Esa era una enorme habitación, una cama de dos plazas se encontraba en medio de dos lámparas que alumbraban el espacio, un escritorio y dos puertas más se encontraban dentro del cuarto. Imaginó que una era el ropero y la otra iba para el baño.
– Capullo, tienes un buen gusto para adornar, lo admito.
– Lo sé, ¿Has comido?
– No, igual no tengo hambre.
Estefanía se tiró a la enorme cama con ambos brazos estirados hacia arriba.
– ¡Es más grande que mi cama!– Aarón sonrió. Era obvio.
– Iré a por algo liviano para que comas y unas sábanas para que te tapes.
Estefanía asintió, deslumbrada por todo lo que allí se encontraba, se levantó y rozó con sus dedos el escritorio y luego se sentó.
– Si que te tenías guardado esto muy bien Aarón, ni mi cuarto es tan impresionante como este.– dijo para ella misma.
Abrió un gabinete, papeles y papeles. En otro había cuentos, y empezó a leerlos.
«Criaturas de la noche» «Vampiros» «El demonio de la noche» «Sangre del rey» «Los secretos de Drácula» «Hijos de Lucifer»
– Revisando mis cosas, preciosa.– Estefanía se asustó, se encontraba tan concentrada que no lo escuchó llegar.
– Lo siento, no pensé que te molestaría.
Aarón se sentó en la cama y le tendió unas galletas y jogurt. Barbie caminó hacia allí y se sentó al otro lado de la comida.
– Ligero ¿Eh?
– Sólo come. Es muy ligero.
Mientras comía ellos hablaban de cualquier tema que se les venía a la mente, Estefanía se reía al igual que Aarón. Recordaban la primera vez que lo vió y los insultos que entre ellos dos disparaban, se rieron porque no sabían el uno y el otro como de eso pasaron a estar riéndose en su cuarto.
– Aún sigo sin entender.
– ¿Qué cosa?
– En Thompsman eres popular, linda y cruel y aquí conmigo eres sólo tú.
– No soy cruel, capullo. Si me hubieras conocido antes quizá te hubieras sorprendido.
– ¿Por qué?
– Era una chica “común”– con sus dedos hizo el signo de la comillas– Me refiero a que no era como ahora, era nerd.
– Y eso no lo puedo creer, ¿Tú nerd? ¿Y qué te cambió?
– Pues eso no te lo diré, te conozco muy poco y ya sabes mucho de mí.– Ella bostezó y estiró sus dos brazos– Creo que dormiré.
– Está bien.– él se paró llevando la comida hacia la cocina. Estefanía se quitó las zapatillas y cuando se iba a hechar lo vió entrar y sacar su polo.
– Eh, eh, ¿Qué haces?
– ¿No vez? Me quito la camisa, también dormiré.
– ¿Conmigo?
– Sí, es mi cama.
– ¿Y es necesario que te quites la ropa?
– Yo duermo desnudo, princesa.– la cara de Estefanía se puso rojizima ¿En serio se iba a desnudar con ella allí?– Pero no te preocupes, me quedaré en boxer.
– Eh, capullito. Si te quitas toda la ropa te vas al sofá. ¿Ok?
– Bien, me pondré algo más cómodo y dormiré con pantalones ¿Bien?
Estefanía asintió, y puso unas almohadas en el centro de la cama separando en dos el espacio.
– Toma, es un polo. Es cómodo para dormir– le alcanzó uno de algodón y después su mirada cayó en las almohadas y se rió– Y las almohadas son para...
– Para que no te aproveches de mí. Sin toques ni besos. No te olvides.– Estefanía caminó hacia donde se suponía que era el baño, se quitó los pantalones y la blusa y se puso el polo de Aarón, era largo pero a ella le daba hasta por la mitad deAmbos
Estefanía quedó dormida en minutos y él sólo la observaba, estaban separados por unas almohadas.
– Aarón– la voz de Arthur lo alertó y se levantó de la cama sin hacer ruido, salió del cuarto y lo enfrentó.
– ¿Qué?
– No duermes, y sabes que lo que estás haciendo te traerá consecuencias.
– A ti ni te importa, ni debería.
– Tienes razón, pero esto sí.– le alcanzó un periódico “Bestía salvaje mata a hombre”– ¿Quieres que te recuerde quién es?
– No lo hice.
– Quizás, pero cuando ella– señaló dentro del cuarto– Vea esto, ¿Crees que no sospechará de ti?.
Aarón volvió a mirar el periódico, conocía al sujeto, era el señor que trató de forcejear a Estefanía y el cual él le dió una lección ese mismo día, según el periódico fue un animal con identidad desconocida, moretones y rasguños se encontraban esparcidos en todas las extremidades. Y su cara estaba igual.
– Bien, pero no lo maté. Tal vez me alimento de humanos pero no los mato. Eso tú, yo y todos los nuestros lo sabemos.
– Eso no te debería preocupar tanto, mira el artículo 2.– Aarón volteó la página.– El cuerpo fue profanado, nadie sabe dónde se encuentra y no hay cámaras de vigilancia.