Romano aprieta los puños con fuerza cuando Alexander avanza en dirección a su novia y la estrecha entre sus brazos. No hace ningún comentario fuera de lugar, ningún tipo de insinuación o confesión, pero la forma en la cual la mira, la forma en la cual acaricia su mejilla y besa su frente dicen más que mil palabras. Para aumentar su pesar, ella esta lejos de verse incomoda o molesta, le sonríe con calidez y aquello no hace más que aumentar lo celos y el rencor.
–No puedo creer que los tres estén en tan buen estado después de ver en las condiciones en las cuales llegaron– dice el dice el doctor complacido. –Espero que al menos, lo acontecido les haya servido para reflexionar y tomar mejores decisiones en el futuro.–
–Aunque a diferencia de esta princesa, mis lesiones eran solo rasguños...– Comienza a decir Alex, ganándose una mirada cargada de reproche por parte de Alai, por su nuevo apodo. –Créame que todo lo que paso en estos días me cambio para siempre. Nunca voy a olvidar lo que sentí cuando la vi agonizando en el asfalto... en ese momento entendí que es lo verdaderamente importante y que es lo que quiero para mí futuro.–
–Vamos Ken, ¿te pusiste sentimental?– Suelta logrando que una sonrisa de dibuje en su rostro. –¿Acaso estuviste llorando las últimas dos semanas por eso no te apareciste por acá?– Bromea dejando a Sofía y a Emiliano con una expresión de "qué carajos está pasando entre estos dos" en el rostro.
-–¿Me extrañaste? ¿Acaso tu novio no cuido bien de ti?– La toma por la cintura, pero ella se aparta de él bruscamente y camina en dirección a Romano.
–¡Eso ni siquiera se pregunta! es el mejor novio del mundo.– Responde abrazandolo por el cuello. –Nunca me dejo sola. Marco tuvo que arrastrarlo a su casa en más de una ocasión para que se diera una ducha y durmiera en una cama.– El cuerpo de Alex se tensa al ver cómo la chica que ama abraza a otro, pero disimula bien. –No fuiste el único al que esto le sirvió para ordenar sus prioridades.–
–Me alegro por ti... Si me hubieras dicho lo contrario, tu novio sería el próximo internado en esta clínica.– Ali suelta una carcajada.
–Creo que el que va a terminar internado es otro... claro, si sigue intentado meterse en donde nadie lo llama y robarse lo que tiene dueño.– Retruca Romano mientras ambos se miran de forma desafiante.
–Tranquilo Romeo... no se puede robar algo que nunca tuvo dueño o mejor dicho, o mejor dicho, aquello que nunca te perteneció.– El ambiente se vuelve tan asfixiantemente denso y casi puede cortarse con un cuchillo. Si alguien no interviene, se van a terminar matando.
–Vamos afuera.– Ordena Sofía. –Dejemos al doctor revisar a su paciente.– El primero en salir es Emiliano, él no se resistió en ningún momento, solo se acerco a Ali, beso su mejilla y susurro en su oído.
–Ten cuidado, estas jugando con fuego.– Luego atravesó la puerta y se perdió de su vista.
Romano y Alex básicamente comienzan una jodida competencia de "Sal tu primero, yo te sigo". Molesta, Sofía toma a Alex por un brazo, lo arrastra afuera y cierra la puerta tras ellos dejando a Romano junto con Alai y el doctor dentro de la habitación.
–Para que viniste.– Indaga la chica seria. –¿No te cansas de molestar? ¡Nadie te quiere en este lugar! eres una plaga...–
–Tranquila, no es necesario que estés a la defensiva... Vengo en paz.– Dice en tono sereno. –Se que prometí no volver por el bien de todos, pero necesitaba verla. Estaba enloqueciendo sin saber de ella, una llamada por teléfono no es lo mismo...–
–¿Y desde cuando te importa tanto?– Pregunta Emiliano. –Lo de ustedes termino hace años Alexander, y no fue precisamente por culpa de ella.
Cada uno hizo su vida. Sea lo que sea que pretendas, detente, ya le hiciste suficiente daño. Alai esta bien con Romano y no vas a ser tu quien destruya la relación que tiene con él.–
–¡Cuanta desconfianza! pero no te culpo, le hice demasiado daño a tus chicas.– Sofía le dedica una mirada asesina. –Pero todo lo que paso me hizo reconsiderar mí actitud.–
–¿Quieres decir que estas arrepentido?– El asiente. –Nunca pensé que alguien como tú podría admitir que hizo las cosas mal...– lo mira fijamente, buscando en él, el mínimo indicio de que miente, pero extrañamente no lo encuentra.
–No me mires así, que me siento en un interrogatorio. Estoy siendo sincero como nunca antes. Ya hice las pases con Ali... Prometimos dejar todo en el pasado y quiero hacer lo mismo con ustedes.–
–¿Osea que pretendes que olvidemos todo? ¿también quieres que seamos amigos y salgamos de fiesta juntos?– Suelta Sofía incrédula.
–¡Exactamente! Dejemos todo lo malo atrás y empecemos de nuevo.– responde Alex como si aquello fuera lo más simple del mundo.
–Por mí parte, el pasado es pasado... Si Ali decidió dejar todo por la paz, respeto su decisión...– Responde Emiliano. –Ella sabe lo que hace.–
–¿Hablas enserio? Nunca hubiera esperado que algo así saliera de tu boca.– Murmura la chica con evidente decepción.
–Alai es adulta Sofía. Si ella lo perdono, estando en sus cinco sentidos y sin ningún tipo de coacción, nosotros no tenemos que interferir... Al final, van a ser familia, es primo de Romano y van a tener que verse seguido.–
–¿Que dices Sofía? ¿Hacemos las pases?– Le extiende la mano y ella solo lo mira inerte. No dice nada, solo se va del lugar.
–Creo que eso es un no...– Dice Alex. –Eres testigo de que quise hacer las cosas bien.–
–Las cosas bien... eso dijiste la primera vez, y los dos sabemos cómo termino todo...– Sonríe con melancolía. -No voy a juzgarte, no soy quien para hacerlo. No eres el único que por su forma de amar lastimo a muchas personas... Y se que la amas, siempre lo supe... pero el amor no siempre es un sentimiento bonito que saca lo mejor de las personas.–
–Entiendes entonces que no puedo alejarme de ella...– confiesa Alex, logrando que la sombra una melancólica sonrisa se dibuje en los labios de quién desde un comienzo fue su rival.