— ¿Serán de Toev? — pregunta Dan susurrando, luego niega — No, estamos lo suficientemente lejos como para que lleguen aquí — se responde él mismo.
Hay demasiadas personas caminando hacia nosotros, entrecierro los ojos y trató de ver mejor pero no me es posible.
— Dan… — le veo el rostro al que va coronado la manada y me pongo de pie rápidamente, pronto llegarán a nosotros. — ¡Dan! — él levanta una mano en mi dirección y sigue mirando en su dirección.
— Puede que necesiten ayuda — vuelvo a decir su nombre pero me calla con un shhh, — Sigrid, hay que…— se levanta rápidamente cuando el zombi está lo suficiente cerca como para reconocerlo como lo que es.
— ¡LOIS, ENCIENDE EL AUTO! — grito y el chico se levanta de donde está y me mira.
— ¿Cómo hago eso? — pregunta tranquilo. Dan va corriendo hasta allí y yo lo sigo caminando rápido. Daila antes había jugado con las mochilas, así que las dejó regadas por todo el lugar, las recojo y las meto en los asientos de atrás. Lois me mira, levanta las manos y los hombros a modo de pregunta.
— Muévete si no quieres acabar mordido — le digo, él mira hacia mi espalda y al parecer ver lo que Dan y yo vimos segundos atrás, se levanta de su lugar y se sienta en el lugar del copiloto.
El auto hace su sonido y Dan grita de alegría.
— ¡¿Donde está Daila?! — pregunto alzando la voz, Dan abre los ojos y mira a Lois.
— ¡Mierda! — dice y sale del auto — ¡dijo que iría a explorar por allí! — señala un lugar frente al auto.
— ¡¿ y tú la dejaste?! — le gritó y sacó un arma de la mochila — ¡¿eres idiota o que mierda te pasa?! …. — Dan llega a nuestro lado y me interrumpe.
— ¡SIGRID! — lo miro y él mueve la cabeza hacia atrás, volteó rápidamente y veo que hay muchos y están cerca — voy a buscar a Daila — dice pero yo niego.
— No, voy yo. Tu eres el único que sabe mover esa cosa — le digo señalando el auto — estén aquí listos, o mueve el auto y ya llegaremos. Me llevo esto — levantó el arma y empiezo a correr hacia el lugar que señaló Lois.
Me adentro en los árboles, miro el suelo en busca de huellas pero como no ha llovido no hay ninguna. Muevo la cabeza para ver si esta cerca pero no la veo.
— ¡¡Daila!! —grito su nombre pero no recibo respuesta — ¡¡DAILA!! — grito de nuevo y siento que todo a mi alrededor se mueve, ella tiene que estar por aquí — ¡¡DAILA!! — escucho un ruido de hojas y corro hacia el, ella está sentada de espaldas a mi, cuando me acerco logró ver su mano con sangre. Corro más rápido, me giro, caigo pero acabo sentada frente a ella, en su mano hay una roca y entre nosotras hay uno de ellos — ¿ Qué... — se me corta el aire — ¿qué pasó? — ella levanta la cara, tiene los ojos llorosos. Está asustada. — ¿te mordió? — niega con la cabeza— ¿estás bien? — ella asiente.
— Yo sólo... — la levanto y la tomó de la mano.
— Tenemos que irnos, corre — empiezo a correr con ella, llegamos a donde estaba antes el auto que ahora está más adelante, los sombis están a pasos de nosotras, sigo corriendo y escucho a Daila quejarse. Dan saca la cabeza por la ventana — ¡NO TE DETENGAS! — giro la cabeza para ver a Daila justo cuando ella tira la roca ensangrentada contra la cabeza del primero que se tambalea y cae, — Daila corre adelante y salta al maletero — me detengo y le doy ventaja, empiezo a disparar mientras camino hacía atrás, Daila grita algo, giro la cabeza y ella está sentada, vuelvo a correr, alcanzo el auto y salto. Dan susurra un “oh-oh”, me giro y veo que delante está lleno de árboles.
— No podemos pasar — dice.
— Da la vuelta o algo — le digo.
— Sólo puedo dar reversa — dice casi gritando.
— Lois, ven aquí y dispara — le entregó un arma a Daila — y tu, Dan, da reversa — los tres empezamos a disparar y el auto se empieza a mover, luego gira rápidamente y estamos en la carretera, Dan acelera y grita a todo pulmón, Daila se une a los gritos levantando las manos una llena de sangre y otra con un arma y yo sólo pienso en lo cerca que estuvimos.
Editado: 15.08.2019