antes de empezar a hablar.

Eric odiaba ser el centro de atención, pero no tuvo más remedio que aguantarlo y empezó a contar todo con el máximo detalle posible, eso sí, sin lenguaje ofensivo, ya que Samanta estaba al lado suya.

Justo cuando estaban acabando de comer el postre, Eric terminó de contar todo. Durante el discurro de la historia, nadie le había interrumpido, nadie murmuro nada, nadie le preguntó acerca de eso. Todos se mantuvieron en silencio escuchando con atención lo que decía Eric.

– ¿Y qué pasó con Stewis? – Stephen fue el primero en hablar en cuanto Eric finalizó su historia –. ¿Era un traidor no? ¿Qué hicisteis con él?

– Pues no tengo ni idea – respondió Eric –. Cuando volví con la reliquia todo había acabado. Ni si quiera le vi – pausó –. A lo mejor está muerto... O vete tú a saber.

– ¿Y cómo es posible que alguien vivo haya podido entrar a ese mundo? – Preguntó la directora intentando pensar.

– Pues igual que lo hice yo – pausó Eric –. Muriendo.

– Si. Es lo más lógico – habló Derex –. ¿Pero cómo sabía La Orden el método para hacerlo?

– Es La Orden,Derex – le respondió la directora bruscamente –. Te recuerdo que están en nuestra central y que allí tienen a su disposición muchísima información.

– ¡Argh! – Gritó por sorpresa Eric cuando notó que la cabeza le iba a explotar.

De repente, Eric sintió como su cabeza se empezaba a estremecer y el cerebro le empezó a doler de forma agresiva. Por si fuera poco, un pitido agudo le empezó a retumbar por los oídos. De forma inesperada, empezó a hablar una voz dentro de su cabeza, "¿Hay alguien ahí? ¿Alguien me escucha?" Escuchó Eric.

– ¿Habéis escuchado eso? – Preguntó Eric al equipo –. Parecía una chica.

Todos se miraron los unos con los otros y todos negaron.

– ¡Mierda! – Refunfuñó Eric –. ¡Derex! ¡Únete a mi mente!

– ¿Aquí? ¿Delante de todos? – Se sorprendió Derex.

– ¡Ya! – Le gritó Eric.

Derex, sin más remedio, cerró los ojos y se unió a la mente de Eric. En el momento en el que lo hizo, se estremeció en la silla al sentir todo aquel dolor. Y eso no era lo único, también podía oír aquella voz que decía Eric.

"¿Hay alguien ahí? ¿Podéis responder?". La voz paró de hablar unos segundos. "Da igual. Este mensaje va dirigido al cazador primigenio, si es que de verdad existe y si sigue vivo. Estamos atrapados en una base de La Orden cerca de la sierra de Madrid. Somos medio centenar, hay desde gente joven hasta cazadores. Por favor, necesitamos tu ayuda. Tenemos que salir de aquí lo antes posible. Nos están torturando para sacarnos información que no disponemos. Es más, algunos mueren después de que hayan sido torturados. Así que te ruego por favor, que vengas y que nos salves, no aguantamos más. Las coordenadas son, 40º 42'45.0 norte, 4º 06'42.8 oeste. Ven lo antes posible". El mensaje finalizó y tanto Eric como Derex volvieron a la realidad.

– ¡Au!– Eric giró la cabeza de un lado a otro. Todavía le dolía –. ¿Qué ha sido eso Derex?

– ¡Dios! – Derex se retorció en la silla –. ¡Qué dolor!

– ¡Qué leches hacéis vosotros dos! – Les gritó la directora muy enfadada.

– ¿Estás bien? – Preguntó Sarah a Eric mientras le miraba de forma preocupada.

– Sí, sí. No te preocupes. Solo es un dolor de cabeza – respondió Eric con la sensación de una resaca.

– Exijo una explicación – dijo la directora mientras le salía humo de la cabeza –. ¡Ya! – Gritó.




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