Amigos Sin Beneficios

Capítulo 3: Genio.

6 de Septiembre de 2018.

 

 

Lia.

 

 

Era jueves por la noche y por alguna razón el bar donde trabajo estaba medio vacío. Es raro porque en esta ciudad todos vienen a beber en jueves tal vez, había una fiesta o algo por el estilo pero al menos sería una noche tranquila.

Aún así algunas personas de la escuela estaban aquí y yo estaba en mi descanso hablando con Mía ya que casi siempre voy a tenerla metida aquí platicándome más chismes que no me interesaban, pero ella me salva todo el tiempo de los borrachos que quieren platicar conmigo e interrumpir mi trabajo.

Algunos borrachos son divertidos sí, pero otros no se van hasta que les des tu número o tus bragas, lo que pase primero. Por suerte no soy de esas chicas que van buscando quién llene sus necesidades, lo cual no es malo pero estoy bien así.

Mi celular vibró y fue la excusa perfecta para fijar mi atención en otra cosa que no fuera el nuevo chisme de Mía, esta vez era acerca de una chica de primer grado.

 

 

 

MatTe veo en el baño en 5

 

 

 

¿Cinco qué? ¿Minutos? ¿Segundos? ¿Horas?

—¿Al fin te conseguiste un novio que si sabe usar el teléfono?—dijo Mía en tono burlesco y gritando por el sonido de la música.

Mía se burlaba constantemente de la poca inteligencia que Ray a veces puede tener. Como la vez que no supo instalar aplicaciones en su celular, pero no por eso significa que no sea listo, solo es algo distraido.

—¿No tienes un chiste más original?—Le sonreí cínicamente.

Así es nuestra relación de amor-odio. Nos insultamos pero con cariño. En realidad ella insulta a todos pero soy lo suficiente inteligente como para nunca ofenderme y mejor seguirle el juego.

—¿Es hora de ayudarle a Mateo?—preguntó.

Y claro, como es mi mejor amiga tiene que enterarse de todo lo que mi hermana gemela no puede. Si le digo a Abigail algo de esto saldrá con sus cosas de que era hora de que estuviéramos juntos por lo "iguales" que somos.

—Sip, necesito pensar en un plan de aquí en lo que llego al baño.

—¡Usen condón!—por suerte nadie escucho por el ruido del bar.

Y claro que también tenía que saber sobre mi pasado enamoramiento por Mateo, por lo que nunca desaprovechaba hacerme una broma con él.

Mateo estaba afuera de los baños donde no podría encontrarlo Ana. Resulta que se había enterado de que Mateo estaba aquí y vino a convencerlo de que se acostara con ella por lo que él escapó así que decidió adelantar mi propuesta de ayudarlo para alejarla, solo que no tenía bien pensado aún como le iba a ayudar.

—Dime que ya tienes un plan—no fue necesario que gritara, aquí no distorsionaba el sonido la música.

—Yo siempre los tengo—en realidad acababa de pensar en esto.

Saqué del bolso de mi mandil un labial, el único que tenía de hecho.

—¿Qué haces?—dijo asustado cuando le acerque el labial.

—Una de las chicas huecas que se acercan a la barra dijo una vez que el labial es una manera de marcar a un hombre. Ya que cuando se besan es lo que más se nota—repartí labial al rededor de su boca y un poco en su cuello, como si hubiera tratado de limpiarlo. Soy una genio.

La NASA me ha de estar buscando.

De lo único que me arrepiento es que es un color muy único ya que tengo como dos años con él y está agotado—y de seguro caducado—así que no creo que nadie más lo tenga. Las ventajas de nunca mal gastar en cosméticos.

—¿De dónde robaste ese labial? Tú no usas.

—Lo uso de vez en cuando para tener mejores propinas—sé que suena muy misógino pero sí llega a funcionar el obtener más propina cuando me arreglo. Acto seguido desabroché los primeros botones de su camisa y le despeine el cabello—. Estas listo, campeón. Me debes un labial.

—¿Crees que esto resulte?—creo que no confiaba mucho en mi en este momento. La verdad ni yo lo hago pero la vida es un riesgo. Como dice mi tía Brenda: en caliente ni se siente.

¡Claro que sí! Si yo fuera Ana y te viera así sabría que estuviste con alguien—traté de sonar muy segura. En realidad no sé cómo piensan las otras chicas pero supondré que esto dará resultado.

—Confiaré en ti.

Salió del lugar en donde estábamos y después yo hice lo mismo. Mi descanso había terminado y esta noche había hecho una causa noble, tal vez consiga unas alas y un aro de esos que usan los ángeles.

—Debo de decirte que eres una genio—dijo Mía al darse cuenta de mi plan, ¿recuerdan la chica hueca que me dio el dato curioso del labial marcando territorio?

Bueno, fue ella. Pero no le digan que le dije hueca.

El plan había sido todo un éxito a mi parecer ya que Ana había dejado el bar después de gritarle a Mateo, alcancé a escuchar algo como "¡No puedo creer que andes cambiando saliva con otras chicas y no conmigo!"

—Lo sé—chocamos los puños.

 

 

7 de Septiembre de 2018.

 

 

Mateo.

 

 

Lia en realidad es una genio.

Había sobrevivido al bar esa noche sin que Ana estuviera acosándome. Después de verme con todo ese labial comenzó a gritarme y a decir que no podía creer que la superara tan rápido.

Qué irónico.

Esperaba que las cosas se mantuvieran así, había pasado ya la mitad del día en la escuela sin que Ana estuviera siguiéndome y esperaba que me mandara mensajes en la noche pero no lo hizo, tal vez ahora puedo vivir libremente y feliz. 

 

Luego mis esperanzas terminaron al ver que Ana estaba esperándome fuera de mi salón de clases. No podía simplemente no entrar a mi clase así que la ignoré con la excusa de que tenía que terminar un trabajo.



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En el texto hay: novelajuvenil, amistad, fingiramor

Editado: 02.12.2020

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