Semana 49 en el reino.
Pasaron bastantes días desde la última interacción acerca del innombrable, ya que ninguna de las dos informantes les avisó hasta ahora. Cuando una paloma mensajera dejó una nota encima de la cama en la que se le indicaba que fuese a la biblioteca.
A parte de eso, el reinado fue bastante bien, fueron adaptando nuevas medidas a las necesidades de la gente y los rebeldes no habían atacado de nuevo desde los ogros, lo que preocupó a David a fin de cuenta.
Respecto a su relación con Ariel, había vaivenes constantemente desde lo sucedido hace varias semanas atrás. De hecho, gracias a eso se había vuelta a acercar más a Emily.
– ¿Por qué no regresas a nuestro tiempo? – Le preguntó David por decima vez.
– Te he dicho que no las otras veces, así que te volveré a decir que no – sentenció ella –. Me quedaré contigo hasta que se cumpla la misión.
– Eres la mejor, ¿lo sabes no? – David se acercó a ella y la besó rápidamente –. Tengo que irme – se alejó de ella y abandonó aquella sala –. Ya nos veremos… – Miró a ambos lados del pasillo y salió pitando al ver que no había nadie, encontrándose a mitad de camino con Lucas.
– ¡David! – Soltó él.
– Voy a la biblioteca, ¿vienes? – Preguntó él.
– No puedo, tenemos las maniobras en el bosque – contestó Lucas.
– Cierto – admitió David –. Pues que te vaya bien, ¿quieres? Ya te contaré luego lo que me diga.
– Palabra a palabra, ¿vale? – Exigió Lucas.
– Y si quiero te pongo las comas y puntos – se rió David –. Venga, que no quiero llegar tarde – rodeó a su amigo y continuó su camino hacia la plaza en la que le estaría esperando su carruaje. Pero de repente, en uno de esos pasillos desérticos, notó algo raro en el ambiente.
– ¡David! ¡Van a por ti! – Falista apareció de golpe delante de él y al instante un hombre encapuchado apareció tras ella, la agarró y se teletransportaron.
– ¡Mierda! – David hizo aparecer una bola Equial y empezó a correr por el pasillo, aunque no le sirvió de nada. Ya que otro encapuchado apareció delante de él y le agarró el hombro para a continuación teletransportarse. Aunque David logró detener el teletransporte a mitad de camino, cayendo de golpe en el bosque.
– ¿Pero qué? – Gritó el encapuchado –. ¿Cómo?
– ¡Agh! – Se regodeó David al haberse chocado con un árbol.
– ¡Tú! No lo vuelvas a hac… – El encapuchado se volvió a acercar a él e intentó agarrarle de nuevo, pero por mucho dolor que tuviera David, éste hizo aparecer una cúpula Equial a su alrededor que le protegía de todo lo de fuera.
– ¡Quien eres! – Gritó David –. ¿Qué queréis de mí? – Se intentó levantar.
– Interesante… – El hombre puso su mano en la cúpula para poder sentirla.
– ¿Qué habéis hecho con Falista? – Exigió saber David haciendo aparecer una bola Equial.
– Está bien, solo la hemos quitado de en medio – comentó el encapuchado alejándose de la cúpula –. ¿Cómo has roto el teletransporte?
– ¿Quiénes sois? ¿Por qué me buscáis? – Volvió a preguntar David.
– ¿De verdad que no te haces una idea? – Vaciló el encapuchado.
– ¿Sois los rebeldes? – Masculló David.
– No, por dios. No nos compares con esos fanáticos… – El encapuchó se sintió herido por ese comentario.
– Entonces… – David se dio cuenta –. ¿Eres uno de Los Héroes? – Abrió la boca de par en par.
– Ahí lo tienes – contestó el encapuchado sin inmutarse.
– ¿Y qué queréis de mi? ¿Por qué has aparecido así cómo así? – Insistió David.
– ¿De verdad qué me vas a hablar tras la cúpula?
David convirtió la cúpula Equial en una barrera que llegaba hasta el infinito.
– Fascinante – recalcó el encapuchado poniendo de nuevo la mano en aquella magia.
– ¿Por qué estáis ocultando cosas? – Preguntó David de repente.
– Esa pregunta deberíamos de formulártela a ti y a tu amigo – respondió el encapuchado –. ¿Por qué de dónde habéis salido? ¿Por qué vais detrás de Ras-Talsha? ¿A qué habéis venido realmente?
– Así que por eso era el secuestro, querías interrogarme – susurró David.
– Por supuesto… Sois muy curiosos…
– Para raros vosotros… – añadió David –. ¿Por qué andáis por el pueblo espiando? ¿Qué es lo qué buscáis?
– Buscamos que no vuelva a ocurrir otro desastre como el de Ras-Talsha – comentó él –. Y todo estaba bien hasta que llegaste tú y tú amigo. Aunque tu magia dice todo lo contrario. Entonces… ¿Por qué estáis buscando información acerca del innombrable? ¿Por qué estáis moviendo todos los hilos posibles para no conseguir nada?
– ¿Para no conseguir nada?
– ¡El rey! – Gritaron un grupo de soldados que estaban haciendo casualmente las maniobras por esa zona –. ¡Vamos, hay que protegerle!
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Editado: 17.07.2022