La cabaña es hermosa, es simple y rustica, todo aquí es de madera, afuera hay muchas flores y una pequeña banca de madera perfecta para dos personas, por las ventanas solo se ve el bosque tranquilo y pacífico, ¡Me encanta! podría decirle a Tom que nos viniéramos a vivir aquí mejor. Adentro todo es espacioso, el living y el comedor están prácticamente juntos, la cocina solo está separada por un mesón con dos sillas, y lo dos cuartos que hay están una al lado de la otra.
—¿Te gusta? —volteo y veo a Tom sonriendo como siempre entrando al que será mi cuarto, siempre seguro de sus pasos.
Es muy guapo, debo admitir que tiene un cuerpo que para mí es perfecto, tenemos casi la misma altura. Su estilo de ropa le viene perfecto, me encanta, es delgado, pero no para llegar hacer un flacucho sin gracia y ese corte de pelo... Sus ojos cafés... es perfecto ¿Que pensara el de mí? ¿Si le pregunto será sincero?
En fin, este dormitorio, tiene un gran ventanal con una visita preciosa, la cama es enorme, un armario con unos tallados para morirse, dos veladores y un tocador junto a la ventana. Las paredes tienen unos adornos artesanales que no había visto nunca.
—Me fascina —digo emocionada— ¿Que traes ahí? —deja unos bolsos encima de la cama, no eran muy grandes.
—Ropa —se rasca la cabeza un poco nervioso— Tenía planeado este fin de semanas desde hace unos días, espero no te moleste, quería que fuera una sorpresa para ti.
Se ve más guapo cuando hace eso, me gusta.
—No, claro que no, más aún podríamos mudarnos aquí —bromeo mientras saco mi ropa— lejos de todo y de todos, solo nosotros y nuestro matrimonio queriendo fortalecerse, no necesitamos nada más a mi parecer.
¿El empaco esto? ¿Entonces vio mi ropa interior? ¡Oh por dios qué vergüenza!
—Por mí no hay problema —me volteo a verlo, por Dios está muy cerca— Por ti haría cualquier cosa —besa mi cien y yo su mejilla como respuesta por impulso.
Nunca me había dado cuenta, pero tiene unos ojos preciosos que pueden cautivar a quien sea y en especial a mí. Sonrió algo nerviosa y vuelvo a mirar mi ropa.
—¿Te parece si guardamos las cosas y comemos algo? —por sobre todas las cosas, intente que mi voz no me delatara con lo nerviosa que estaba.
—Claro, pero solo si tú me haces ese postre que tanto me gusta.
Lleva un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.
—Lo voy a pensar, no quiero un esposo gordito.
Señaló su estómago.
—No estoy gordo —acaricia su vientre.
No estaba gordo, pero suelo molestarlo con eso a veces, en especial cuando como casi atragantándose con mi comida.
—Dije gordito —le digo riendo.
....
—¿Alguna vez has tenido novia? —le pregunto a Tom— ¿Alguna chica especial?
Llevamos un buen rato comiendo, lo preparamos entre los dos, fue divertido, Tom me hace reír mucho ¿Eso es sano cierto?
Intento pensar en cualquier cosa, menos que el echo, que solo hay una cama en esta cabaña, como aun no es temporada alta de turistas, están remodelando aún. No han comprado la otra cama, estoy muy nerviosa, sé que nada pasara, pero, de todos modos, es raro dormir con Tom.
—No, nunca ¿Y tú has tenido novio? —me observa muy curioso.
Si le digo que sí, aunque sea una mentira, ¿Se pondrá celoso?
—Nada serio, eh salido con algunos chicos, pero la mayoría solo son idiotas. Siento que ellos o más bien yo, no logro que cuadre la relación, como si algo faltará ahí.
—Tal vez lo que falta ahí es el amor ¿Amaste alguno?
Niego con la cabeza
—Ahí está tu repuesta... ¿Yo soy uno de esos idiotas? —pregunta inocente.
—Aun intento averiguarlo, pero por ahora vas bien —reímos— ¿Porque nunca has tenido novia? Eres muy guapo puedes conseguir a la chica que quieras —sonrió bajando la mirada.
—Tal vez algún día te lo cuente, por ahora solo será un secreto. Así esa curiosidad que sientes te mantendrá a mi lado.
No insistí en el tema, lo conocía, no me lo iba a contar al menos no por ahora, sé que tarde o temprano terminare convenciéndolo, sí o sí.
Después de comer, vimos televisión un rato, esta vez yo elegí la película, hasta que me quedé profundamente dormida.
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Editado: 30.09.2019