Bastaron tan solo unos días para que Sky terminara los primeros bocetos de nuestros vestidos. Eran bastante bonitos, y por sobretodo, había cumplido su promesa acerca del escote del mío.
Habíamos estado observando los vestidos a mitad de clase, por lo que después de varios minutos, nos obligamos a concentrarnos en la materia que el profesor explicaba frente a nosotras.
Esa semana sería una semana ocupada y estresante, teníamos varios asuntos entre las manos que teníamos que resolver junto a nuestros compañeros de clase y otros asuntos relacionados con las postulaciones a las universidades.
Sky estaba siendo bastante madura sobre el tema de Nate, pero a Ronnie y a mí parecía complicarnos más de lo debido. Ronnie se sentía incomoda, y yo me sentía culpable por haber insertado a Nate en nuestro camino, pero a Sky parecía no importarle.
Todos los años en la escuela, se hacían actividades para recaudar fondos para donar a caridad, y este año no es la excepción. Nuestros compañeros de curso son los principales encargados del asunto, ya que somos de último año y los que tenemos más arrastre social, pero por lo general mis amigas y yo solo acatamos las órdenes de los demás, no nos gusta meternos en planificaciones de nada, ya que nuestras ideas muchas veces no son escuchadas.
Este año haríamos una fiesta elegante donde podrían ir tanto adultos como jóvenes. Habrá una pista de baile, un espacio para comer, e incluso un escenario para el karaoke y todo el dinero recaudado esa noche, será donado. El gimnasio quedará decorado como si fuese nuestro propio baile de graduación, y para eso se necesita de mucha ayuda, algo que no me agradaba, ya que tendría que gastar mi tiempo y mi energía en decorar aquel gimnasio. No me gustaba el trabajo.
Ya no tenía suficiente tiempo para leer libros, mi tiempo se dividía entre las actividades escolares y los estudios, no tenía libertad para escoger en qué gastar mi tiempo. Mis padres por otro lado intentaban no presionarme con el asunto de la universidad, pero mientras más se esforzaran por no hacerlo, más presión sentía yo.
¿Era la única que no quería entrar a la universidad?
No tengo ni la menor idea de qué es lo que quiero estudiar, ni siquiera sé en lo que soy buena. Me va mal en historia, y horrible en matemáticas, no tengo puntos fuertes en ninguno de mis ramos, y mis padres jamás dejarían que estudie algo que no genere dinero. Me siento perdida.
Mis amigas parecieran tener todo resuelto en sus vidas, pero yo siento que voy detrás de ellas como un perrito que no tiene a quién más seguir. Cada vez que hablamos del tema, siento que soy la única que no sabe qué es lo que quiere.
¿Tan rápido pasó el tiempo? Ni siquiera me he dado cuenta de que estamos a punto de terminar el año.
No pienso mucho acerca de la universidad porque es un tema que me desagrada y deprime, por eso lo evito cada vez que puedo dentro de mi cabeza y de la cena con mis padres, prefiero hablar de temas aleatorios y sin importancia, como por ejemplo de lo que almorcé ese día o de un nuevo chiste que Ronnie me ha contado.
Si todos los días que llego a casa me siento agotada, no quiero ni imaginar cómo serán los próximos días en los que tendré que quedarme trabajando en la decoración del gimnasio después de clases.
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Editado: 14.05.2019