~Empezando de nuevo~
Nora
—Para de coquetear le —vuelve a repetir.
—No lo estoy haciendo.
La fulminó con la mirada mientras ella se pone de pie para quedar a mi altura. Mis ojos se encuentran con los de ella y me mira con superioridad. Y me dan ganas de golpearla, en verdad.
—Claro que lo estás haciendo.
—Lucia, ¡Basta! —escucho a Marc a mis espaldas.
—No me pidas que me tranquilice cuando está zorra te está comiendo con la mirada.
—Vuelve a llamarme así y te aseguro que...
—¿Que me vas hacer? —encarna una ceja.
Por un instante olvide dónde estábamos, sino fuera porque mi jefe aparece en ese instante le hubiera dado una bofetada con la bandeja. No soy violenta pero ella me estaba sacando de mis casillas.
—¿Que está sucediendo aquí? —pregunta mi jefe.
—Tienen un pésimo servicio —acusa ella —. Y ya a escuchado que me amenazó.
—El problema fue que ella me echó el café encima —me defendí sin dejar de observarla.
Yo siempre me había portado muy amable con los clientes y nunca había tenido un problema. Hasta ahorita ...
—Lo sentimos señorita, no volverá a pasar.
Espera, ¿Que?
Lo observo con los ojos abiertos como platos. Mi jefe no podía estar hablando en serio, él me conoce perfectamente, sabe que yo siempre he sido muy amable. Lo miro con reproche mientras él lo hace con furia.
—Entonces ahora la culpa la tengo yo —estaba ofendida.
—Señor verá ellas ...
—Lo siento joven, les asignare otro mesero —se dirije a Marc.
—Señor, pero ella fue la que... —intente defenderme, pero no, fui interrumpida por el.
—Nora, a la cocina por favor.
—No me voy a ir porque ella fue quien comenzó.
—¡A la cocina, Nora! —su voz suena un poco más fuerte.
Resoplo y a regañadientes le pasó por un lado para caminar a la cocina. Estaba furiosa por lo que acababa de pasar. Yo no estaba coqueteando con él y ella se puso violenta, golpeó mi abdomen y también me echó el café encima.
Entre en la cocina y deje caer fuertemente la bandeja sobre la mesa. Todos ahí me miran pero yo los ignoró. Trato de ir a los vestidores pero Javier se interpone, me toma de los hombros y se queda frente a mi.
—¿Que paso?, ¿Estás bien? —pregunta preocupado.
—Estoy bien —se separa de mi rápidamente y entonces me doy cuenta del tono de mi voz—. Lo siento no fue mi intención hablarte así.
—No te preocupes está bien, pero dime, ¿Que fue lo que pasó?, ¿Por qué estás así? —señala mi uniforme.
—Una chica se molestó porque según ella estaba coqueteando con su novio y no es así —recuerdo lo que sucedió y la irá vuelve a mi—. Se enfado demasiado y mira lo que pasó —paso las manos por mi blusa y mandil.
—¿Y que dijo Manuel? —Manuel es el jefe.
—Se molesto conmigo.
—¿En serio?
—Si, cree que yo inicie todo —suspiro—, pero bueno ya no importa.
—Nora, pero...
—Pero nada, me voy a cambiar.
Camino hacia los vestuarios y cuando llegó cierro la puerta de un portazo. Abro el casillero, saco mi mochila y rebusco en esta mi jersey. No me queda de otra más que solo usar el jersey. Me sentiré incómoda pero es mejor a estar con la blusa empapada.
Entro a los vestuarios para cambiarme la blusa por el jersey. Pero antes me quite el mandil para dejarlo sobre una silla de las cuales están cerca de mi casillero, ya después de eso entro al vestuario para cambiarme.
Después de unos minutos salí a la cocina y me encontré con mi jefe.
—Nora a mi oficina —dijo mientras salia de la cocina.
Y unos segundos después comencé a seguirlo. Entre a la oficina y lo mire de pie cerca de su escritorio.
—Siéntate —ordeno señalando una silla al frente de el.
—¿Para que me llamo? —conteste borde.
Se que debo de ser educada pero ahorita por más que lo intentaba no podía.
—¿Que fue lo que sucedió?
«Hasta ahorita lo pregunta» pensé.
—Ella me echó el café encima y me moleste —el me miraba detalladamente y preferí mirar hacia otro lugar.
—Nora, no puedes seguir peleando con los clientes.
—¿Cuantas veces me he peleado? —me levanté de mi asiento—, ¿Cuantas veces se han quejado de mi?
—Ninguna —dijo rápidamente.
—¿Entonces? —encarne una ceja—. Siempre he hecho bien mi trabajo y he sido amable con ellos.
—Eso lo sé y lo reconozco.
—¿Por qué fue así conmigo, señor? ¿Por qué le dio la razón a ella cuando no la tenía?
—Porque era lo mejor y también lo mejor era no hacer un escándalo enfrente de todos.
Puse los ojos en blanco pero ya no respondí nada, prefería eso o sino iba a decir hasta de lo que se iba a morir.
—Solo me defendí —gruño entre dientes.
—Y esto no lo puedo dejar pasar así como si nada —lo mire confundida, no sabía a qué se refería—. Hoy te toca limpiar la cocina y lavar los platos.
—¡¿Que?! —grite sorprendida.
—Lo siento, Nora. Así que a trabajar.
No puede ser, hoy si que es el peor día.
Salí de la oficina y continúe con mi trabajo. Agradecí a dios que ya no estaban ellos, ni la chica que había atendido antes de a ellos. Porque sino, ahora sí que golpeaba a alguien.
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Editado: 04.07.2023