Al Borde Del Abismo

CAPÍTULO 8

No necesité verlo a fondo para saber que sí cumplía con mis expectativas.

 

Tenía la cocina abierta, es decir, estaba juntada con la sala de estar, cosa que siempre me había gustado. La única “separación” que tenía era una mesa situada en el centro de la habitación, justo donde comenzaba el comedor.

 

Estaba todo amueblado, que me venía bastante bien ya que no tenía gran cantidad de dinero. El sueldo de una encargada de McDonald 's no da para gran cosa.

 

El color de la pared era blanco y las ventanas daban a la calle. Quedé maravillada cuando descubrí que había un balcón con vistas a la calle.

 

- También tiene un terrado, tiene unas vistas maravillosas - dijo Nash.

 

Oh por Dios, ¿es enserio? ¿Qué no tiene este piso? No quiero ni imaginarme la fortuna que costará vivir aquí.

 

Estábamos sentados en el sofá. Lo había mirado todo y realmente me quedé encantada. 

 

- Bueno bueno, después de esta pequeña inspección me gustaría saber tu opinión aunque por las pequeñas sonrisas que te he visto deduzco que te ha gustado - dijo haciéndome soltar una risita.

 

- Pues sí, tienes razón la verdad es que está muy chulo solo que me da miedo saber el precio…

 

- Intentad adivinarlo - propuso.

 

- Mmm, pues teniendo en cuenta que está todo en un bastante buen estado y es de alquiler yo creo que llega a los mil euros tranquilamente - dije con una mano en la barbilla.

- Estoy de acuerdo con Fayna - intervino Stacy - pero yo le subiría el precio a unos… - pensó un momento -  ¿mil doscientos cincuenta? 

 

Después de unos cuantos intentos que resultaron erróneos, Nash reveló la cifra exacta. 

 

Wow, casi se me cayó la boca al suelo. ¡No me podía permitir pagar semejante cantidad al mes!

 

Cuando vió que me quedaba en silencio instantáneamente habló nuevamente.

 

- Bueno, em…. - carraspeó incómodo - como el precio es bastante elevado, los dueños me permitieron dar la posibilidad de pagar en dos plazos, es decir, en lugar de una vez al mes serían dos veces. 

 

Bueno, esa idea no era del todo mala pero seguía pareciéndome demasiado. Es decir, el costo estaba muy bien pero para mi situación económica esa idea parecía muy imposible de alcanzar.

 

- No tienes por qué responder ahora mismo, si quieres te doy una semana para que te lo pienses y me digas algo - añadió Nash.

 

- Preferiría esperar, te diré algo cuanto antes si no te importa - reaccioné.

 

- No hay problema. Oh, un momento - se palpó los bolsillos en busca de algo - aquí tienes mi número de teléfono, cuando sepas algo comunicamelo cuanto antes - me tendió una tarjeta.

 

- Está bien, muchas gracias.

 

***

 

Iba de camino a casa con los auriculares puestos. La verdad es que no estaba pendiente de la música, mi cabeza estaba en otro lado. En mi mente habian muchos pensamientos que no tenían relación unos con otros. El piso, el dinero, mi “vida” si es que se le podía llamar así, el trabajo… El trabajo. Llevaba unos cuantos días sin ir ya que a la jefe le había dado por hacer unas reformas de manera que estaba cerrado al público quedando como resultado unas “mini vacaciones”.

 

Iba tan enfrascada en mis pensamientos que casi no noté que me había llegado una nueva notificación. Lo saqué extrañada, no solía recibir mensajes…

 

Solté una risa irónica. Hablando del rey de roma... Leí lo que nos quería decir nuestra querida señora jefa.


 

Hola a todos,

 

tengo algo que comunicar así que me gustaría reuniros a todos en la oficina a finales de semana para haceroslo saber cuanto antes.

 

Atentamente

 

Sra. Parks

 

Vaya, vaya… ¿Qué maravillosos planes tendrá ahora en mente?








 




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