Agua

Parte 1

Ya nadie se acordaba de que año vivían en el Planeta Tierra, la vida que tenían los humanos, si así se le podía llamar, era terrible, ya en el siglo XXI los científicos habían dado la voz de alarma, que pronto el agua se haría más escasa, pero nadie hizo caso.

Cien años después el proceso se volvió irreversible, los países que tenían reservas acuosas se volvieron más fuertes, y los que no, tenían que rendirse a los otros, para poder tener un poco de ese líquido, pronto los implementos mineros eran usados para poder obtener el líquido, que era más valioso que el oro, y quienes no tenían puestos en el gobierno, eran tratados peor que esclavos, los militares ya no defendían las fronteras de sus países, sino los lugares que tenían algo de agua.

Las sequías eran constantes, incluso los glaciares se habían descongelado, por suerte más lento de lo que se suponía y eso ayudó a que las aguas no subieran tanto como supusieron los estudiosos, incluso la evaporación hizo que en muchos lugares el nivel del mar bajará en vez de incrementarse.

Muchos lugares ahora eran habitados por humanos que más parecían cavernícolas, quien descubría algún pozo o fuente, y no lo reportaba a su nación, eran considerado un traidor y ejecutado en el acto. La vida de las personas ya no tenía valor, sólo el que podría dar al robarle el agua que le daban a diario para mal subsistir.

Ya no se permitía usar cabello, todos se tenían que rasurar completamente, para asearse se utilizaban paños húmedos, las duchas eran un desperdicio que nadie podía darse el lujo de usar, ni siquiera los gobernantes.

En ese escenario, vivía Taida, una joven de piel clara, y ojos verde oscuro, había nacido en el hogar del encargado militar de la nación más potente del mundo. Nunca había sufrido necesidades, si tenía sed iba a buscar una botella, había llegado a los 20 sin ningún problema de salud, en cambio los obreros morían muy jóvenes por problemas a los riñones, por la falta de hidratación.

Para su mala suerte, el gobernador de este país decidió que ella sería su nueva amante, no contaba con la negativa de la joven, a pesar que sus padres le presionaban para que lo aceptara.

— No soy una mercancía para que el que quiera me tome.

— Hija, a su lado tendrás todo, si tienes hijos de él, tendrán una vida muy larga, no morirán como lo de las mujercitas del pueblo — la madre quería hacerla reflexionar.

— No me compares con esas, soy mejor que todas, y por eso no dejaré que nadie me trate como un pedazo de carne — yo valgo más que todas, pensó la muchacha.

— Piensa en tu fortuna, a su lado nadie te negará nada.

— YO VALGO MUCHO PARA SER SOLO UNA MÁS EN SU VIDA.

— ¿Quieres que se case contigo? — no lo hará jamás.

— Solo así seré suya.

Pero el gobernante, que era rubio, tenía el cuerpo de un gigante para lo que eran ahora los humanos, se jactaba que manejaba a las mujeres con el dedo meñique, se sintió ofendido en su orgullo por la negativa de Taida, así que decidió que haría lo que fuera para que ella fuera su amante, rápidamente ideó un plan para tenerla a sus pies lo antes posible.

— Mis padres — gritó la muchacha, al despertar y no encontrar a nadie en su casa.

En una puerta encontró pegado un mensaje.

— Si los quieres de vuelta, ven a mi casa, no te preocupes de traer ropa, para lo que te quiero no es necesaria.

— No lo haré, solo está amenazándome — respiró y se sentó tranquila — mis padres volverán, él no se arriesgaría a perder a uno de sus hombres de más confianza.

Pero al pasar dos días y ver que la muchacha no lo buscó, su furia era incontenible.

—Guardias... — llamó, sonriendo dio una orden — veremos que tan valientes serás al estar con esos sirvientes ja ja ja.

A la siguiente mañana fueron los soldados de su padre a buscarla a su casa, le dieron una orden de desalojo.

— ¿Y dónde iré? — miraba sin entender qué pretendía el gobernante — cuando vuelva mi padre los... — pero la amenaza que iba a pronunciar fue interrumpida.

— Sus padres fueron condenados por traición, guardaban un pozo de agua, así que fueron ejecutados al amanecer — el uniformado reía.

— ¿Un pozo? Eso es una mentira, debo hablar con Wairu, el...

— Nuestro amado gobernante fue quién decretó la ejecución.

Taida no podía creer lo que escuchaba.

"Estoy en una pesadilla, esto no puede ser cierto".

Los soldados sólo la dejaron llevarse lo que tenía puesto.

— Te esperan en la barraca D-46 — el lider del grupo siguió riendo, una vez se le declaró a la muchacha, y ella lo acusó con su padre, por lo que sufrió un castigo público — las cosas se dieron vuelta o no cariño.

— No me tutee, no somos iguales — se acercó, le escupió los pies, y le dio una cachetada al oficial, cuando iba a darle la segunda le detuvo la mano.

— Claro que no lo somos — se tomó la cara — yo soy autoridad, y tú ahora solo eres una obrera cualquiera.

La muchacha se soltó con brusquedad, y caminó con dignidad hacia las barracas, no dejaría que esa gentuza la viera derrotada, seguramente Wairu mandaría a buscarla, y sería su momento de vengarse de estas vejaciones, de sus padres ni se acordó.

— Eres la nueva — le dijo la encargada de los obreros al verla.

— Soy Taida, hija de...

— Acá no importa eso, ahora eres la 4356, irás al barracón de las solteras, puedes ocupar una de las literas libres, ayer murieron tres.

Ella caminaba como una Reina, miraba a todos por sobre el hombro, fue enviada al campo, a pleno sol, un mes después la muchacha seguía con la seguridad que pronto volvería al palacio y sería la preferida del gobernante, se casaría con él y su vida sería como siempre la imagino. Pero el tiempo pasó, y Wairu eligió otra mujer como pareja.

Cuando Taida lo vio pasar en su caballo con la amante de turno, no pudo aguantar y le tiró lodo a los zapatos.



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En el texto hay: esperanza, odio, muerte

Editado: 27.06.2023

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