~Conociendonos mejor.~
Nora Arellano
Abri los ojos lentamente para acostumbrarme a la luz blanca. Me quede sorprendida viendo el lugar en el que me encuentro, pues es un hospital. Trate de moverme pero no puedo, mi cuerpo me duele, incluso mi rostro. Recorri la habitación con la mirada y me quede observando a alguien que esta a mi lado. Su cabeza esta apoyada en la orilla de la camilla cerca de mi mano. Su cabello apenas y llega a tocarme, sin pensarlo dos veces eleve un poco mi mano y acaricie su cabello.
Apesar del pequeño dolor que sentia en la mano, me gustaba lo que sentia al pasar la mano por su sedoso cabello. Unos segundos despues se removió en su lugar y retire mi mano rápidamente, no pude evitar quejarme de dolor. Cerré los ojos, el dolor recorrió todo mi cuerpo. Y ahora que lo pienso no se que me sucedió, no recuerdo nada. Sentí su mano sobre la mia y abrí los ojos.
—¿Estas bien? —frunció el ceño y yo asentí.
—¿Que me paso?
—No recuerdas nada —me observa confuso y despues su expresión cambio—. Es normal que no lo recuerdes, pero creo que no me corresponde decirte.
—¿Donde estan mis papas? ¿Donde esta Issa?
—Tus papas llegaran en cualquier momento y no se donde esta Isabella.
Fruncí el ceño al escuchar que el la llamara por su nombre completo. Pero no dije nada al respecto. El eleva su mano para acariciar mi mejilla y en ese instante note que el tenia una venda en su mano, la cual cubre desde sus nudillos a su muñeca.
—¿Que te paso?
Retiro rápidamente su mano de mi rostro y hizo una mueca de dolor.
—Marc, me puedes decir por favor por que tu mano esta vendada y yo me encuentro aqui en un hospital.
Mil escenas recorren mi mente.
—¿Como te sientes? —evadió el tema.
—Marc por favor dime, y no, no me digas que espere a mis padres porque ellos no me dirán las cosas tal cual fueron —desvió su mirada hacia la puerta, como si espera que alguien llegue a rescatarlo. con dificultad eleve mi mano y cogí la suya—. Solo recuerdo un chico de negro y que yo salí al jardín, ya no recuerdo nada mas.
Muerde su labio inferior y traza pequeños círculos en el doro de mi mano. Observo cada uno de sus movimientos, no pierdo ningún detalle.
—El chico que recuerdas trato de... de abusar de ti —murmura y me quedo estupefacta mirándolo y analizando cada una de sus palabras.
Me sentía como si me hubieran dejado caer un balde de agua fría y el tiempo se detuviera. Las palabras "abusar de ti" se repiten en mi mente.
—¿Que? —pregunte en un susurro.
No podía ser cierto y como es que lo recuerdo si yo no había bebido demasiado como para no recordar nada.
—El lo... lo consi-guio —tartamudeo.
—No, gracias a dios llegue antes de que el lo hiciera —se queda en silencio unos segundos—, pero no llegue a tiempo para evitar que el te golpeara —agacha la cabeza cuando dice las últimas palabras.
No puedo evitar que mis ojos se llenen de lagrimas.
—¿Tu me... me defendiste? —digo mientras limpio una lagrima de mis mejillas.
—Si Nora y lo volvería a hacer una y mil veces mas —se sienta a mi lado.
Trataba de recordar el dia anterior pero no lo consigo. No pude evitarlo y me eche llorar, no podía creer que eso me había pasado a mi.
—Esto no es cierto —sollozo.
—Nora lo siento, siento no haber estado contigo, perdón por haberte dejado sola.
—Jamas debí de haber salido de mi casa. Fue mi culpa.
—No fue tu culpa.
Con dificultad me abrazo y yo me aferre a sus brazos, mientras lloraba. El acaricia lentamente mis brazos mientras susurra que lo perdone por haberme dejado sola. En ese instante Issa llega a mi mente, quisiera saber donde esta, ¿Dónde esta? ahora que la necesito.
—Gracias —murmuro.
—No tienes que agradecer nada, aquí estoy para ti de ahora en adelante, ¿Okey?
Asiento mientras me separo de el y me acomodo en la camilla.
Le hice más preguntas sobre anoche y me dijo todo. Aunque no creo así porque cuando menciono a Issa y al chico ese, cambió de tema diciendo que hoy le apetecía pasar el día conmigo. No quise preguntar más, pero tarde que temprano me enteraré.
Minutos mas tarde sale a buscar una enfermera y regresa con un doctor, el me pegunta como estoy y me da medicamento para el dolor, en ese instante me doy cuenta de como luzco, parezco un horrible monstruo. Mi rostro esta hinchado y morado. Cuando sale el doctor le digo a Marc:
—No quiero que me veas asi —cubro mi rostro con mis manos.
—No estas tan mal —sonríe.
—¿No? Si parezco un monstruo.
—Un monstruo bonito.
Lo golpeo levemente en el brazo y nos echamos a reir. Me agrada su compañía.
***
Después de haber dado mi declaración a la policía fui directamente a mi casa.
Apenas llevaba un par horas en casa sin hacer nada y ya estoy enfadada y aburrida. He intentado hablar con Issa, pero no me contesta creo que ya le he dejado mas de veinte llamadas. Cerré mi portátil y cogí mi celular para dejarle un nuevo mensaje, ya me estaba preocupando por ella.
Aventé mi celular a un lado de mi cama y en ese momento se abrió la puerta. Sonrió al ver quien entra. Marc me saluda con una mano, mientras que con la otra deja un paquete en la pequeña mesa que esta a lado de mi cama.
—No se preocupe señora —dice antes de cerrar la puerta.
—Hola —sonrió y me devuelve la sonrisa.
—¿Como estas? ¿Ya estas mejor?
—Si, gracias.
—No tenia nada que hacer asi que he decidido venir a molestarte.
—¿No encontraste a alguien mas para molestar? —bromeo.
Entre cierra los ojos y pasa una mano por su cabello.
—Fuiste mi primera y ultima opción.
—Me siento alagada.
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Editado: 04.07.2023