Prácticamente desde que Zora había iniciado su carrera, sus integrantes habían estado sometidos a una frenética actividad, porque una vez que dieron su primer concierto, la gira empezó casi de forma inmediata. Seguidamente habían comenzado a preparar el segundo álbum, y a partir de ahí casi no habían tenido ningún descanso, pues entre las giras nacionales e internacionales, las entrevistas, las producciones en las que habían estado involucrados, y los problemas personales que se les habían presentado, casi no se habían dado cuenta a dónde se habían ido los últimos cuatro años. De manera que en verdad estaban disfrutando del descanso, porque, a pesar de que Steven les dijo que había recibido peticiones para que hiciesen una gira internacional con la última producción, Dàmir lo encontró inconveniente por motivos tanto personales como logísticos.
No obstante, si bien aquel descanso se dio en un momento propicio, pues dos de ellos se habían casado aquel año, dos también acababan de ser padres y la última cosa que habrían querido habría sido tener que pasar tres meses fuera del país y lejos de sus recién nacidos hijos, Dàmir en realidad no estaba hecho para la inactividad, de manera que, aunque estaba especialmente feliz con su reciente relación y por poder dedicarle tiempo a Ivy, también comenzó a pensar en lo que le había dicho a Steven con relación a la logística, así que después de tener claro el asunto, se fue a hablar con su padre.
Si Dèjan estaba sorprendido, era porque Dàmir no acostumbraba a ir mucho a la Corporación, y la última vez que lo había hecho, era porque se hallaba en estado de lamentable desesperación, así que de la sorpresa había pasado a la angustia a una velocidad pasmosa.
Dèjan se perdería el resto de lo que Dàmir estaba diciendo, pues lo anterior lo había lanzado al pasado y a una oportunidad en la que había estado más tiempo del usual de viaje debido a que estaba poniendo en funcionamiento la sede principal de la Corporación en Dubái, cuando se presentó Tarik.
Sin embargo, como no era el caso en este momento, siguió sintiéndose angustiado.
Una vez que se había asegurado que no había ninguna catástrofe de por medio, se dispuso a escuchar a su hijo, pero después de una media hora, estaba mirando a Dàmir no muy seguro de la razón por la que le estaba diciendo aquello y las cosas no mejorarían al escuchar su pregunta.
Dèjan se insultó mentalmente por no haber imaginado que su hijo no haría nada sin sus amigos, de modo que entendió que si bien Dàmir no iba por ahí tirando el dinero, ciertamente habría podido a título personal, emprender cualquier negocio y darse el lujo de fracasar sin que eso le supusiese la bancarrota, pero como aquella era una empresa en la que involucraría a sus amigos, quería estar seguro, así que Dèjan le dijo que revisaría el proyecto con cuidado y le pasaría un informe detallado si había algo que necesitase reajustes.
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Editado: 22.09.2022