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- En realidad no sé si sentirme humillada o halagada, lo que si se es que después de esta conversación estoy segura de un par de cosas, primero que nada está un poco chiflado, debería buscarse un psiquiatra con urgencia por que lo que le pasa es que está obsesionado y eso no es saludable para nadie, segundo: con sus estándares no deberíamos ni siquiera tener este tipo de conversación, usted debería dirigir su atención a una mujer que cumpla sus requisitos, sean cuales fueran y espero que no tengamos ningún otro tipo de interacción en el futuro. En cuanto a las noticias de internet, no se preocupe, a mi casi no me afectan, si dejamos todo tranquilo en algún momento estas se enfriaran y eventualmente desaparecerán, si le es muy inconveniente puede decir que solo estaba jugándome alguna broma, o simplemente búsquese un modelito que se ajuste a su estándar y lúzcalo en todas partes, eso siempre funciona.
- Renzo suspiro frustrado, no sabía cómo hacer para que esta niña le hiciera caso, le dijo: Mira yo solo quería ser sincero sobre cómo me siento. En ningún momento pretendía insultarte, solo quería hacerte saber con ese comentario que estoy tan interesado en ti que aunque no eres de las mías, aun así me tienes aquí totalmente obsesionado contigo como tú dices y créeme, tengo casi un año luchando con lo que siento hacia ti sin poder remediarlo y tal vez tengas razón y debería ir con un psiquiatra porque siento que me voy a volver loco cuando te veo enfrente de mi tan cerca pero a la vez tan lejos, tan inalcanzable que me tortura.
- Lo siento muchísimo por usted en verdad, obviamente yo no pretendía que esto sucediera, pero tampoco pienso seguirle la corriente solo porque usted así lo desee, yo no siento nada por usted, y me gustaría que dejara de perseguirme, necesito tranquilidad en mi vida, solo quiero terminar la universidad en paz y vivir mi vida lo mejor que pueda. – dicho esto se levanto, tomo sus cosas y se marcho del restaurante dejando a un Renzo pensativo y desconcertado.
En ese momento Renzo decidió atacar por otro frente, iba a dirigirse directamente a su padre, tal vez el podría hacer que Nara entrara en razón y le diera una oportunidad. Así que a la mañana siguiente antes de dirigirse a su oficina, decidió pasar por el puesto donde trabajaba el señor Leonel. Cuando llego se paro directamente frente a este y le dijo:
- Buen día señor, disculpe que lo moleste pero me gustaría hablar con usted respecto a su hija. – fue directamente al grano-
- El señor Leonel lo miro extrañado y le dijo: a ver joven, dígame que pudo haberle hecho mi hija para que usted tuviera que venir a hablar tan seriamente conmigo.
- Pues vera señor, yo a su hija la conozco desde hace un tiempo y ella me gusta mucho, puedo hasta decirle que creo estar profundamente enamorado de ella, el problema es que ella, por alguna razón que desconozco no quiere nada conmigo, ni siquiera me deja ser su amigo y me gustaría mucho que usted mediara entre los dos, para que ella me acepte.
- El señor lo veía incrédulo de lo que estaba escuchando, este tipo en realidad le estaba pidiendo que convenciera a su hija de aceptarlo, pero que se habrá creído, pensó. Muy calmadamente le contesto: mire muchacho, lamentablemente yo no puedo ayudarle con eso, mi hija es una mujer adulta y puede tomar sus propias decisiones, mi muchacha siempre se ha caracterizado por ser muy centrada y capaz, y sus razones tendrá para no querer acercarse a usted.
- Pero es que a mí me parece que lo que ella tiene son prejuicios, piensa que por que yo soy un tipo con dinero, exitoso y bien parecido, solo quiero aprovecharme de ella para lastimarla, y yo le aseguro señor que nada más alejado de la realidad.
- Aunque así sea, si mi hija ha dicho que no, yo no puedo hacerla pensar lo contrario, yo confió en su juicio, ella jamás ha tenido intereses románticos por nadie y si no se siente lista para hacerlo o no le nace, yo creo que ni usted ni nadie podrá hacer que cambie de idea.
- Entonces que me sugiere que haga para despertar ese interés en mí.
- Yo siempre he creído que en esta vida las cosas pasan cuando tienen que pasar, ni antes ni después. Si ustedes tienen algún destino juntos, invariablemente e independientemente de las circunstancias se juntaran.