Adolescencia entre muertos

Capitulo 8: Marioneta de carne y hueso

Ya había salido el sol por completo. Estábamos exhaustos. Habíamos gastado todas nuestras energías y apenas podíamos caminar. Tal vez no nos habremos agotado físicamente, pero si psicológicamente. No es fácil descansar desde que se murió Gabarain, casi nos asesinaron por tener nuestras cosas y ellos no, casi nos devora una horda de caminantes.

Ya estábamos entrando en la Colorada. Unas cuadras más y ya podríamos respirar tranquilos de vuelta. Estamos muy silenciosos. Usaba la mochila llena de medicamentos, por lo que no quería hacer mucho movimiento en tu espalda y evitar que las cajas de medicamentos hagan ruido.

Ya podíamos visualizar la camioneta y el camión delante del colegio. Vimos una figura rondando por ahí. Nos pusimos en defensiva. No buscamos ningún inconveniente, no planeábamos cagarla a ultimo momento. Fuimos rápidos con los palos y el fierro. Menos ruido, mejor. Vimos a la figura esconderse detrás del camión. ¿Tan inteligentes deben ser los caminantes?

Nos dividimos en 2: Dini y Melina fueron por un lado y yo fui por el otro.

Nos acercamos lentamente pero cuando terminamos de darle vuelta al camión, no había nada. Parecía haberse esfumado.

De repente, alguien se abalanzó por mi espalda y escuché en mi oído:

- Te voy a comer, Chris...

Me di vuelta y me encontré en Camila, quien estaba haciendo la guardia.

 -SOS UNA PELOTUDA, CASI ME DA UN INFARTO!!! - Le grité y empecé a reírme como un mogólico. Se trataba de una broma de medio humor negro, pero humor es humor. Dini y Melina empezaron a reírse a fondo, pero esta vez acabó cuando Camila hizo la pregunta que queríamos evitar, oscureciendo el ambiente.

- ¿Y los otros chicos? - pregunto Cami sin mala intención, pero tocándonos por una forma horrible.

- ¿Aún no llegó Carbiondi, acompañado con chico morocho? - pregunté con una pequeña esperanza, pero no... No había llegado nadie.

Entramos y lo primero que ví fue a mi hermano. Estaba dibujando con Aymara en nuestra "Habitación". Le pregunté a Ayma si podíamos hablar en privado. Le expliqué la situación y el aviso que iba a decirse en público en el SUM pero que David no tenía que enterarse. Me dijo que no tenía ningún problema, pero en su rostro se mostraba la preocupación y la tristeza que llevaba en sí. Ya había perdido 2 de los amigos que la alegraban cuando se sentía mal en los recreos.

Después de eso, pensé en revisar cómo habían estado las cosas. Saludé a Pato y Borracer que estaban jugando un poco de básquet en el patio. Después de eso, fui a ver a Niki, quien estaba un poco dormida pero bien.

Eran las 9:15 de la mañana y estaba agotado. Mande un mensaje al grupo de WhatsApp diciendo: “A las 17 hs. Reunión en el SUM, tenemos que explicar unas cosas”. Aún me sorprendía como era el fin del mundo y que las tecnologías como los celulares y aplicaciones como WhatsApp, a pesar de que la humanidad parecía casi extinta (o por lo menos en proceso de extinción), seguían funcionando.

Me acosté en la cama para dormir. Recordé a Marcos y Nacho, unos amigos, compartimos con nosotros el sentimiento de sueño las noches en que nos mantenemos despiertos completamente y después sufrimos la peor tortura, el sueño.

Cerré los ojos y empecé a adentrarme en el mundo de los sueños. En el sueño estábamos tranquilos, cuando aparecen los chicos que han quedado atrapados en el Robertson, en la puerta disparando con unas ametralladoras. Por detrás venía Alejo y Carbiondi corriendo hacia el colegio con toda la horda llena. Alejo y Maxi se caían y empezaban a ser devorados, mientras que los caminantes empezaban a entrar al colegio. Encontraba a Nicole y Aymara acuchilladas en el suelo. Iba por mi hermano, pero cuando se agarraba estaba transformado en uno de ellos.

Desperté llorando y todo agitado. Niki estaba al lado y me tranquilizó. Esa escena era tan realista que pensé que realmente estaba sucediendo. Eran las 16 hs de la tarde. Fui a comer de algo porque el estómago me sonó, pero no tuve mucho apetito, después de haber tenido esa pesadilla.

Llegue al SUM y me encontré con Dini y Melina, mimando a Michi, esperando que sea la hora. Ellos no podían dormir después de haber vivido esa experiencia. Yo dudaba y esperaba que Melina, por la trampa que nosotros habíamos dicho, no perdiese su gran humanidad que muchas personas en este punto habían perdido.

Poco a poco mis compañeros empezaron a llegar ya acomodarse. Eran las 16:50 y solo faltaba Aymara y Camila, quienes ya sabían lo que había pasado y prefirieron quedarse haciendo guardia.

Algunos se preguntaban dónde estaba Gabarain y Carbiondi, pero al principio pensaron que estaban durmiendo.

Decidimos empezar. Explicamos por media hora lo que había sucedido. Entre medio, se escucharon algunos llantos y murmullos.

- ¿Y cómo nos aseguramos de que no vengan más gente como él que atacó en ese colegio? - preguntó un poco asustado Giani, quien tiene problemas para poder aceptar que Lamberti no estaba con nosotros

-Fácil ..- dijo Martina.

Aquella respondió que había impactado por alguna razón.



#2698 en Terror
#12156 en Thriller
#4928 en Suspenso

En el texto hay: zombies, argentina, monte grande

Editado: 05.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.