Caleb
Sacha y yo salimos del edificio hablando tranquilamente, era increible lo que esta chica habia logrado en tan poco tiempo y no solo a nivel profesional sino que estaba poniendo mi mundo de cabeza y descongelando partes que pense que habian muerto hace mucho tiempo, pero con una de sus sonrisas me hacia ver que aún habia una pequeña esperanza para mi y no estaba dispuesto a perderla ahora que la habia encontrado, siempre he sido un hombre que es todo o nada y estaba decidido a arriesgarme una vez más.
-Traje mi coche asi que te sigo
-En realidad vine en mi moto- digo moviendo mi cabeza hacia la derecha donde esta mi Honda CBR500R
-Wow es precisosa Caleb
-Si que lo es- digo mirandola haciendo que se sonroje
-Vamonos Mei nos debe estar esperando
Abro la puerta de su coche y ella sube, espero a que su coche prenda pero para nuestra sorpresa no lo hace, le pido que me deje revisarlo pero no identifico cual es el problema, los autos no son mi fuerte.
Llamo a un mecanico de confianza y en 15 minutos llega con una grua, nos promete llamar cuando haya podido solucionar el problema y el coche este listo
-Supongo que he de llamar un taxi
-Aja, claro- digo tomandola de la mano y llevandola donde mi moto
-No tienes que preocuparte, yo llamamare y...
-¿Tienes miedo de ir conmigo?
-No es eso, es solo que yo nunca..
-Vaya así que tengo una virgen delante de mi - veo como abre los ojos y se sonroja- Me refiero a que nunca haz estado sobre una moto -la veo asentir- Bueno es hora de solucionar eso
Cojo el casco que guardo y se lo pongo, nuestros ojos se conectan
-Nunca dejaria que algo te dañara. Confia en mi
-No se por qué pero lo hago Caleb, confio en ti
Me pongo mi casco y luego de subir, la ayudo a colocarse dentras mio. Siento que no sabe que hacer con las manos asi que las tomo y las guio a traves de mi torso.
Cuando prendo la moto siento como sus manos se aprietan y no puedo evitar una sonrisa que mi casco oculta y sin esperar arranco aumentando la velocidad poco a poco, una velocidad que ni de locos esta de cerca a la que conduzco generalmente pero la necesaria para hacerme sentir libre y con su cuerpo rodeandome me siento como hace mucho no me sentia, en paz.
Alex
No sé que es lo más maravilloso que siento: el aire contra mi cuerpo por la velocidad que llevamos, el olor de Caleb o la sensación de su cuerpo contra el mío.
Este hombre con su forma de ser directa y sincera a puesto de cabeza mi vida y aunque tenga miedo por lo que pueda pasar, siento a la vez una adrenalina que nunca antes estuvo en mi y se que si me dejó llevar llegaré a un punto que jamás he conocido y a pesar de todos los riesgos no quiero alejarme y si se dan las cosas las tomaré cueste lo que cueste, es tiempo de dejar ir el pasado y lamentarse por una amor que nunca fue.
El camino se me hace demasiado corto para mí gusto, cuando entramos a una zona residencial y de casas que gritan millonarios por todo lado, Caleb estaciona frente aún portón gigante y toca la parte lateral de mi muslo indicando que ya puedo bajar lo cual lo hago sintiendo mis piernas temblar por el movimiento continuo de la moto.
-Se te pasará pronto- dice con una sonrisa- y qué tal te parecio
-Es la sensación más increíble del mundo
-Creo que algunas pueden superarlo-dice colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y acercándose un poco más, aunque no lo suficiente para mí gusto. Doy medio paso pero todo se frena ante un grito alegre detrás mío.
-Sacha!!- veo como Mei corre hacia mi y me abraza fuertemente mientras respondo al mismo
-Cómo estás princesa?
-Feliz de tenerte en casa, te quedarás?
-Asi es cariño, Sacha me ha hecho un regalo muy especial y creí que un buen almuerzo casero podría ser un muestra pequeña de gratitud
-No es para tanto, de verdad
-Lo es para mi- dice mirándome mientras toma mi mano en la de él y nos guía junto a Mei dentro de la casa
Mi boca se abre por lo bella y amplia que es, sé que los hombres tienen mala fama de decorar pero ese definitivamente no es el caso de Caleb todo luce increíblemente costoso pero a su vez te da un sentimiento de hogar.
-Tienes una casa genial, te felicito
-Gracias, amo mi hogar
Las siguientes dos horas mis chef me sentaron en la isla de la cocina y empezaron a preparar el almuerzo sin dejarme hacer absolutamente nada solo disfrutar, y vaya que lo hice, bueno no todos los días se ve a un hombre como Caleb con delantal haciendo bromas y dándote a degustar mientras me colocaba la cuchara sobre la boca.
El resultado fue un delicioso lomo de cerdo en salsa de ciruelas, con ensalada y un puré de papas que cualquiera mataría por probar.
-Caleb si te decides retirar de la GP tranquilo te seguiré en tu carrera como chef, y te aseguro un éxito rotundo- digo con una sonrisa
-Vale te tomo la palabra de que no me abandonarás - me dice con una mirada intensa que me hace contener la respiración
-Bueno es hora de irme, mañana es día de trabajo
-Dejame acostar a Mei y te llevo a casa- antes de que pueda responderle veo como toma a la niña en sus brazos y la lleva a través del pasillo hacia la que supongo será su habitación.
En menos de dos minutos está a mi lado y al igual que en la mañana me ayuda a colocar el casco y empezamos a recorrer las calles y hablando en algunos momentos para direccionarlo a mi apartamento y en 20 minutos ya estamos frente a mi puerta.
-Gracias por todo Caleb, fue un día maravilloso.
-Creo que yo soy quien debe darte las gracias a ti, no veía a mi hija tan feliz en mucho tiempo y para ser sincero- dice mientras se acerca a mi- yo tampoco me sentía así desde hace mucho
-Me alegra saberlo y de nuevo lo pase genial
-Creo que hay una forma de pasar de genial a increible- dice mirándome a los ojos intensamente.