Capítulo 4
—La puta que lo pario! — grito del susto, mientras me levanto.
Liam se me queda mirando, mientras trato de entender que está pasando.
—Mi madre no es una puta—me dice con dos dedos presionando su boca.
Me sonrojo furiosamente, mi intención no era llamar a su madre “puta”.
— ¿Cómo es que…? ¿Qué hace…?—lo quedo mirando como si fuera un extraterrestre .que se supone que está haciendo aquí.
No sé qué pensar.
Trato de recomponerme para decir algo coherente. Doy un respiro antes de abrir la boca.
— ¿Cómo es que está usted aquí?
Se encoje de hombros y empieza a caminar por el salón.
—Solo vine de visita.
¿De visita?
No entiendo nada.
Mientras da pequeños pasos alrededor, lo detallo. Va vestido con pantalones de chándal negro y una franela beige sin manga. Definitivamente se lo ve, aunque es extraño ya que solo lo he visto en traje.
Pero obviamente solo lo he visto tres veces.
Verdad Jessie, como puedo ser tan tonta en pensar eso cuando no lo conozco.
—eh ¿señor Giesler? ¿Me puedo explicar eso de que viene de visita?
— Así como lo he dicho srta.brown, vine de visita, y a bailar obviamente.
¿A bailar?
Interesante.
— ¿usted sabe bailar señor Giesler? —enarco una ceja.
Sonríe de forma picara—oh claro que si señorita, se va bailar y muy bien.—frunce un poco el ceño puede bailar.
—No lo creo. Moverse de aquí para allá no es poder o saber bailar.
—¿Te gusta bailar?
Bufo, antes de rodar los ojos.
—Obvio, sino no estuviera aquí.
—Es usted muy respondona señorita Brown.
—Fue usted quien pregunto señor Giesler. —Fuerzo una sonrisa, que poco a poco se fue tornando natural.
No parecía enojado, todo lo contrario se estaba divirtiendo , la diversión bailaba en sus ojos. No había rastro de la actitud de cuando lo conocí, parecía otra persona.
—Así que usted…
—Nena, tengo que decirte que…—la voz de Mario interrumpió la sala y miro a ambos antes de abrir la boca y volver a cerrarla. —Hola Liam.
—Hola Mario ¿Qué tal?
¿Liam?¿Qué tal? Esos dos se conocían, lo presentía. Bueno, era una hecho claramente.
Observe a Mario con una ceja arqueada. Este se encontraba nervioso.
—¿Qué me estas ocultando Mario? —pregunte directamente.
Hasta ahora Mario siempre había sido sincero conmigo.
Él no me iba a responder, así que le pregunte a Liam. Solo que no sabía que la respuesta de este me iba a afectar tanto.
—¿Se conocen?
—Claro, es mi hermano.
Abro los ojos exageradamente a escucharlo ¿Hermanos? Observo a Mario con la intención de que desmienta lo dicho, pero estaba muy pálido.
—Hermanos. —susurro .
—Medios Hermanos. —corrigió Mario enseguida.
Como si eso lo fuera arreglar. Hermanos. Medio hermanos ,para mí era lo mismo. Compartían ADN.
Y me lo había ocultado.
—¿Por qué no me lo dijiste? —pregunte dolida. Me sentía mal, triste. —¿No confías en mí?
—¡¿Qué?! ¿Qué dices? Nena yo sí confió en ti. Eres la única persona en la que confió. —parecía desesperado, quería tranquilizarlo pero no podía.
—¿Enserio? —el sarcasmo era evidente.
Voltee a ver a Liam, este parecía preocupado como si supiera que había metido la pata .sí lo había hecho, hasta el fondo.
De pronto quería salir de aquí, no podía permanecer aquí. Necesitaba estar sola .Voy hasta donde están mis cosas , agarro mi bolsa y botella de agua y camino hasta la puerta.
—Espera cariño…—Salgo antes de que pudiese dejarlo seguir hablando.
Bajo las escaleras lo más rápido posible, no quería detenerme a esperar el ascensor y salgo del edificio.
Camino hasta la estación de tren y baje las escaleras. Faltaba un minuto para que pasara el tren.
Respiro hondo mientras venteo mi rostro con las manos. La picazón en mi cuero cabelludo hace que rasque la parte baja de mi cabeza con desesperación por la frustración, varios mechones se aflojan de la liga.
El tren pasa a gran velocidad para luego parar, subo a uno de los vagones y me siento cerca de las puertas.
No sé porque me fui.
Mentira. Sí sé.
Me sentía mal por el hecho de que Mario no me hubiera comentado dicho hecho. El cual era importante.
Pero me sentía peor ante el hecho de sentirme mal solo porque Mario me lo había ocultado.
Él estaba en todo si derecho a guardase sus cosas para el mismo, yo también lo hacía. Que hipócrita era.
Cierro los ojos tratando que la calma invada mi interior, me quedo así el resto del camino. Quería dormir, necesitaba llegar a mi cama y darme un baño y dormir.