Acordes del Corazón (libro 8. На успешан начин)

Cap. 25 Extraña tranquilidad

 

Prácticamente desde que Zora había iniciado su carrera, sus integrantes habían estado sometidos a una frenética actividad, porque una vez que dieron su primer concierto, la gira empezó casi de forma inmediata. Seguidamente habían comenzado a preparar el segundo álbum, y a partir de ahí casi no habían tenido ningún descanso, pues entre las giras nacionales e internacionales, las entrevistas, las producciones en las que habían estado involucrados, y los problemas personales que se les habían presentado, casi no se habían dado cuenta a dónde se habían ido los últimos cuatro años. De manera que en verdad estaban disfrutando del descanso, porque, a pesar de que Steven les dijo que había recibido peticiones para que hiciesen una gira internacional con la última producción, Dàmir lo encontró inconveniente por motivos tanto personales como logísticos.

No obstante, si bien aquel descanso se dio en un momento propicio, pues dos de ellos se habían casado aquel año, dos también acababan de ser padres y la última cosa que habrían querido habría sido tener que pasar tres meses fuera del país y lejos de sus recién nacidos hijos, Dàmir en realidad no estaba hecho para la inactividad, de manera que, aunque estaba especialmente feliz con su reciente relación y por poder dedicarle tiempo a Ivy, también comenzó a pensar en lo que le había dicho a Steven con relación a la logística, así que después de tener claro el asunto, se fue a hablar con su padre.

  • ¡Dàmir! – exclamó Dèjan al verlo entrar a su despacho en la Corporación – ¿Estás bien? – preguntó caminando hacia él

Si Dèjan estaba sorprendido, era porque Dàmir no acostumbraba a ir mucho a la Corporación, y la última vez que lo había hecho, era porque se hallaba en estado de lamentable desesperación, así que de la sorpresa había pasado a la angustia a una velocidad pasmosa.

  • Claro que estoy bien, papá – dijo él – Solo quería verte…

Dèjan se perdería el resto de lo que Dàmir estaba diciendo, pues lo anterior lo había lanzado al pasado y a una oportunidad en la que había estado más tiempo del usual de viaje debido a que estaba poniendo en funcionamiento la sede principal de la Corporación en Dubái, cuando se presentó Tarik.

  • ¡Tío! – había exclamado él – ¿Qué haces tan lejos de casa? No me digas que tía Katrina te apaleó – agregó en tono burlón
  • No, pero hay alguien que quiere verte – le había contestado Tarik haciéndose a un lado
  • ¡Papi! – había gritado Dàmir corriendo hacia él, pero mientras Dèjan abrazaba a su hijo, había mirado a su tío
  • ¿Está todo bien? – pero quien contestó fue el mismo Dàmir, aunque con otra pregunta
  • ¿Estás molesto?
  • Claro que no, hijo – le contestó y el niño sonrió
  • Solo quería verte – había agregado el chiquito, y si bien aquello había hecho feliz a Dèjan, también se sintió miserable por llevar tanto tiempo fuera y se prometió nunca más permanecer tanto tiempo lejos de casa

Sin embargo, como no era el caso en este momento, siguió sintiéndose angustiado.

  • ¿Papá? – escuchó que decía el Dàmir actual, así que se obligó a prestar atención
  • Te escucho, hijo
  • Pues parece que no – dijo él en tono risueño

Una vez que se había asegurado que no había ninguna catástrofe de por medio, se dispuso a escuchar a su hijo, pero después de una media hora, estaba mirando a Dàmir no muy seguro de la razón por la que le estaba diciendo aquello y las cosas no mejorarían al escuchar su pregunta.

  • ¿Qué me dices?
  • Pues eso depende de a qué te estés refiriendo – le dijo y el chico juntó las cejas
  • Tal vez no me expliqué bien y…
  • Lo hiciste, pero supongo que no me estás pidiendo autorización ¿no?
  • Bueno…
  • Dàmir ¿Hasta cuándo?
  • Tal vez no autorización – puntualizo – pero sí orientación
  • Orientación – repitió y Dàmir rio
  • Sonaste como Nick – aquello no hizo que Dèjan se sintiese feliz, pero su hijo no estaba de ánimo misericordioso – Vamos papá, tú eres el experto en negocios, así que solo quiero que estudies el proyecto y me des tu opinión con relación a la viabilidad
  • Y supongo que es una broma, porque hasta donde entendí, ya te encargaste de hacer hasta el análisis de costos
  • Bueno sí, pero podría estar equivocado en los cálculos y no quiero perjudicar a nadie
  • ¿Y a quién podrías perjudicar aparte de a ti mismo?
  • Pues a los chicos

Dèjan se insultó mentalmente por no haber imaginado que su hijo no haría nada sin sus amigos, de modo que entendió que si bien Dàmir no iba por ahí tirando el dinero, ciertamente habría podido a título personal, emprender cualquier negocio y darse el lujo de fracasar sin que eso le supusiese la bancarrota, pero como aquella era una empresa en la que involucraría a sus amigos, quería estar seguro, así que Dèjan le dijo que revisaría el proyecto con cuidado y le pasaría un informe detallado si había algo que necesitase reajustes.

  • ¡Gracias, papá! – exclamó Dàmir abrazándolo como si acabase de ofrecerle el cielo con estrellas y constelaciones incluidas




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