Tras haber sido estafada por la persona en la que Dani había depositado toda mi confianza y esperanza, su carácter cambio más, ya casi no sonreía, era muy desconfiada con las personas que conocía y más con las que acaba de conocer, hasta con Kurt mostraba desconfianza, pero él no lo tomaba a mal, él solo sonreía ante la actitud de la joven y ello a veces a la exasperaba, ya que Dani, no podía asimilar como él siempre podía estar tan tranquilo a pesar de los problemas que podía tener en su día, y ella yo no podía hacerlo.
—Relájate Dani — decía riendo Kurt, mientras observaba a su amiga y a un joven que se alejaba por una calle.
—¿Cómo me pides que me relaje después de que nos han querido estafar? — respondió Dani, en referencia a algo que quería comprar, haciendo una pausa para añadir — Es mucho lo que nos están pidiendo.
—Yo creo que es lo justo, está casi nuevo — decía Kurt.
—¿En verdad lo crees? — acotó la joven, mientras miraba a su amigo.
—Sí, te lo digo porque yo sé que apenas hace un par de meses lo compro, solo que necesita el dinero por ello nos lo está ofreciendo, si yo tuviera en este momento se lo compraría, pero no cuento con el dinero suficiente, ya ves que lo que tenía lo gaste en mi nueva nena — decía Kurt, en referencia a su nueva guitarra que había adquirido hace un par de semanas.
—Está bien, tal vez exagere, dile a tu amigo que se la comprare, después de todo necesito de un celular para poder comunicarme con mi tía — respondió más calmada Dani.
—Bien se lo diré, aunque no creo que regrese ahora — acoto Kurt.
—Seguro se molestó — dijo Dani.
—De hecho, pero no te preocupes, yo hablare con él, para decirle que cambiaste de parecer y que, si se lo compraras, pronunció Kurt.
—¡Gracias! — acotó la joven, haciendo una pausa para agregar — Bueno ya me voy, nos vemos más tarde.
—Nos vemos— respondió Kurt.
Mientras Dani caminaba hacia el lugar donde iba a trabajar ese día, iba pensando en todo lo que había pasado desde que llegué a los Estados Unidos, su vida para nada había sido sencilla desde que puso un pie en ese país, para empezar perdió sus documentos convirtiéndose en una indocumentada más en ese enorme país, teniendo que luchar día a día por su subsistencia y permanencia en este, además fue estafada por alguien en que deposito toda su confianza creyendo que podría ayudarla a formalizarse en ese país, pero no fue así, esas persona solo le engaño y robo el dinero que hasta ese momento había reunido fruto de su esfuerzo diario en las calles de la ciudad, todas esas experiencias fueron endureciendo su carácter y la volvió muy desconfiada, aunque así como tuvo malas experiencias, también hubieron buenas experiencias, como el haber conocido a personas extraordinarias, como las que la acogieron cuando estaba sola en ese país, o aquellas que a pesar de su condición de ilegal le tendían la mano dándome alguna oportunidad de trabajo.
Dani iba tan sumida en mis pensamientos que en un determinado momento tropezó con algo y casi cae al piso de no sé por alguien que la sostuvo.
—¡Disculpe¡ — dijo Dani, pero no recibió respuesta, entonces levanto su mirada y se encontré con la mirada de un hombre maduro, tal vez unos 20 años mayor que ella, el cual la miraba como si estuviera inspeccionándola, en ese momento la joven pensó que tal vez se trataba de algún policía encubierto, de esos que andan buscando a las personas que no cuentan con documentación.
Sin pensarlo mucho, la joven hecho a correr, al tiempo que el hombre maduro la llamaba.
— Espere, espere — decía el hombre maduro.
A pesar de ello, Dani, siguió corriendo sin mirar atrás, para su suerte llegó a un lugar donde había mucha gente, entonces decidió infiltrarse entre ellos para evitar ser arrestada.
—Oye tienes que hacer fila — escuchó Dani, mientras se ubicaba delante de un grupo de jóvenes.
—Fila, ¿para qué? — dijo la joven, mientras miraba preocupada a todos lados.
—Para que puedas ser seleccionada — le respondió una de las jóvenes que estaban en la larga fila.
—¿Seleccionada? — pronunció confundida Dani.
—Sí — escuchó Dani, al tiempo que un grupo de personas, exactamente 2 hombres y 2 mujeres caminaban en medio de la multitud diciendo — Solo seleccionares 20 jovencitas por hoy, y empezaron a colocar su mano sobre el hombro de las personas que ellas elegían, en un determinado momento, uno de los hombres colocó su mano sobre el hombro de Dani.
—¿Yo? — dijo sorprendida la joven.
—Pasa al salón — escuchó como respuesta Dani.
Sin pensarlo mucho, y llevada por el temor de que la estén siguiendo para deportarla, Dani, camino tras el grupo de jovencitas que habían también sido seleccionadas, las cuales iban muy felices hablando entre ellas, mientras ella caminaba en silencio preguntándose: ¿qué es lo que vendría después?