A Pesar De Todo

C A P I T U L O 1 3

La madre de Cameron me guío hasta la recámara de invitados.

Era una linda habitación, de paredes blancas con una cama en medio y unos pequeños buros a lado de esta y un cuadro de la playa.

Me prestó una cobija extra por si tenía frío en la noche y se despidió.

Una vez con la puerta cerrada me avente a la cama cayendo boca abajo.

—Ay Holly.

Me incomodaba de cierta manera estar en esta casa, no estaba acostumbrada a estas situaciones y mucho menos quedarme a dormir en una casa ajena. Porque aunque sea la familia de Cameron no es su casa.

Pero al mismo tiempo me parecía algo bizarro está situación, me estaba forzando abrirme cada vez más y esto estaba llegando a algún extremo que no conocía.

Un poco más de 15 minutos tocaron la puerta.

Peque un saltito y rápidamente acomode mis cosas, cuando considere que estaba presentable abrí la puerta.

—Holly te traje algunas cosas para dormir —comento Cameron viendo los objetos que estaban en sus brazos.

—Oh, muchas gracias.

Cogí lo que me extendió, era una sudadera que de solo verla me quedaría enorme, unos pantalones igual holgados y un cepillo de dientes nuevo con una pequeña pasta.

Una sonrisa tierna cruzo por mis labios.

—Si necesitas otra cosa, me puedes decir.

—Claro, muchas gracias.

Asintió y nos despedimos con un buenas noche.

Al cabo de unos minutos ya estaba cambiada, dejando mis cosas en las pequeñas mesas y recostando me en suave cama.

~☾︎~☾︎~☾︎~

Me desperté acalorada.

Dormir con tantas cobijas no fue tan buena idea.

Como si quemarán mi piel me quite de encima el edredón y las sábanas que me prestaron.

Me cambié con mi ropa de ayer e hice todas mis necesidades en el baño de a lado, tendí mi cama hasta que quedó impecable fue como si nunca hubiera pisado la habitación.

Con extremo cuidado de no hacer ruido salí de la habitación, era algo temprano y no se escuchaba ningún ruido en la casa.

Con mi mochila en el hombro camine hasta la sala, dejé mis cosas en el sofá mientras caminaba hacia la cocina.

Sentía como las manos me sudaban, no estaba ni por asomo de tener tanta confianza en una casa ajena pero mi garganta exigía tomar agua.

Con algo de sigilo busque en los gabinetes dónde estaban los vasos.

—Yo no los alcanzo —una vocecita chillona me hizo dar un salto en mi lugar y mi corazón pareció detenerse cuando casi cae el vaso.

—Hola Zoe.

—Hola Holly —me regaló una hermosa sonrisa, se acercó hasta mí y me jalo de la blusa hasta que me agachara.

Me plantó un sonoro beso en la mejilla.

—¿Quieres algo de tomar? Hay leche, agua creo que hay jugo —comento enumerando sus dedos.

—Estaría bien agua linda.

Asintió energéticamente la cabeza y saco la jarra pequeña de plastico llena de agua fría.

Una vez que tuvimos los vasos de agua nos sentamos en la sala.

Zoe saco algunos videojuegos, nos entretuvimos la mitad de la mañana con ellos.

Por favor, ¿está familia no desayuna o qué?

Ya eran las 10:30 cuando bajo un adormilado Cameron.

—Hola Cam —saludo Zoe.

—Hola chicas —Cameron se acercó hasta nosotras y deposito un beso en la coronilla de cada una.

Le sonreí algo incomoda pero le devolví el saludo.

—¿Desde qué hora están ustedes dos despiertas? —cuestiono divertido.

—Desde las ocho —dijo haciendo una mueca divertida.

Cameron abrió sus ojos con exageración sacando una risilla de su hermana.

—¿Y qué hacen despiertas desde temprano madrugadoras?

—Jugando videojuegos.

Cameron alzo una ceja intrigado y sorprendido, me límite a cogerme de hombros con una sonrisa inocente.

—No sabía que estas cosas te llamarán la atención.

—Bueno, no es que me conozcas demasiado pero sí, me gusta jugar videojuegos.

—¿Qué tal una partida? —propuso extendiéndome la mano.

—Acepto —dije estrechándosela.

—Pulgosa, es mejor que vayas a cambiar antes de que mamá baje.

Zoe acepto y se esfumó de la habitación mientras que su hermano se sentaba alado mío.

—¿Eres buena en el juego?

—Pues, los videojuegos de carreras no son lo mío —irónicamente — pero a este ya le agarre la maña.

—Bien pues prepárate para la masacre.

El juego comenzó y digamos que algo competitivo de mi parte.

—Holly quítate —se quejó cuando me pare entre él y el televisor mientras yo seguía jugando.

Solté una carcajada mientras de reojo me movía de un lado a otro.

—No pensé que fueras una tramposa —se puso de pie poniéndose delante mío.

—¡No, Cameron! —chille mientras daba brinquitos para ver —odio tu estatura —masculle mientras él se reía.

—Holly bájate —me trepe a su espalda sosteniéndome con mis piernas mientras que seguía jugando.

—Solo en tus sueños lograrás que pierda — con mi brazo le tape los ojos mientras seguía jugando.

—Ya verás —amenazo mientras se movía de un lado a otra tambaleándome.

—¡Cam no! —grite, pero era muy tarde habíamos caído, yo en el sofá mientras que le se cayó en el piso.

El castaño soltó un Ja mientras hacía un especie de baile ridículo moviendo su cadera junto con sus brazos mientras que daba vueltas en su lugar.

—¿Qué dijiste, qué Holly nunca perdía? —se burlaba mientras me sacaba su lengua.

—Muy maduro de tu parte —le avente un cojín al castaño, el cual se estrelló en su cabeza haciendo una mueca graciosa muestras que yo me carcajeaba.

Se escuchó como alguien se aclaraba la garganta, al momento en el cual nos dimos cuentas que había alguien además de nosotros volteamos nuestras cabezas casi como en una película de terror.

El padre de Cameron estaba en frente de nosotros cruzado de brazos con un gesto divertido y serio.

Me levante y acomode mi ropa y mi cabello.

—¿Holly? —Cameron hizo que girara mi cabeza en su dirección en donde aún estaba tirado en el piso—¿me ayudas— pregunto divertido.



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En el texto hay: secreto, amor, chica fria

Editado: 16.04.2023

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