Amar a ciegas

Capítulo 5

Me encuentro mirándome en el espejo que hay en el baño. Me han mandado a las duchas. Nos duchamos una vez a la semana y mientras afuera me esperan dos guardias para evitar que me escape. Y, si habéis leído bien, dos guardias. El jefe accedió a dejarme solo con dos porque fingi que otros eran más peligrosos que yo y pues que no necesitaba tanta vigilancia. 

Por lo demás os resumo un poco la situación. Llevo aquí un mes encerrada, en una habitación aparte para evitar algún contacto con otra persona. Lo cual iba a ser complicado porque no se la razón pero aquí todo el mundo me odia. Solo es ver sus caras cuando paso al lado para ir a mi puesto de trabajo o cuando vuelvo a mi habitación. Los trabajos que me mandan es estar todo literalmente todo el día en la cocina mientras que no paran de pedir comida. Yo preparo la comida para todos los guardias del edificio y son bastantes. Si al jefe, que también le doy de comer, hay algo que no le gusta ese día recibo veinte azotes, y debo aclarar que ya dejaron bastantes marcas en mi espalda. También me han puesto a cargar un día entero sacos de piedras para construir una nueva zona para prisioneros y por culpa de todo esto y que no me dan bien de comer mi aspecto es de lo más aterrador. 

 

-muñeca te has caído por el retrete?? JAJAJAJA-

-NOOOOO, ya voy. - 

-mujeres, siempre tan lentas. - 

-para quien te arreglas guapa, tienes una cita con las paredes de tu cuarto.?? Sueñas con algún millonario en especial.???-

-nosotros somos bien millonarios ahí abajo verdad Ivan??, podríamos ayudarla con cualquier cosa... - 

 

Sigo con mi camino y hago caso omiso a sus comentarios sucios. No puedo descontrolarme ahora que he conseguido que me rebajen la guardia. Los siento a los dos seguirme de cerca para asegurarse de que no me escape pero sinceramente ahora solo quiero tumbarme y dormir. Ha sido otro de esos días en los que uno acaba muerto de cansancio 

Me abren mi celda o cuarto o como lo quiera llamar ahora cuando revisan mis cosas para asegurarse de que no hay nada en ellas pasan a lo que es el control de cuerpo. Ambos como lo asquerosos que son me hacen pararme en medio del cuarto y levantar los brazos para poder tener acceso libre a manosearme con la excusa de revisar que no tenga ningún artilugio para escapar. Cuando terminan empujó sus sucias manos de mi cuerpo y me tumbo en mi cama hasta que se van. 

 

Esa noche me dormí pensando en Elsa y en lo que pudiera estar haciendo. Seguro ya medio mundo sabe de lo que hice y como siempre los rumores se extienden y acaban siendo más exagerados de lo que ya eran en el inicio. 

 

 

 

Me remuevo en la cama cuando siento unos golpes y voces insistentes en mi cuarto. 

 

-preciosa, se te han pegado las sábanas??? Necesitas ayuda??? Mueve tu culo y sal ya o nos obligaras a entrar y te aseguro que no te va a gustar. - 

 

Otra vez estos pesados. Fran es el mas pesadito de los dos. Iván es más raro. Sólo apoya lo que dice Fran y se ríe con el, nadie sabe lo que piensa. 

Me levanto perezosa y me dirijo a la puerta para salir y prepararme para lo que me espera en este nuevo día. Al otro lado me esperan dos gorilas bastante malhumorados para que el día no sea tan aburrido y también los tenga que aguantar a ellos. 

 El agua que recorre mi cuerpo esta helada pero es eso o nada así que me toca aguantar. Salgo, me pongo mi uniforme y me dirijo al despacho del jefe. 

El jefe se llama Günter y no le miréis a la cara porque medusa era guapa. Miedo me da hasta llamar a la puerta por lo que lo hace Ivan.

-Señor traemos a la intrusa 422 para asignarle tarea-

-A la cocina y ahí sabrá que hacer-

-Si mi señor!!! - 

 

Otra vez escaleras abajo, cada vez que me mandan a la cocina debo soportar las quejas de los guardias por sus distintos gustos y aparte sus burlas. Esta vez no será distinta y sólo espero que me dejen un rato al menos en paz. 

 

Llegamos y me colocó el delantal. Mi zona está sola por que no puedo hablar con nadie así que recibo la libreta de uno de mis guardias en la que pone lo que debo hacer y me dispongo a trabajar. Mis guardias se quedan en una esquina hablando o jugando cartas o yo que se. 

Abro el cuaderno por la página de hoy y me encuentro con recetas poco comunes para hacer y encima para muchas personas. Corto la cebolla, la zanahoria... Pasa una hora, dos horas, tres horas,... 

Ya está listo, el resultado no es el esperado pero al menos lo he intentado. Saco cada una de la ollas y empiezo a repartir los platos para que salgan por la cinta que los lleva a la sala de comer. A mis guardias se lo pongo en su mesa para que me puedan vigilar mientras como mi ración de comida. 

 

No llevo ni dos mordiscos cuando abren la puerta abrupta ente y entra un guardia con mala cara y me agarra del brazo bruscamente para luego sacarme a empujones de la cocina. Me lleva a ver a Günter según me explicaba y no estaba para nada contento. 

 

-NIÑATA MALCRIADA, COMO LE PUSISTE ZANAHORIA A LA COMIDA, SABES QUE ODIO LAS ZANAHORIAS!!!! - 

-mi señor no sabía nada, por favor - 

-CALLA NO ES MI PROBLEMA AHORA TE VAS A IR A FUERA A QUE VEA TODO EL MUNDO LO QUE LES PASA A LOS INSOLENTES COMO TÚ!!!! - 

 

Me agarró del brazo y me saco de su despacho para sacarme al patio, aque donde recibiría mi paliza frente a todos. Me subió a una plataforma y se puso a llamar a todos aquellos que estuvieran cerca, que cabe decir que son muchos y los colocó al rededor de la plataforma. Me ato las manos a una tabla y me hizo arrodillarse en otra tabla. Cogió una mordaza y me la puso en la boca. Mentalmente me estaba preparando para los golpes los cuales sabía que iban a quedar marca en mi espalda hasta que el primero llegó. Toda la furia Günter sobre mi espalda, muslos y nalgas hasta que salía sangre de las heridas. Mis ojos estaban bañados en lágrimas y aún con la mordaza puesta se oian mis gritos de dolor. Lo peor no era eso si no ver que en las caras de nadie había compasión por mi. 




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