Ya había pasado un mes desde aquella declaración inesperada de Kurt a Dani, declaración que quedo en eso, solo en una declaración, pues tras conocer la manera como Kurt llevaba sus relaciones de pareja, Dani le dio un rotundo no, pues ella no estaba dispuesta a pasar una vez más por lo que ya pasó.
Kurt y Dani continuaron como amigos y equipo de trabajo, ellos seguían realizando sus presentaciones musicales cada fin de semana en algún local para inmigrantes, presentaciones que cada vez tenían mayor aceptación y ese día no fue la excepción.
Tras el efusivo aplauso del público presente en un pequeño local para inmigrantes, un par de jóvenes bajaban de un escenario.
—Voy adelantándome — decía Dani.
—Bien — respondió Kurt, al tiempo que el encargado del lugar se acercaba a él, junto a otro hombre.
—Muchacho, te traigo lo acordado — decía el dueño del local, mientras le entregaba un sobre a Kurt.
—¡Gracias! — respondió el joven, tras revisar rápidamente el contenido del sobre.
—Está conforme, ¿verdad? — agrego el dueño del local.
—Sí — contesto Kurt.
—Algo más — añadió el dueño del local.
—Dígame — respondió Kurt, con calma.
—Aquí el señor Miller, quiere hablar con tu amiga — dijo el dueño del local.
—¡Con Dani! — respondió confundido Kurt.
—Sí con ella, aunque también contigo, después de lo que vi hoy, también quiero hablar contigo — acoto un hombre rubio, haciendo una pausa para agregar — Soy productor musical, un caza talentos para que me comprendas mejor, por ello tras ver este maravilloso espectáculo y sabiendo que eres el líder del dúo, luego quiero hacer negocios contigo, pero primero lo primero, Dani, necesito hablar con ella.
—¿De qué?, ¿qué tiene que hablar con Dani? — dijo Kurt, en tono intrigado.
—Hace algún tiempo yo…..
Mientras Kurt platicaba con el par de hombres, en un camerino, Dani se encontraba quitándose el maquillaje que se había puesto para su presentación del día mientras un pensamiento pasaba por su mente.
— «Si seguimos con tanta suerte como hoy, que vino mucho público, pronto podremos pagar lo necesario para que nuestra situación se normalice aquí, y así yo podré realizar el sueño que me trajo aquí» — pensaba la joven.
El pensamiento de Dany, fue interrumpido por una voz que ella conocía.
—Dani, Dani, te tengo una gran sorpresa — escuchó la joven.
—¿Sorpresa? — respondió confundida la joven.
—Sí, sal de una vez — escuchó.
—«De seguro ya le dieron la paga por el concierto de hoy o al menos un adelanto» — pensó la joven, mientras caminaba hacia la salida del lugar.
Luego de algunos minutos, ya estando fuera del camerino, Dani miraba intrigada a los dos hombres que estaban junto a su amigo, uno era el dueño del local, un hombre maduro de cabello negro y barba, que vestía de manera sencilla, y el otro era un hombre también maduro, de cabello rubio, bigote, y elegante traje.
—Él es el señor Williams, dueño de este pub, ya te lo había presentado al menos de vista — dijo Kurt sonriendo.
—Así es — pronunció Dani.
—Y él, es el señor Miller, un empresario muy influyente del medio música, pero, además es la persona que hace algún tiempo encontró algo que tu perdiste— dijo Kurt, haciendo que los ojos de su amiga cobraran un brillo especial.
—¿No me digas qué es lo que estoy pensando? — acotó la joven.
—Creo que sí — dijo Kurt sonriendo, mirando al hombre rubio.
—Yo hace algún tiempo dentro de un tren te vi, ibas tan distraída que imagino que no notaste cuando se te cayeron, es más nadie lo noto, hasta que bajaste del mismo, yo los encontré y los guarde, pensaba buscarte con ellos, me pareciste el tipo de joven que necesitaba para un proyecto que tenía en mente, pero no pude dar contigo, pero esa no fue la única vez que te vi, hace poco te volví a encontrar en un evento de cambios de look…— decía el señor Miller, mientras Dani lo escuchaba con atención.
Tras algunos minutos de platica, una emocionada Dani sostenía en sus manos un sobre, donde estaban sus documentos.
—Por lo que vi de los documentos que están en ese sobre, venias becada a estudiar en un centro de estudios de aquí — acotaba el señor Miller.
—Así es, pero creo que esa beca ya la perdí — dijo con nostalgia Dani.
—Por supuesto que no niña, no pienses así, siempre hay que pensar en positivo, yo te ayudaré a conseguir nuevamente una beca, pero a cambio tu amigo y tú deben trabajar para mí — respondió el hombre.
—¿Trabajar para usted? — dijeron a coro el par de jóvenes.