Los recreos o recesos más absurdos se vivían en el colegio con confesiones, babosadas y otras tonterías. Un simple recreo te podría hacer el día como detestarlo. Algunos se quedaban en sus aulas para no tener que estar viviendo todo ese agobio.
Salía sola para no quedarme en el aula. Habría querido quedarme, pero ¿con quién? Tal vez con esas chicas del aula, pero me harían bullying o seguramente solo hablarían a mis espaldas como lo hacían con todas pensando que nadie escucharía.
Estúpidas.
Mario era el único que, se podría decir, tenía amigos por todos lados. Se había hecho notar por las personas. Lo conocían como "plátano endulzado", trataba de un apodo que le había puesto una chica. Hizo sexo con ella.
Mario había estado enamorado de mí o eso era lo que decía, pero eso no significaba no poder salir con otras chicas.
Tener buena estatura le ayudaba demasiado, además de sus ojos marrones tirados para miel. Sus labios delgados, poco rojos, parecían pintados. En general, Mario parecía un modelo sacado de novela. Todas siempre decían eso, pero yo lo veía más como un chico alto de ojos marrones claros.
Aun quiero saber si era la única.
Mario me propuso varias veces ser novios, obviamente, no acepté.
Excepto una vez.
Habíamos sido amigos durante mucho tiempo, no es una exageración.
No puedo decir que haya sido una chica super tímida o que era super amigable. Solo era yo, Lisa. Era una chica normal.
Mario no se cansaba de decirme en frente de todos que quería estar conmigo. Sus amigos se reían de él.
No porque sea mucho para él, era más al revés. Sus amigos pensaban que solo era una perra más que se hacia la difícil para que la lleve a la cama rápido. Saben, es tipo de chicas que se hacen las tranquilas, pero son bien ¿zorras? Un pensamiento demasiado fuerte para alguien que no conocían.
Seguro si Liam hubiera escuchado todo esto los hubiera matado, no es mentira. Para Liam era "su pequeña", "su niñita". Él por alguna razón sabía que tenía que cuidarme hasta del aire que pasaba bruscamente por mí.
Nunca bromearía con sexualizarme.
Una vez escuché como un chico se refería a mí. Era la primera vez que escuchaba algo de mí por los chicos.
Dijo: "Lisa es algo como un ángel caído del cielo para ellos. Sus cabellos castaños, ojos marrones, labios carnosos y ser lampiña le ayuda demasiado. No es tan alta, pero tiene un tamaño promedio
Yo siempre me había sentido como una chica promedio.
Tal vez el chico habló por hablar, pero a veces sentía que era verdad. Claramente no la parte donde decía que era un ángel caído del cielo. Sería una tontería. Me refiero a... Todo eso era por el cuidado que me daba a mi cuerpo, tratada de verme bien para que la gente no hablara mal de mí.
La escuela era tan perfeccionista en que todos tenían que ser bellos o promedios para no ser intimidados. Hasta en el colegio se vendían cremas para todo, desde ojeras hasta vellos. El maquillaje no era solo para las mujeres, muchos hombres se maquillaban para ser una "persona normal", todos estos estereotipos no venían de ahora. La escuela había estado siempre en un bucle de alumnos bellos y perfectos.
Es en serio, una vez cuando hicimos un viaje escolar, nos cruzamos con otro colegio que eran 'no tan atractivos' para la escuela. Mis compañeros hicieron que la administración del hotel nos traslade a otro piso. La mayoría de mi colegio tenía dinero como para pedir tal cosa.
Algunos chicos de la otra escuela se filtraron a nuestras actividades y hablaron con algunos de nuestros compañeros. Lo recuerdo. Estaba en la piscina con mis brazos apoyados en el borde de ella y un chico se acercó a una de mis compañeras y empezó a coquetearle. Ella se dio cuenta rápido que no era de nuestro colegio por su forma de hablar. Lo único que recuerdo después de eso es sentir como toda el agua de la piscina caía en mi cara.
Como demonios pensaron que personas que no estaban a 'su nivel' estarían hablando con ellos.
Liam quiso dejar todo eso, sabía que la secundaria sería muy difícil para todos, y más para él. Era un chico de baja estatura, era más bajo que yo. Se transfirió a otro colegio y cuando me dijo que mantendríamos contacto, supe que dejaríamos de ser amigos.
Seguramente él pensó que me volvería uno de ellos. Juzgarlo por cómo era, nunca fue una opción.
Mario volvió a declarase.
No sabía que decir. No me negué a su propuesta porque él se me había declarado en medio de la clase, todos estaban viendo. Solo pude retroceder dos pasos, chocando con el pecho de Sebastián. Este me susurró al oído, "¿Estás segura de esto?". Tomé su mano presionándola muy fuerte. Él sabía que era eso un "NO".
Me llevó de la mano.
Podía sentir como todos nos observaban. Todos se abrieron y en esos murmurios escuché una voz que decía: "Los dos son tal para cual".
Afuera del colegio, Sebastián me compró un jugo de naranja, se sentó a mi lado y me miró diciéndome:
—¿Haces esto para llamar la atención?
—No... Claro que no —dije con el ceño fruncido.
—A veces parece, como esa vez que estábamos en el parque y de la nada nos encontramos con él. Fue tan... —Extendió sus brazos y tapó el sol con sus manos— ... extraño, parecía que fuimos ahí para encontrarnos con él o ¿acaso te gusta que te salve?
—Solo son casualidades.
—Claro... Casualidades. Bueno, —se puso de pie— tengo que irme a mi casa.
—Eh... Vamos. —Me puse de pie rápido.
—Ay, me había olvidado que me iba contigo.
—Sí...
Desde que Sebastián y yo nos volvimos a encontrar nos hicimos muy amigos.
Pasados los días en el recreo pasó lo mismo, pero esta vez no estaba Sebastián.
Mario hizo un escándalo, llamó a todos los alumnos que estaban ahí para que vean su confesión. Empezó a gritar: "¡Lisa! ¡Lisa!" varias veces, ni siquiera volteé, más bien me apuré. Quería irme lo más rápido posible. Estaba consciente de que no podría defenderme.
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Editado: 10.06.2022