He oído hablar muchas veces, que cuando aparece la persona correcta, todo pinta ir para bien. Que cuando esa persona llega cambia todo en uno, que no se deja de pensar en esa persona, en si está bien, si te extraña, si también siente esa complicidad cuando se ven o cuando sonríen. Si hubiese sido así lo había descrito.
Antes de conocer a Alelí era bastante escéptico, no quería engancharme con nadie. No había tenido tantas novias, al menos nadie que se metiera en lo más profundo de mí y desestabilizara todo. No me preocupaba quedarme solo, lamentablemente por mi trabajo estoy siempre ocupado y casi sin tiempo para tener una vida social. Incluso mis amigos se quejan de que no hago un espacio para juntarme con ellos.
Ese día que la vi sentada en la mesa de la editorial no lo pude creer. Parecía un ángel encadenado a un escritorio donde no deseaba estar.
No me sorprendió cuando la descubrí mirándome, no lo digo por engreído; sino porque ninguna mujer me mira tanto como lo hizo ella. Como tengo tantos tatuajes, piercings y mi forma de vestir, me miran con miedo o no sé.
Y lo que más me mato fue su sonrisa, jamás había visto nada más hermoso. Después de eso me acobarde no volví a verla. No por ella, sino por miedo a no ser el hombre que podría estar con una mujer como ella, no merecerla.
Tuvo que pasar todo un año hasta que la volví a ver, en un parque. Me encontraba en un carrito de batidos, cubriendo a mi hermano y el destino o no sé qué la volvió a traer hasta mí. Y ahí entendí que era una señal, que ella era la persona que estaba necesitando en mi vida. No me importa que tenga hijos, y el hecho que sea viuda es un poco complicado que ella deje de pensar en su ex, pero tengo firme mis intenciones de conquistarla.
Salimos a cenar, me aleje un poco por mi trabajo y por un poco de cobardía, no sabía si volver a verla. Cuando hablamos en otra ocasión y le dije como me sentía no me rechazo. La besé, fue el beso más perfecto de la historia.
Todo iba bien hasta que hice la desgraciada pregunta de qué éramos. Estoy loco por ella, no sé bien desde cuándo pero así es. Me intriga, y aunque no soy de remarla tanto con nadie, ella merece la pena. Aunque no conozco todos sus secretos, sé que ella llego para cambiarme la vida.