Amar es asi

Capítulo IX

Capítulo IX 
Al día siguiente Anamar busco a Marcela dentro de la universidad. Marcela estaba terminando su clase, la había citado para almorzar juntas. Llegaban a la cafetería cuando Anamar preguntó- ¿Porqué  no me dices que es lo tienes que decir con tanta urgencia?¿Que es tan importante que no pueda esperar para otro día? 
Marcela pidió su almuerzo y el de Anamar y se sentaron en la parte de afuera en la cafetería. -Anamar van varios días que no, nos vemos y me interesa que te enteres de que la esposa de Adrián está en la ciudad,  ayer me vi con ella para comer . 
Anamar se quedó muda por un minuto luego le contesto molesta: No entiendo, ¿Que hace esa mujer en la ciudad? y ¿Qué hacías  tú con ella? 
Marcela la miró tranquila- Cálmate  te voy a decir todo, pero tenemos tiempo come por favor. Anamar no volvió a probar bocado y insistió en estar molesta mientras Marcela terminó su almuerzo.  
Anamar come algo te vas a enfermar.  -dijo Marcela insistiendo pero Anamar solo quería escuchar lo que su amiga le diría. -Como ya he dicho el día de ayer mi padre me invitó  a comer con el abuelo de Adrián, a decir verdad me sorprendió un poco porque mi padre me pidió como un favor especial que asistiera a esa comida.  Cuando llegué al lugar solo estaban mi papá y su amigo sentados en la mesa, pero más tarde llegó ella y Marco me la presentó  muy orgulloso diciéndome que esperaba que ella y yo fuéramos amigas. Así que eso es todo. 
Anamar se quedó en silencio por un momento después le contestó: Marcela si sucedió ayer ¿Por qué me lo dices hasta hoy? ¿No se supone que deberías haberme dicho ayer? 
Claro Anamar, solo que hasta hoy me  contestaste la llamada y si no te digo que es urgente no vienes. - dijo Marcela muy fastidiada. - Solo que pensé que te lo debía decir en persona y no por teléfono. Miró  a su amiga cariñosamente y prosiguió. Se que molesta que no lo haya dicho desde ayer pero Any, no quiero que se malinterprete nada por esto necesitaba decírtelo personalmente.  
Michi, no estoy molesta tu sabes eso verdad, dijo Anamar más calmada, pero ¿Qué es lo sabes? 
Marcela le contó todo lo que sabía a Anamar. Ella está aquí como parte de su residencia es un intercambio. Any, ella es una chica hermosa, inteligente y muy simpática. 

-Michi, a todas las personas te parecen bellas y buenas, aun no conozco a alguien que te caiga mal. No es una descripción objetiva. Lo malo es que Adrián ahora no esta solo y será difícil hacerlo caer. Me va llevar más tiempo conquistarlo de nuevo; pero es bueno que ella esté aquí para que conozca su lugar. 
Adrián me ama y cuando al fin me perdone, estaremos juntos y ella no importara nada. 
Marcela no reconocía a su amiga, ella estaba pensando deshacerse un matrimonio,  pero si en efecto Adrián aún la amaba. No debía  juzgar a su amiga por querer ser feliz a costa de todo,.- Me retiró Any tengo una clase en diez minutos.  
-Marcela ¿Volverás a verla? 
-Mi padre quiere que la conozcan y la lleve a conocer Guadalajara  y si a ti no te molesta me gustaría seguir tratándola. 
-No te preocupes no me molesta, pero que no me robe a mi hermana como me robo a mi novio. 
-Any no seas tan dramática nadie te roba nada. Nos vemos después.  
- Ya estás cambiando,  ¿Acaso  ya eres de su equipo? 
- Te quiero pero eres imposible. dijo mientras se despedía.  
- Es broma, dale un beso a Julio. Nos vemos. 

En la oficina de Adrián,  su asistente tenía quince minutos  hablando de los pormenores de la junta, cuando se dio cuenta de que su jefe no le estaba poniendo ninguna atención. 
-Jefe , jefe, por favor ya lleva tiempo, perdido y la junta empieza en una hora. 
- Déjame un momento a solas Damián. Pon la información en la tableta, te esperó en media hora por favor. 
El asistente se retiró. Adrián no podía dejar de pensar en lo bella que Erika y lo sexy que se veía anoche mientras dejaban al abuelo en la casa para dirigirse al departamento de él, para traer algo de su ropa a la casa de su abuelo. Esa mujer le ocasionaba  todos los pensamientos lujuriosos que nunca había  tenido y definitivamente lo distraía demasiado de su trabajo.  
Le envió un pequeño  mensaje que decía: Hola preciosa, no puedo dejar de pensar en ti, y lo único que te pido es que esta noche salgas a cenar conmigo  ¿Que opinas?  
Espero algunos minutos y ella no contestaba, cuando entro el asistente para decirle que era tiempo de que se dirigieran a la junta; paso el celular a su asistente pidiéndole que en cuanto  llegara el mensaje que esperaba de su esposa se lo hiciera saber. 
-No se preocupe Señor por lo pronto aquí esta la tableta,  con la información de estos posibles clientes.  
Cuando llego a la sala lo menos que pensó  encontrarse fue a Anamar sentada junto con un grupo de gente que querían ser socios y clientes de esta compañía.  
Adrián expuso los productos que tenía para comercializar los cuales eran piezas de joyería muy fina, hoy solo se convocó a las principales joyerías,  por ello le extrañó ver a Anamar aquí.  
Los clientes quedaron satisfechos con la presentación  y llevaron lotes de las piezas más pequeñas porque las piezas más significativas estarían en subasta en los días posteriores.  
Cuando Anamar se le acercó Adrián le pidió a su asistente que estuviera cerca de él. 
-Adrián podrías darme unos minutos en privado por favor. -dijo ella y lo saludó con un beso en la mejilla. 
Adrián se molestó un poco pero no habló al respecto, -Claro señorita  Cervantes pasemos a la oficina. 
Anamar vio lo irritado que el se encontraba y eso solo la hizo sonreír, ella sabía que generar todo tipo de reacciones en Adrián solo significaba que el aún tenía  sentimientos por ella y se aprovecharía de eso. 
Cuando entraron en la oficina ella se lanzó a sus brazos y lo tomó por la cintura diciendo: No me agrada cuando me hablas formal,  Ady te lo pido no lo vuelvas a hacer o...No terminó porque la mirada que Adrián le dirigió era terrible mientras la apartaba y lograba distanciarse de ella. 
-Señorita Cervantes le pido por favor tome asiento necesito hablar de varias cosas importantes.  
Anamar fingió que no se daba cuenta  del trato que él le estaba proporcionando,  y sonrió mientras tomaba asiento.  
- Pues bien mi amor de que quieres hablar.- dijo mientras se sentaba coquetamente mientras cruzaba las piernas logrando que eso levantara un poco más su minifalda negra mostrando sus bellas y largas piernas, mientras se acomodaba el escote de su blusa azul cielo abriéndolo un poco más. 
Esa mujer se sabía hermosa y se valdría de cualquier truco para volverlo a atraer; el lo sabía y no se lo permitiría, no caería en sus juegos más.   
-Le pido por favor no me llame amor, Ady, cariño o cualquier otro modo que no sea Adrián Creel o Señor Creel. Usted y yo no tenemos más que una relación de expareja y no soy más su amigo. 
Estoy casado, Señorita Cervantes y cualquiera que la escuche podría malinterpretar la situación y causar un problema con mi mujer. Ella estaba muy enojada pero no se lo demostraría, sonreía mientras lo escuchaba y cruzó sus brazos.  
El contínuo diciendo: le agradezco sus obsequios, a mi esposa le encantaron las flores y el vino. Y ahora si puede decir en qué puedo servirla, la escucho. 
Adrián tu y yo tenemos una historia  que no puedes negar, ni borrar eso no esta en discusión; pero el asunto que me trae hoy aquí son negocios. La empresa que es de mi familia piensa lanzar próximamente una nueva línea de productos que incluye joyería; los mejores artesanos orfebres están en tu empresa y vengo a proponerte que trabajemos juntos ¿Que te parece? 
- Dame un día para pensarlo de acuerdo. Anamar por última vez te pido olvida el pasado, respeta mi situación actual.  
Yo no quiero lastimarte fuiste alguien a quien amé mucho pero eso se acabó entiende.  
Ella se levantó, acercó su cara a la de Adrián y levantó su barbilla con la mano y mirándolo fijamente a los ojos le dijo: Te amo y no pienso rendirme y se por como me miras que aún me amas si te quieres engañar no te dejaré olvidalo.  Te doy el día que me pides para decidir si hacemos negocios. Después de eso se acercó para besar sus labios cuando entró el asistente con el teléfono en mano.- Señor su esposa está al teléfono. Anamar soltó la barbilla de Adrián y se dirigió a la puerta.- tu asistente  tiene mis datos llámame cuando lo decidas.- luego le lanzó un beso por el aire y salió.  
El asistente se sintió incómodo por haber interrumpido y acercó el teléfono a Adrián quien lo tomó y habló: hola cariño ¿Como va tu día? 
- Hola amor ha sido una mañana muy pesada en realidad pero creo que es cuestión  de acostumbrarse. Contesto ella. 
- ¿Que opinas de ir a cenar? belleza. 
- Amor te propongo algo diferente, cocino yo en tu departamento, ponemos el jacuzzi, algo de música, tu compras el vino, las velas y las flores ¿te gusta la idea? Para decirle al abuelo que dormiremos fuera de casa. 
-Me encanta la idea, nos encontramos en el departamento a las ocho. Ayer puse una llave del departamento en tus llaves. Estoy deseando verte pronto.  
- Te veo más tarde ya llegó otro paciente adiós. 
-Hasta pronto cariño. 
Anamar salió furiosa del despacho de Adrián nunca esperó que Adrián insistiría en rechazarla y menos por otra mujer, como se le ocurrió darle sus regalos a su mujer. Ella quería que el recordará la primera vez que estuvieron juntos, él  dijo que mientras hubiera ese vino y rosas el jamás olvidaría que ellos se pertenecían; Anamar empezó a sentir que el aire le faltaba dentro del elevador,  el no podía haberla olvidado eso era imposible. Le pertenecía solo a ella. Cuando la puerta del elevador al fin abrió,  Anamar casi cae al piso pero fue sostenida por unos brazos de caballero que no le permitieron llegar a tocar el piso. Cuando levanto la vista miró los ojos de Dante que la miraba con desconcierto y preguntaba si se encontraba bien. 
¿Que pasa señorita se encuentra bien? Cuando la levantanto la vista, ella lo reconoció de inmediato.  
-Hola Señor Fabrici ¿Como se encuentra? 
-Yo muy bien pero tú te vez un poco enferma. ¿Te llevo algún lugar aún hospital por ejemplo? 
-No se preocupe no es nada, solo necesito descansar,  le agradecería si me hace el favor de llevarme a mi casa, no me siento  bien. 
Dante le tomó las manos y la llevó dentro del auto. y le indicó al chofer que la llevará . El se dirigió a la cita que tenía con Adrián. 
Dante y Adrián  pasaron la tarde entre negocios.  Aunque Adrián solo podía pensar en Erika y la cita que tenía.  
 Al anochecer Erika y Adrián cenaron rico y después  se entregaron al amor pasando una noche espléndida. Terminaron dormidos y abrazados como mo lo habían hecho jamás.  
 




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