Almas Unidas

CAPÍTULO 15

Sentirse pleno, tranquilo, lleno de vida y restauración. Así me siento en este momento, volver a la tranquilidad que hace unos meses volví a retomarla, volver a esa tranquilidad que no estaba presente en mi vida.

San Andrés un bonito lugar turístico, mar, relajación, paseos por sus calles y un clima delicioso, pero a la vez sofocante en su cumbre más alto del sol.

—Lucy, Matt saldré con los niños — interviene Steven con su perfecta sonrisa y por primera vez relajado.

—Claro que si — responde Matt por mí.

—Cualquier cosa nos llamas — digo con seriedad, terminando de colocarme las sandalias.

—Si mamá— dice con burla.

Reímos.

Steven sale de la habitación, quedando Matt y yo de nuevo juntos en ella. No estábamos cansados, habíamos llegado hace cuatro horas, nos dimos una ducha y terminamos por arreglarnos con ropa fresca.

El calor en la isla es en promedio de 26 grados a 30 grados centígrados.

—Estas divina amor — elogia, extendiendo su mano.

Tome mi bolso negro que contenía lo necesario como bloqueador, una botella de agua, gafas, celular y dinero. Por último, extendí mi mano tomando la suya y levantándome de la cama donde estaba sentada. Me acerqué a Matt dándole un pequeño beso en sus labios.

—Tu estas muy guapo también — elogio a mi hombre que me sonríe con ternura.

—Pensé que nunca te tendría así conmigo — comenta.

—Pueden pasar años, pero nuestros sentimientos van más allá de lo irreal, llevan una trascendencia, una que siempre va a determinar nuestro amor, una en la que profesamos nuestro cariño para siempre — respondo.

El asiente con alegría, repartiendo besos en mi rostro hasta encontrarse con mis labios y fundirnos en un hermoso beso, donde no existe los demás, solo nosotros, donde existe sólo nuestros sentimientos y nada más que eso. Un beso que aligera un poco este maravilloso día en el que encontramos todos tranquilidad.

Término de darle otro beso en sus labios para recuperar luego nuestra respiración y regular las constantes pulsaciones de nuestros latidos del corazón.

—Tus besos son tentadores — susurra con coquetería.

—Así que tentadores — afirmo dejando otro beso en sus labios.

—Muy tentadores, sino es porque quiero conocer la isla con mi bella novia, te haría el amor ahora mismo.

Esta faceta no la conocía de mucho de Matt, siempre ha sido un chico coqueto conmigo, pero de aquí a ser presentar esta propuesta que es más una afirmación, nunca lo ha sido.

—Te volviste un seductor — afirmo.

Toma mi rostro con delicadeza y traza suaves caricias en mis mejillas.

—Uhm puede que sí, pero este seductor sólo seducirá a la mujer que ama, cuida y valora —contesta.

No podría amar más a este hombre. Cada detalle, cada momento, cada etapa de nuestras vidas juntos, apoyándonos en malos momentos como en los buenos.

Esos detalles, palabras que profesan cumplir las promesas de un amor que vive.

—Bueno mi seductor, es mejor irnos —digo dejando otro beso en sus labios.

—Está bien mi doncella.

Sonrió tomando su mano, llegando hasta la pequeña sala del lugar.

—¿Las llaves? — pregunta.

—En la mesa de la cocina — indicó.

—Voy por ellas —anuncio.

Asentí.

Esta era la vida que necesitaba, una sin preocupaciones, peligro, amenazas, intranquilidad, tristeza, llanto y sin Frederick.

Matt llegó rápidamente a mi lado junto con las llaves, salimos de la habitación asignada, caminando por el pasillo silenciosamente y con nuestras manos entrelazadas. Entre nosotros se infunda el silencio, la tranquilidad.

—¿Dónde vamos a ir? —pregunte presionando el botón para pedir el elevador.

—Vamos a la playa — comenta feliz.

—¿Estarán allí los niños y Stev? —cuestionó de nuevo.

—Uhm de pronto, nunca pensé que Stev tuviera un hijo — comenta sorprendido.

El elevador abrió sus puertas dejándonos pasar mientras que le respondía.

—Cuando supo que sería padre, estaba muy emocionado, aunque algo angustiado porque nunca en su mente se había proyectado a tener un hijo y cuando nació... hubo complicaciones con el parto, el cordón umbilical se enredó con el cuello de Erick además de que Sonia tenía preeclampsia—trague saliva y mientras me componía para volver a hablar salíamos del elevador — Eric se salvó, pero desafortunadamente Camila murió, su corazón fallo.

—Lamento mucho lo de Steven, debe ser horrible que tu compañera de vida muera y no esté contigo para criar a sus hijos, verlos crecer y disfrutar cada hermoso instante que te ofrece la vida — reflexiona con un suspiro — espero que cuando tengamos nuestros hijos, estés viva para presenciar todos los momentos que compartiremos con ellos —. Pide feliz.

—Lucharé cada segundo de mi vida para estar junto a ti y próximamente con nuestros hijos —aseguró




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