Álex (viaje de fin de curso 2)

Empezar a conocerte otra vez

— ¡Álex, entra! ¡La chica es más cabezota que tú!— mi madre me hace señales guarecida de la lluvia en el portal. Alicaído le hago caso y subimos a casa de Estrella dejando un rastro de agua detrás.

— ¡Voy!— escuchamos su voz apurada al llamar al timbre.

— Hola— nos saluda Justi— las chicas están cambiando el pañal a Laura, es una preciosidad pero hay que ver lo que suelta su diminuta tripita— pone cara de asco.

— ¿Y tú eres?— mi madre discreta no puede ser.

— Justi, un amigo de Rosi— se pone rígida al escuchar su nombre, ella sabe lo mal que lo he pasado.

— Espera aquí, Alex, vas a dejar el piso empantanado— se marcha a buscar a Luis que prepara la cena.

— ¿Así que actor?— pregunta Justi.

— Si— le contesto secamente, no es mal chico sólo que me ha quitado el puesto de mejor amigo de Rosi y estoy un poco celoso.

— ¿Y cómo es Lara?— mi cara cambia— Dicen que es muy apasionada.

— Apenas la conozco. ¿Y Cris, ha venido?

— Está trabajando— su cara cambia y algo en mi interior se remueve, presiento que algo no anda bien.

— ¿A estás horas?— miro el reloj— son las ocho de la tarde.

— Álex— Luis me ofrece unas toallas y ropa suya, interrumpiéndonos— sécate antes de que cojas una pulmonía y no hagas ruido al salir, la pequeña se está quedando dormida— sus ojos están rodeados de profundas ojeras.

 

 

 

— ¡Shhhh!— todos se llevan el dedo a la boca para que no hable ni haga ruido al entrar en el salón. Allí está Laura en brazos de Rosi que la mira embelesada, está bellísima, su piel todavía bronceada de las vacaciones en Corfú le favorece al igual que su pelo color miel aclarado por el mar, un estremecimiento me recorre, ella siempre ha producido ese efecto en mí, nunca le dije lo que sentí en el momento en que la conocí ese primer día de clase, cómo la ignoraba para así llamar su atención y averiguar si de verdad ella sentía lo mismo, fui un tonto, pero ya no hay vuelta atrás, sólo espero con todo mi corazón que Cris la haga feliz.

— ¡Otra vez no!— dicen al unísono, al despertarse Laura llorando fuertemente, Rosi intenta calmarla andando y meciéndola por el salón sin conseguir que se calme, de repente se acerca y me da al bebé un poco apurada.

Laura se agita llorando y meneando sus pequeñas manitas, sus ojos azules me miran anegados de lágrimas, siento desesperación al no saber que hacer para calmarla, me entran ganas de llorar al ver su dolor, intento darle el chupete pero lo escupe y llora más fuerte.

— Ya, pequeña, no llores más. Dile al tío Álex lo que te pasa— la mezco suave— ¿Te duele la barriguita?— le doy un masaje circular, Laura empieza a llorar un poco menos— ¿Así mejor?— sigo masajeándola— Tienes el mismo genio que tu madre— parece que me entiende y llora un poco— aunque tú eres mucho más guapa que ella— sonrío a Estrella que me mira amenazante— Shhh, tranquila mi niña— sigo con el masaje, al poco tiempo deja de llorar y se le cierran los ojos, después de unos minutos se queda profundamente dormida dando un pequeño suspiro, miro al angelito enternecido, ¿Cómo sería tener tu propio hijo? ¿Se parecería a la madre o a mí?

— Toma— se la devuelvo a Estrella antes de que se me ocurran más tonterías. ¿Yo padre? Me parece que por ahora, no.

— Si no os importa, nos gustaría descansar mientras duerme, estamos agotados— Luis mira a su hija que bosteza con disimulo. Mi madre, Justi y Rosi se levantan con cuidado y en silencio nos marchamos.

— Me alegro de verte— Rosi me abraza en la casapuerta, afuera llueve a cántaros y ninguno tenemos paraguas.

— Y yo también— el pelo le huele delicioso.

— ¿Quién nos iba a decir que ibas a ser actor?— su sonrisa ilumina el oscuro portal.

— Sabes que no tenía otra opción— Estrella se lo ha contado todo.

— Seguro que lo harás bien, mentir es tu fuerte— me guiña. Lo que es una broma de su parte me llega al corazón y me duele, todavía no he superado lo que le hice.

— No estoy yo muy seguro— después del día que he tenido no tengo muy claro que vaya a durar mucho en la película— ¿Y a Cris, cómo le va en su trabajo?

— Bien— se pone seria.

— ¿Y a ti con el tuyo?— ha entrado a trabajar en un centro comercial de dependienta, a la vez, estudia un máster.

— No es el trabajo que hubiera deseado pero es lo que se ajusta a mi horario— se encoge de hombros— Lo más difícil es no ver a Cris, tenemos distintos turnos y no nos vemos apenas.

— Es por poco tiempo— intento animarla, hay algo más que no quiere contarme— cuando termines tus estudios encontrarás un trabajo mejor.

— Os llevamos a casa— un coche con chófer aparca delante del portal y Justi se dirige a él.

—Sabes que si tienes algún problema puedes contar conmigo— paro a Rosi cuando va a salir.

— Lo sé— hay tristeza en su mirada.

— Álex, está empezando a llover otra vez— mi madre ha escuchado la conversación y no está muy contenta. Suelto el brazo de Rosi y ella corre hacia el coche huyendo de mí.

 

 

 

Increíblemente sigo en la película un mes después, estoy todavía verde, como no para de decirme Miles, pero poco a poco lo voy haciendo mejor, mi personaje es secundario, así que me puede permitir algunos fallos según él. La situación con la pelirroja ni mejor ni peor, me ignora cuando tenemos que coincidir y sigue hablando mal por detrás. Dafne sigue sin hablarme y sinceramente no tengo ningún interés de acercarme a ella, lo he intentado, si no puede ni quiere aceptar mis disculpas, allá ella, podríamos haber sido buenos amigos.

— ¿Preparado?— Sam, uno de los ayudantes de Miles viene a recogerme.

— ¡Que remedio!— no me apetece nada ir a Crazzy's esta noche.

— Anda, no seas tan aburrido, buena música, bebida, chicas...

— Y el bicho pelirrojo— entre nosotros la llamamos así.

— Todo no puede ser perfecto, piensa en lo que te lo va a agradecer tu cuenta bancaria— eso es lo único que me ha hecho aceptar, es un trabajo de promoción de la película, cualquier dinero extra me viene de perlas para devolverle lo que debo a Dafne.




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