Pensamientos Nocturnos

Anoche no pude dormir. La respiración de la chica Lisseth era muy pesada, como si intentara roncar. Algo me dice que ella tampoco durmió.  

De tanto mirar el encantador paisaje que proyecta mi ventana, mis ojos se entumecieron, e incluso llegué a aburrirme de lo que veía. Era espléndido, lo sé, pero aun así, las cosas maravillosas pierden su encanto cuando se vuelven repetitivas. Además, ya lo dibujé, por lo que no tengo otro motivo para quedarme expectante viendo tras el cristal.  

Me pregunto cómo estará mamá. ¿Será que notó mi ausencia? Es difícil de decir, pues nunca se preocupó lo suficiente. Creo que debí disculparme más esa noche. Solo espero que Jeff no haya regresado a la casa. Más le vale que no haya vuelto. Debí encargarme de eso de alguna manera; como llamar a la policía o no sé. No quiero que mamá pase por cosas malas nunca más.  

Mirar el techo es lo único que puedo hacer para matar el aburrimiento. No quiero hablar con la chica Lisseth y ella seguramente no quiere hablar conmigo. Es muy fácil de leer; se ha de estar sintiendo incómoda por lo que pasamos hoy.

Es curioso; casi no hablamos de nosotros ni de nuestras vidas, pero siento que cada vez nos conocemos más... O mejor dicho, es como si siempre nos hubiésemos conocido. Es una sensación algo nociva, pero no mala del todo. Es algo muy diferente a lo que siento cuando estoy con Valerie.  

Ambas son polos opuestos. Mientras que Valerie me impulsa a un mundo atrevido por conocer, la chica Lisseth me inspira el pasado de un mundo ingrato; una vida que olvidé. Cuando estoy con la chica Lisseth, siento el mal de la tierra, y por eso ambos nos solemos enojar mucho, y tenemos momentos ciertamente emotivos; y por otro lado, Valerie es espontánea... Tal vez por eso me divierto más con ella.  

Mi mamá me enseñó que no es correcto comparar a dos mujeres porque eso puede hacerles sentir mal, así que no entraré en debate de cuál de ellas es mejor. Ambas poseen un encanto único, y ambas tienen algo en común: las quiero a ambas lejos de mi vida.