Álex (viaje de fin de curso 2)

¡Corten!

Con un suspiro dejo de mirar por el ventanal dónde aterrizan y despegan los aviones, hace tiempo que el avión con Rosi y Cris despegó, sin embargo me he quedado ensimismado pensando en el pasado. Yo podría ser quien fuera en él con ella pero lo estropeé todo con esa estúpida apuesta, en el momento en que Rosi lo descubrió no hubo vuelta atrás, ella lo intentó, yo lo intenté sin embargo nuestro tiempo pasó esa noche en el crucero, un año preparando la forma de decirle lo que sentía por ella regalándole el viaje a París del que siempre hablaba con mi prima Estrella y... para que darle más vueltas, ella eligió a Cris. Encima voy y me ofrezco a llevarlos al aeropuerto, se dirigen a Corfú a la boda de Dru con Leah y pasar el verano allí con Lola, la madre de Cris.

Distraído, sorteo las maletas y a los viajeros, el lugar a pesar de ser las ocho de la mañana está congestionado, en algunos puntos incluso tengo que hacerme paso para poder avanzar hasta la salida, aprieto el paso, hoy es mi primer día de trabajo, por fin he terminado la carrera y la empresa que he realizado las prácticas me ha hecho un contrato para el verano de tres meses, me hubiera gustado algo mejor, pero la situación económica de mis padres no está muy bien en este momento y por lo menos podré ayudarles un poco, no me lo puedo creer todavía, mi jefe en cuanto me tomaron para las prácticas me dejó claro que no era de su agrado y que no me iba a contratar cuando terminara, pero parece que le caí bien a su superior, me temo que tendré que tener mucho cuidado con él, no me va a dejar pasar ni una.

Veo un camino hasta una de las salidas despejado de gente y me voy esquivando cuerpos hasta él, no quisiera llegar tarde el primer día, si eso pasara no estoy muy seguro de si fuera el último. Escucho unas voces detrás de mí, parece que algo pasa pero no tengo tiempo para detenerme.
Llegando a la puerta de salida veo en un lateral a una chica pelirroja discutiendo con un hombre mayor que ella con pinta de chulo, pelo negro engominado  hacia atrás, bigote ralo, gafas de aviador negras y varias cadenas alrededor de su cuello. Ella lo mira asustada con lágrimas en los ojos, da un paso atrás y el tipo la agarra del brazo sin contemplaciones tirando de ella hacia la salida, la pelirroja se resiste y el tipo levanta el brazo para golpearla.

— ¡Zorra! ¡Vas a venir conmigo sin rechistar!— baja el puño a su estómago.

Antes de que llegue a su destino sin haberlo pensado siquiera estoy sujetando la mano del tipo y empujándolo, él sorprendido pierde el equilibrio cayendo al suelo.

—¡No te atrevas a tocarla! ¡Cómo le pongas la mano encima, te parto la cara! — lo amenazo mientras me coloco delante de ella.

— Chico, te estás metiendo dónde no te llaman— se levanta y saca una pistola de la parte delantera del pantalón dirigiéndose a nosotros, la chica temblando se agarra a mí apoyando su cabeza en la espalda.

Al ver el arma un sudor frío me recorre ¿Cómo demonios salgo de esta situación? Sin moverme para no alertarlo miro por el rabillo del ojo a ver si alguien se ha dado cuenta ¡No puede ser que en un sitio lleno de gente nadie nos vea! Incluso creo haber visto un guardia ¿Por qué no hace nada?

— No te la llevarás— me yergo. ¡Seré idiota! ¿Por qué no me voy y la dejo? ¡Si no la conozco de nada! Él pone el dedo en el gatillo— ¡Socorro! ¡Ayuda!— grito cómo un poseído mientras empiezo a correr tirando de la chica. Sin embargo no puedo avanzar porque la pelirroja se queda parada fulminándome con la mirada— ¡Vamos hay un guardia allí!— señalo dónde lo vi y no hay uno sino dos mirándonos divertidos con los brazos cruzados. El chulo enseguida nos alcanza apuntándonos con una sonrisa burlona.

Sin esperármelo la chica me da un fuerte empujón que me hace trastabillar.

—¿Pero eres tonto o qué? ¿Cómo se te ocurre cambiar el guión? Llevamos toda la noche sin dormir repitiendo escenas ¡No aguanto más a tanto incompetente! ¡Miles! ¡Miles!— chilla.

— ¿Este es nuevo, no? No le he visto antes por el rodaje— el matón baja la pistola y saca un paquete de cigarrillos del bolsillo de la camisa.

—¿Rodaje?— miro a uno y a otro intentando comprender lo que están diciendo.

— ¿Quién eres? ¡Tú no deberías estar en esta escena! ¡Ése viejo loco me va a escuchar! ¡Yo no trabajo con actores desconocidos! — la chica me mira echando chispas por sus enormes ojos azules, es preciosa, su pelo rojo destella con la luces pareciendo fuego alrededor de su delicada cara, sus labios carnosos son una tentación y su cuerpo una delicia para los sentidos.

— Ya sabes cómo es, siempre improvisando— se encoge de hombros el tipo— ¡Marcel, agua!— pide, y aparece enseguida un muchacho con la bebida.

Me doy la vuelta y me fijo atentamente, gran parte de los turistas del aeropuerto están descansando sobre las maletas, algunos tomando un bocadillo y bebiendo un refresco mientras que charlan tranquilamente, otros en una cola dónde les van retocando el maquillaje y le dan instrucciones, varios guardas de seguridad los separan de los curiosos que se acercan a mirar.

— ¡Cuidado!— un micrófono está a punto de darme desde las alturas. Me echo un lado y veo por detrás de la columna unas pantallas en las que aparezco mirando alrededor con cara de tonto.

¡No me lo puedo creer! ¡Me he metido en medio de un rodaje de lo que parece ser una película o una serie! La pelirroja parece haberse olvidado de mí y va echando sapos y culebras por su bonita boca del tal Miles. Me giro como si la cosa no fuera conmigo y me voy avergonzado a paso ligero a la salida.

De los servicios que están al lado veo salir presuroso a un joven abrochándose la bragueta con una chica detrás arreglándose la falda, el protagonista masculino deduzco y enseguida lo confirmo cuando un grupo de jovencitas se lanzan detrás de él pidiéndole un autógrafo o una foto, los rodeo saliendo por fin, menos mal que parece que nadie se ha dado cuenta de mi metedura de pata.




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