Querida hermana,
Dicen que las palabras se las lleva el viento, así que espero que a estas las llevara a donde quiera que estés.
No te traje flores, sé que las odias. Te traje algo mejor. Es un libro. Tu libro. Ese que corriste tanto para terminar, más la muerte fue más rápida en esa carrera. Él lo terminó para ti. Sé que sabes de quién te estoy hablando. Para mi sorpresa, me gusto el libro. Te sentí en cada letra, en cada párrafo. Tuyo y suyo. Es igual que leerte a ti, pero desde otro punto de vista. Tú fuiste la escritora, tú lo habrías expresado mejor. En fin, ya me entiendes.
Mamá no pudo venir hoy. Tiene una fiesta grande que atender, pero sabemos que estará aquí mañana. Y pasado. Jonathan si vino. En momentos como este me siento culpable de nunca haberlos presentado; así simplemente no se siente correcto. Estamos bien, él y yo. Lejos de lo que fuimos, pero mejores. Un día nos dejamos arder en un fuego que terminó quemándonos, hoy lo tomamos con más calma. Conociéndonos, explorándonos, peleándonos, reconciliándonos, enamorándonos, amándonos. Siendo una pareja, simplemente.
Soy feliz. Te extraño cada día, pero aprendí a vivir sin ti. Sé que era lo que tú hubieras querido para mí y finalmente puedo decirte que lo logré.
No me puedo quedar demasiado, Jonathan está esperándome. Me está llevando a una cita sorpresa; imagínate lo loca que me vuelvo al no saber sus planes exactos. Trato de hacerle entender que no me gustan las sorpresas, pero, no me escucha. A veces puede ser muy insufrible.
Me voy, pero volveré. Siempre volveré a ti, mi pedazo de alma. Te ama, Valentina.
FIN
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Editado: 20.05.2022