Prologo

Una vez soñé que moría, soñé como moriría soñé, como mi cuerpo se quedaba poco a poco sin vida, sentía como mi cuerpo estaba perdiendo su último respiro...

Sentía un dolor inmenso en mi corazón podía sentir como una pequeña lágrima recorría mi mejilla

Seguramente estaba llorando pero no sé porque lloraba ¿Acaso lloraba de tristeza? Tristeza al saber que estaba muriendo y nunca más podría ver a las personas que amaba o incluso ¿Lloraba de felicidad? Felicidad al saber que moriré y ya no tendré que seguir soportando una vida y sus complicaciones 

A lo lejos podía escuchar las sirenas de lo que seguramente eran ambulancias fue entonces cuando empecé a ver aquel sueño no como la persona que había sufrido aquel fatal accidente si no como una espectadora más de lo que sucedía junto a todas aquellas personas que empezaron a juntarse alrededor del auto recién chocado en ese preciso momento me di cuenta de lo que recorría mi mejilla no era una lágrima era sangre era una pequeña gota de sangre, me había golpeado la cabeza. Mi mirada se mantenía fija en la multitud mi rostro no mostraba emoción alguna, se supone que debería estar asustada, debería triste incluso debería estar enojada al saber que pronto moriré pero solo me mantenía ahí sin decir nada sin pensar en nada

Y como en todo sueño tuve que despertar, al abrir mis ojos sentía como mi corazón daba latidos acelerados, mi corazón latía tan rápido que sentía que en cualquier momento se me iba a salir del pecho pero apesar de que mi corazón mostraba lo sorprendida y asustada que estaba al tener aquel sueño por alguna extraña razón no me sentía del todo espantada me sentía ansiosa al esperar el día en que me ocurra ese accidente.