Adolescencia entre muertos

Capitulo 5: ¿Te comió la lengua el gato?

Poco a poco, el tiempo se había ido volando como la arena del desierto, obligada, sin ninguna intención. La pregunta es: ¿esto es bueno? ¿Puede mejorar o empeorar la situación?

En las manos de Borracer, tuvimos que utilizar una gran cantidad de medicamentos. Esto podría no haber pasado con el simple hecho de echar 5 gotas de alcohol en la herida que se produjo en el taller…

Ya en la planta baja entraba la luz solar por las puestas, ya que habíamos cubierto las ventanas con tablas de fibrofacil. La planta superior tenía las ventanas descubiertas pero enrejadas. Además, no nos imaginábamos que los caminantes supieran volar.

En el patio trasero, yacía la tumba de Lucho, fría y solitaria. Estaba lleno de pequeñas cosas significativas de él, que habían sido puestas ahí como recuerdo de él. Estaban sus cartas que dibujaba, unos carteles que decían “Media pila” y “Cagón vende humo”, su campera, su cartuchera y el gato que había rescatado, quien siempre se da las vueltas por ahí, agradeciéndole eternamente.

En fin, planeamos una expedición con el fin de reponer medicamentos y tener una idea de qué cantidad de caminantes hay en Monte Grande. Lo que en su mayoría fueron Carbiondi, Dini, Gabarain, Aymara y yo, pero, a último momento, Aymara se quedó al cuidado de mi hermano y Melina, con gusto la suplió.

- ¡Por favor, quédate conmigo y que Coanque o alguien vaya por vos! - Me dijo David, intentando cambiar de opinión.

-Vos quédate tranquilo. Aymara y Pato te van a estar cuidando mientras yo no esté. Debes portarte bien con ellos, me dijeron que les gustaría enseñarte a usar su espada japonesa.

- ¿¿¿¿ENSERIO ???? - preguntó David emocionado

-Si se porta bien, te enseño a cortar las hojas de los árboles en un abrir y cerrar de ojos y a utilizar esta arma de la forma correcta. Si se larga a llover, mejor le enseño a dibujar. -Dijo Aymara apoyando su mano sobre la cabeza David

-Ayma, ¿podes venir un segundo? - Pregunte acercándome a mi habitación, donde también estaba Pato.

- ¿Qué pasa Chris? - Pregunta Aymara con confusión

- Les pido por favor que cuiden mucho a David. No quiero que termine como Lucho. Ustedes son unas de las personas en que más confío.

- Nunca descuidaría a alguien tan bueno como tu hermano. No te preocupes, él va a estar bien- Dijo Aymara

-Yo también lo voy a cuidar mucho. Voy a intentar distraerlo jugando al Ping Pong y jugándole al truco para mantenerlo entretenido. - Dijo Pato.

- Gracias chicos! Son los mejores -Les agradecí

El sol subía poco a poco, cómo las trasnochadas que disfrutaron con mi amigo en la playa. Decidimos partir temprano para volver al mediodía o a más tardar por la tarde y no en el manto cegador de la oscuridad.

Salimos de la Colorada hacia Rodríguez. La idea fue salir por ahí, ya que por el mismo año había 3 supermercados que posiblemente estaban llenos de caminantes. Por la calle en la que caminábamos, había muy pocos caminantes. Por seguridad, tomamos distancia y con un fierro, un martillo o un palo, terminamos con lo que quedaba de persona. En esos momentos nuestro compañero Gabarain, un chico de altura medio, pelo oscuro y una cara redonda y aniñada, empezaba a gritar estupideces tales como: "ZOMBI MALOOOOOO!”  "MANCO" y atrayéndolos más aún, sin tomar en cuenta que era un riesgo para todos ...

- ¿TE PODÉS CALLAR DE UNA VEZ, POR FAVOR? ESTAS HACIENDO QUE SE ACERQUEN MÁS Y YA MATAMOS A 5, ¿SÍ? - Le gritó Dini, quien con su aspecto imponente de piel pálida y cara de mafioso, sumándole sus habilidades en lucha y gran capacidad de moverse, ya estaba harto y estaba al limite de meterle un sopapo.

-No me digas que hacer... - Dijo con voz de tonto, riéndose

- ¿Por qué siempre llevas la contra? ¿Es para llamar la atención o algo así? Porque realmente lo único que llamas son a más caminantes... - Dije con tono agresivo

-Cállate que nadie te pregunto ... -dijo con tono de llamada a tonto devuelta.

Por alguna extraña razón, Gabarain siempre, antes del desastre, buscaba llamar la atención y estar siempre en contra de los profesores sin ningún argumento; usaba pañuelos en el rostro, sin importar el peligro de ser sancionado. respondía, decía cosas sin ningún sentido, solo con el fin de hacer que todos lo miren. En otras palabras, se comportará como un chico caprichoso. Pero nunca había podido ver por qué se comportaba de aquella manera. Se notaba que no lo hacía para molestar, pero a muchos le incomodaba y llegaban a odiaban esa actitud, hasta el punto de hacer burlas como: “Gabadown”.

Ya habíamos caminado cerca del colegio en el que pasé mi primaria, el "Parish Robertson". Aquel lugar había sido simplemente abandonado, sin rastro de vida. Era perturbador imaginarse a chicos de 5 años corriendo y caminantes en el pasillo del jardín, persiguiéndolos. Seguimos caminando hasta llegar a la avenida Boulevard Buenos Aires, y entramos en "Farma 24".
En la entrada había muy pocas cosas, como dentífricos, gasas, un poco de alcohol etílico. Gabarain dijo que se iba a ocupar una inspección de la parte trasera de la farmacia.



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En el texto hay: zombies, argentina, monte grande

Editado: 05.06.2021

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