Sin darme cuenta había iniciado un juego del cual nunca alguna vez llegué a imaginarme.
Dejé que otros labios me besaran.
Dejé que otras manos recorrieran mi cuerpo como si de la más maravillosa escultura se tratara.
Dejé que me llevara hacia el cielo y que con sus caricias me hiciera sentir lo que con nadie más había experimentado.
Está de más decir que me hizo volar hacia lo más alto y a pesar de haber disfrutado como nunca antes en mi corta vida, no dejo de preguntarme: ¿Por qué me resulta tan extraño?
Extraño por el simple hecho de que no siento culpa mucho menos alegría.
Acabo de iniciar un pequeño infierno que terminará consumiéndome aunque por ahí dicen que: "No cuenta como infierno si te gusta como quema".
Para nadie es un secreto que me encantó, aunque sigue siendo extraño.
Tal vez fue un error o tal vez no.
Quizás fue solo el momento o que se yo.
Constantemente me pregunto: ¿Era algo que estaba destinado a pasar o era algo que yo quería que pasara?
Mentiría si digo que no lo sé y es por eso que me resulta tan extraño.
¿Culpa? No.
¿Arrepentida? Jamás.
¿Ganas de repetirlo?
De eso eso no tengo la menor duda.
Y por las respuestas anteriores es que me resulta extraño.
Editado: 13.09.2020